9/5/23

José Antonio Mesa, la pérdida


 

      Varias veces he dicho (plagiando a Manuel Alcántara) que hay personas que se mueren y otras que se nos mueren.  Y José Antonio Mesa se me murió hace unos días. Así, sin avisar y sin que nadie me avisara, el algoritmo de Google me colocó delante su imagen el 29 por la noche, cuando me disponía a dormir. Debajo, la firma de Francisco Gil Craviotto y un texto que hablaba de lo que no quería leer, de que José Antonio Mesa ya no estaba con nosotros. Y todo se oscureció. La pantalla del móvil, la habitación… Recordé la última vez que hablamos al felicitarnos para San José y la última vez que nos vimos, cuando me regaló, dedicado, su libro sobre José María Carulla, del cual le prometí una reseña en este blog y no fui capaz de escribirla. Ahí tengo el libro lleno de papelitos señalando páginas y de notas dentro, encaminadas a una entrada que nunca fue. 

      Lo siento, de verdad, José Antonio, siento mucho no haberla escrito, pero yo tengo mis limitaciones y tu libro las sobrepasaba. Como me sobrepasabas tú. Eras mi “archivo viviente”, te preguntaba todo lo que no sabía. Cuantas veces me sacaste del apuro de una pregunta en este blog que yo no sabía contestar… Un correo, tu rápida respuesta… y a presumir de conocimientos ante mis lectores. 

      Tu panegírico se lo dejo a Paco y a todos los que han escrito antes que yo. Solo voy a añadir que, por encima de todo, de tu sabiduría, de tu cultura, de tu educación, tu respeto y tu saber estar, fuiste una Buena Persona, un hombre, en el buen sentido de la palabra, bueno. Y un amigo de los que no se olvidan fácilmente.

      La paz es tuya ya, descansa en ella y no te olvides de los que aun seguimos aquí.

11 comentarios:

  1. Para quien no lo sepa, la imagen de arriba se puede ampliar haciendo clic sobre ella.

    ResponderEliminar
  2. Cuando de manera tan seguida vamos viendo personas que se han ido, me hacen ver que me acerco a los primeros puestos de la fila de espera.
    La frase la he copiado de un blog de Albero Granados.
    Lo siento.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Alberto, me he comido la t.

      Eliminar
    2. Sí, ese es uno de los que digo que han publicado antes que yo. Otros lo han hecho en prensa impresa.

      Eliminar
  3. Qué triste redactar el obituario de un amigo, ese sit tibi terra levis descorazonador hacia quien ya no reirá, escribirá, sentirá, más que en el recuerdo de sus deudos. Ahora ya no hay excusa, Senior, para ese post sobre Carulla (qué interesante la reseña del libro),aunque no puedas consultar in situ con tu amigo Mesa pero sí recrearte en lo que él y el otro coescritor descubrieron.
    Has perdido dos amigos, de seguido, y caben pocas palabras de consuelo porque el duelo siempre es personal y único. Te queda, sin embargo, la memoria.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por desgracia, los obituarios se suceden y este blog se está convirtiendo en una página necrológica. Dicen que es ley de vida, que te entierran o entierras tú a los demás y te vas quedando sola. Es el precio que pagamos por seguir en este mundo a ciertas edades, un precio muy alto algunas veces, como en este caso.

      En cuanto al libro sobre Carulla, me temo que, si me sobrepasó cuando puse todo mi interés en escribir la reseña para José Antonio, ahora que ya no está ni lo voy a intentar. Me duele verlo, me duele ver su dedicatoria... No, no puede ser.

      Sobre Guillén, no puedo decir que fuera un amigo. Lo conocía, amigos comunes me lo habían presentado varias veces, incluso en alguna ocasión cruzamos unas palabras, pero no tuve trato personal con él.

      Eliminar
  4. Es triste despedir amigos y conocidos de gran talla. Enriquecieron nuestras vidas y eso es lo mejor que queda de ellos. Besos amiga

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre es triste despedir un amigo, sea quien sea, pero a los que, además, dejan una obra valiosa, se les siente no solo en el terreno personal, sino también por la pérdida que supone su ausencia para todos.

      Eliminar
  5. Cultura y humanismo, pero sin pedantería ni ostentación. ¡Casi nada! Google se empeña en dirigirme a otras editoriales que se escriben de forma parecida, pero al fin la encontré. Que se vaya un amigo ya es algo terrible, pero si además era buena persona, entonces la pérdida es aún mayor.

    ResponderEliminar
  6. Es que Albayda, como Albayzín y tantas palabras que proceden del árabe, se puede escribir de esta forma o también más en castellano, como la eligió J.A. Mesa para su editorial. Una editorial que montó para publicar los libros que quería tener y no encontraba y que, seguramente, fue un negocio ruinoso dada la calidad con la que publicaba y el tipo de libros.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aquí tienes algunos de los libros que publicó

      https://www.todostuslibros.com/editorial/ediciones-albaida

      Eliminar