16/5/11

Los pasos cantados



Este poema lo leí cuando era muy joven y lo aprendí de memoria, como siempre hacía entonces con los poemas que me gustaban. Después, a lo largo de la vida, sus versos han resonado en mi oído cada vez que algún hecho o algún estado de ánimo me los recordaba. Han pasado más de 50 años y hoy, al buscarlo en mis estanterías, al releerlo después de tanto tiempo, he podido comprobar que no había olvidado ni una sola palabra. Es un poco largo para lo que yo suelo poner aquí, pero creo que vale la pena darlo a conocer.


LOS PASOS CANTADOS

Venancio Sánchez Marín



Amigos que antes tuve, amigos que ahora tengo,
mis pájaros de entonces y mis pájaros nuevos.
Voy cantando, cantando, cantando sin remedio
por mis largos caminos y por mis campos secos.
Yo no se que me pasa que me paso y no llego;
lo lejano está cerca y lo cercano lejos.
Tiene que haber un sitio que busco y que no encuentro
donde vivir conmigo, donde caerme muerto,
donde hablar con vosotros, amigos, en silencio
y sentir la alegría de estar triste y ser bueno.

Ni la Tierra es redonda ni la Tierra da vueltas.
La Tierra es un camino por donde Dios se acerca,
por donde el hombre pasa cantando a su manera
y mirando las cosas del lado que las sueña.
Yo no dudo que existan el pájaro y la piedra
y las flores del cardo que en mis campos se secan,
pero se que mis aves y mis piedras y estas
flores moradas mías no son como las vuestras.
Ni la Tierra es redonda ni la Tierra da vueltas.
La Tierra es un camino por donde el hombre sueña.

Andando todo el día y el día no se acaba.
Mis pájaros se mueren de sed, lejos del agua.
Atrás se irán quedando mi vida y cuatro casas:
la casa de mis padres, la de Dios, la cerrada
casa de mis amores, que ya se me olvidaban,
y la que solo Dios sabe donde me aguarda.
Como se alarga el día. Ay, ay, como se alarga
cuando mueren mis pájaros o vuelan y no cantan.
Amigos, no hagáis caso si pasa lo que pasa;
casi nada es la muerte; mi vida, casi nada.

Quiero andar, andar siempre, quiero andar todavía
aunque no encuentre un alma ni una orilla tranquilas.
Voy despacio, mordiendo una fruta podrida
que me sabe a los últimos recuerdos que se olvidan.
Hay un árbol caído y un reguero de hormigas
y unos pájaros locos que cantan o deliran.
Y está el cielo tan alto y tan claro está el día,
que me lloran los ojos cuando, amigos, os miran.
Quiero andar, andar siempre, quiero andar todavía.
Corazón que descansa cuando más se fatiga.

En mis campos de piedra lo que pude he sembrado,
yo no tengo la culpa de que sean tan áridos.
Traje llenas de trigo y esperanza las manos.
Que amigos míos eran, ay, entonces los pájaros.
El trigo que traía lo perdí grano a grano,
tal vez se lo llevaran las hormigas del campo.
Ahora tiendo, vacías, las palmas de las manos
y los pájaros pasan por encima, volando.
Pero aun me queda una fe oscura en el milagro:
si los pájaros vuelven, volverán a mis manos.


De la revista POESIA ESPAÑOLA (1954)


16 comentarios:

  1. Traje llenas de trigo y esperanza las manos...
    A ver si es cierto que vuelven los pájaros. Beso, guapa por este suspiro mañanero.

    ResponderEliminar
  2. Este poema le deja a uno un tanto así, a mitad de camino entre el irse y quedarse, entre la melancolía y la esperanza, entre la realidad y los sueños...

    ResponderEliminar
  3. Tere-Incisos: Como verás dice que es un milagro que vuelvan los pájaros. Ya lo dijo también García Lorca:

    Las cosas que se van no vuelven nunca,
    todo el mundo lo sabe,
    y entre el claro gentío de los vientos
    es inútil quejarse.

    ResponderEliminar
  4. Pablo Saldaña: Yo lo he recitado tantas veces que ya no se si es bueno o no, pero el caso es que me gusta, siempre me ha gustado.

    ResponderEliminar
  5. No lo conocía pero me caló hondo, en él se refleja el recorrido de toda una vida, versos como estos:

    Amigos que antes tuve, amigos que ahora tengo,
    mis pájaros de entonces y mis pájaros nuevos.


    Quiero andar, andar siempre, quiero andar todavía
    aunque no encuentre un alma ni una orilla tranquilas.


    Ahora tiendo, vacías, las palmas de las manos
    y los pájaros pasan por encima, volando.
    Pero aun me queda una fe oscura en el milagro:
    si los pájaros vuelven, volverán a mis manos.


    Es precioso, te pido permiso para copiarlo pues me gustaría leerlo más veces y además buscar más poemas de Venancio Sánchez Marín.
    Gracias por compartir este poema con nosotros.

    ResponderEliminar
  6. He leído el poema varias veces y esta mañana cuando los vencejos se acercaban a mi ventana lo he vuelto a recordar, venían volando a ras de las ventanas, no he querido abrirla ya que alguno se hubiera colado.
    Si los pájaros vuelven, volverán a mis manos, aunque tenga que cerrar mis ventanas.
    Entonces pensé que era una golondrina, pero ahora veo con claridad que era un vencejo.
    http://www.unjubilado.info/2009/07/01/golondrinas/

    ResponderEliminar
  7. Leodegundia: No tienes que pedir ningún permiso, pero me temo que no vas a encontrar ningún poema de este escritor y ni siquiera una biografía. Yo tampoco recuerdo si entonces supe quien era o si leí algo más de él. ¡Han pasado tantos años!

    ResponderEliminar
  8. unjubilado: Yo que tú cerraba la ventana por muy poético que te sientas, pues los vencejos pasan siempre demasiado cerca y te pueden dar un restregón con las alas.

    ResponderEliminar
  9. Bellísimo poema y realmente una pena que no se pueda hallar nada del autor.
    En cuanto a la vuelta de los pájaros es casi seguro un milagro que vuelvan los mismos pero como las flores, vuelven otros con la nueva estación. Igual que el poeta los espero siempre.

    ResponderEliminar
  10. Lo malo es que puede ocurrir que cuando vuelvan los pájaros ya no estemos nosotras. Como dijo otro poeta:

    Aquel gran amor de un día
    volverá y yo no estaré,
    si es que vuelve todavía
    .

    Rafael Montesinos

    ResponderEliminar
  11. Que bonito poema, me dare un tiempo para leer los demas, me encanto. Saludos Martha

    ResponderEliminar
  12. Me alegro de que te guste, Martha. No hay muchos poemas en este blog, pero ya irán llegando más poco a poco.

    Bienvenida a esta casa.

    ResponderEliminar
  13. Pues tienes razón, ni en todos los libros que tengo de poesía, ni en las enciclopedias, ni en la red, encontré nada ni sobre el autor ni sobre su obra, por lo tanto quedará en el misterio, lo que no le quita valía al único poema que gracias a ti conozco de él.

    ResponderEliminar
  14. Yo tengo pendiente repasar todos los números de esa revista para ver si hay algún poema más o si habla algo de él, pero lo malo es que el tiempo no da para ese tipo de cosas.

    ResponderEliminar
  15. pio,
    pio
    pio
    ¿que hay de nuevo pa leer?

    y beber qué??

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para beber poco y virtual, que no hace daño al hígado.

      Eliminar