Se acaba enero y, como no hay tres sin cuatro, vamos ahora con una información que leo a Inés Gallástegui también en IDEAL.
Por ella me entero de que lo que antes se decía “irse a por tabaco”, ahora le llaman Ghosting. Sí, esa forma de dejar una relación sin dar explicaciones, sin eso tan molesto de dar la cara. Hoy estoy y mañana desaparezco sin dejar rastro. Y aquí paz y después gloria. Que hace años y cuando todos los hombres fumaban, el estanco servía de pretexto, pero ahora somos más modernos y basta con no contestar a las llamadas, los correos o los “guasah” para desaparecer practicando el Ghosting. Y, en el artículo, Inés Gallástegui habla de una chica que hasta se recorrió los hospitales pensando que al novio le había ocurrido algo, pero nada, lo único que pasaba era que había decidido romper y esa forma le resultaba más cómoda.
Pero a lo que voy es a lo que dice un psicólogo respecto a esto. Y copio del artículo.
Para el psicólogo, detrás de esta práctica “hay mucha irresponsabilidad e inmadurez emocional”. Y no solo en el ámbito de las citas, sino en todos los aspectos de la vida. “La incapacidad de dar la cara y afrontar las dificultades es un fenómeno extendido. Muchas personas no saben afrontar los conflictos y no se dan cuenta de que la huida no es la respuesta. Los problemas no se solucionan solos con el tiempo”, advierte.
A su juicio, esta actitud es mucho más frecuente en los jóvenes y, sobre todo, en los varones. Y a continuación el psicólogo habla del tema de las rupturas entre parejas, como podéis ver en el enlace. Sin embargo, yo prefiero atenerme a la generalidad, a lo que decía antes de que esto se produce no solo en el ámbito de las relaciones sino también en otros aspectos de la vida, pues me parece bastante más grave que la simple inestabilidad en las relaciones sentimentales, que también puede ser propia de la juventud.
(Se advierte al público que no tengo nada en contra de los hombres y que, si los pongo a parir en dos posts seguidos, es pura coincidencia)