24/3/13

Presiones



Con tanto titular escandaloso y tanta crisis, quizá ha pasado desapercibido en el resto de España algo que ocurrió hace unos días en mi ciudad y que me parece muy preocupante. Veamos:


Pero como en ese enlace hay mucha información, que probablemente no tengáis gana de tragaros, os la resumo un poco, adelantando que la presión del Ayuntamiento consiste en haberle retirado al periódico toda la publicidad institucional, incluso la que ya estaba contratada y a punto de publicarse. Pasemos entonces a los antecedentes.
  



Creo que fue en el año 2003 cuando se empezó a trabajar en lo que iba a ser la línea a Granada del Tren de Alta Velocidad (en adelante AVE para entendernos mejor),  que ya desde un principio sabíamos que nos llevará a Madrid –si es que nos lleva algún día -pasando por la provincia de Málaga y obviando con ello la definición de Euclides de que la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta.

Pasan los años colocando traviesas a paso de tortuga, encontrando restos arqueológicos que paran las obras durante meses y cambiando trazados de algunos tramos, mientras aquí en Granada se empieza también a construir una línea de Metro, por lo que el alcalde José Torres Hurtado, más conocido por PPTorres, exige que el Metro se desvíe para enlazar con la estación de Andaluces a la que se supone llegará el AVE, desvío que nos cuesta 35 millones de euros y destrozar los Paseíllos Universitarios del Campus de Fuentenueva.

Este mismo alcalde tiene un destello de lucidez un día y le encarga al arquitecto Rafael Moneo un proyecto de estación nueva en el mismo sitio que la actual. Moneo realiza un proyecto espléndido e ilusionante aprovechando las características del espacio al máximo, pero un proyecto muy caro que, además, queda aparcado porque el AVE está aun lejos.

Sigue pasando el tiempo, las vías del AVE se van acercando y es hora de empezar a construir la estación, pero mientras también ha llegado la crisis y el proyecto de Moneo es inviable, por lo que en el Ayuntamiento se empiezan a barajar ideas cada vez más descabelladas, desde construir la estación en mitad del campo,  a parchear la actual para que puedan entrar los nuevos trenes. Pero no olvidemos a Moneo, que enamorado de su estación,  reforma el proyecto por su cuenta y riesgo, haciéndolo más asequible sin que pierda la belleza que tenía el primero.

Sin embargo, no contaba con el mencionado PPTorres, que se destapa de pronto con una decisión peregrina: llevarse la estación a casi 4 kilómetros, abandonando la antigua estación y con ella el desvío del Metro que costó 35 millones y encontrándose ahora con que la supuesta estación quedará a medio kilómetro del Metro ya construido. Genial, ¿verdad?  Pero como resulta que en Madrid están los de su cuerda, es bastante probable que se salga con la suya.

Como ya os estaréis imaginando a estas alturas del relato, detrás de esta decisión hay lo de siempre: los terrenos céntricos de la antigua estación que quedan libres para construir cuando la burbuja del ladrillo vuelva a inflarse, los miles de metros cuadrados que estarán a disposición de los constructores en una de las mejores zonas de la ciudad.  Llegan, como es lógico, las protestas y empiezan a aparecer en IDEAL artículos y opiniones de todos los sectores de la población, desde las asociaciones de vecinos hasta economistas y profesores de la Universidad. Pero el PPTorres no se achanta, se imbuye del espíritu de un antiguo general bajito y con bigote y, en vista de que no puede cerrar el periódico ni derribarlo como hacía dicho general, lo ataca por el flanco económico, retirándole la publicidad institucional y condenando de camino a la mayoría de los granadinos a no enterarse de los comunicados de su Ayuntamiento, dado que IDEAL es con mucho el periódico más vendido y leído en Granada.

Actualización: Por una entrevista al arquitecto Moneo me entero de que el encargo del proyecto de la estación no lo hizo PPTorres, sino Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias). O sea, que ni eso. Y otra cosa que dice es que la estación que proyecta el alcalde es más cara que dejarla en la actual de Andaluces. Cornudos y apaleados.... 

20/3/13

La bolsa y la vida




Los que ya tenemos muchos años hemos podido ver la trayectoria de la bolsas de plástico, desde que no existían hasta ahora que las estamos restringiendo por el daño que causan al medio ambiente.
Cuando yo era niña e, incluso, más tarde, se iba a la compra diaria con un bolso, algunas veces lo que se llamaba un cesto, hecho de una fibra natural que no sabría precisar, y allí el tendero metía los artículos sin envasar o envasados en cartuchos de papel. El bolso se paseaba por las distintas tiendas y en él iban entrando legumbres, azúcar, café, fruta, hortalizas, pescado o carne. Y hasta era un espectáculo ver ese bolso o cesto en el que asomaba por una esquina el verde de las acelgas y por la otra una barra de pan o la cola de un pescado, formando un bodegón digno de ser llevado a un cuadro. Por otra parte, cualquier otro artículo que se comprara, esta vez en las tiendas del centro, te lo envolvían delicadamente en papel sujeto con las etiquetas adhesivas de la tienda, y así te podrías encontrar en una tarde de compras con media docena de paquetes de distintos tamaños conteniendo lo mismo un perfume que una chaqueta, un libro o un paraguas.
Para evitar ese desbarajuste de paquetes que se te escapaban de las manos, se inventaron entonces las redes que veis en la foto, en las que se podía recoger todo y llevarlo más cómodamente, y aparecieron multitud de modelos de distintos materiales, que llevábamos dobladitas en el bolso para cuando hiciera falta comprar algo.  
Pero la auténtica revolución, la solución total, fueron las bolsas de plástico, las maravillosas bolsas que no pesaban nada y en las que cabía todo. Con ellas llegaron los autoservicios o supermercados, en los que tú cogías los artículos y en caja te daban cantidad de bolsas para poder meterlos. Y en las tiendas y grandes superficies había enormes bolsas de plástico grueso en las que cabía un abrigo y hasta un televisor. Pero como de todo lo gratis se abusa, llegó un momento en que el plástico, los miles de bolsas que se tiraban, empezaron a cubrir la tierra y el mar, y llegaron las voces de alarma para advertirnos del mucho tiempo que tarda una bosa en degradarse, de que matan a los peces y destruyen el medio ambiente. Y aunque algunos nos fuimos concienciando y las limitamos, las autoridades tuvieron que intervenir obligando a ponerles precio para que así se utilizaran las menos posibles.
Con esto, de nuevo han empezado a aparecer distintas bolsas reciclables, redes y bolsos para la compra, que no acaban de romper con la costumbre de las bolsas de un solo uso. Ignoro si esta campaña para limitar el plástico está dando resultado y nuestras tierras y nuestros mares se están viendo más limpios, pero dudo que sea así por lo que veo cuando compro: que la gente ha asumido el precio de la bolsa y las sigue pidiendo casi sin límite. ¿Cuál será el siguiente paso? ¿Lo veremos los que vivimos el principio de la historia?        

15/3/13

Campanillas




Como estos días hemos estado a vueltas con el Vaticano y con las campanas, he recordado algo que contaba un profesor de la Facultad de Teología. Decía que antiguamente se celebraban en la basílica de San Pedro de Roma misas simultáneas en los distintos altares, pero como no todas empezaban al mismo tiempo ni llevaban el mismo ritmo, cuando a la hora de la Consagración se tocaba la campanilla se producía un campanilleo incesante en toda la iglesia, por lo que el Papa ordenó que se silenciaran las campanillas quitándoles el badajo.

Y añadía el profesor: Eran, por tanto, unas campanillas simbólicas… y sin bolicas

10/3/13

Todo es posible... en Granada




En estos días, cuando los católicos aguardamos el nombramiento de un nuevo papa, quiero recordar una anécdota que en Granada es muy conocida, pero que quizá fuera de aquí no se conoce o se ha olvidado.

El 5 de noviembre de 1982,  Juan Pablo II visitó Granada y, entrando en la ciudad, el papamóvil sufrió una avería y no se les ocurrió otra cosa que subirlo a “una Alsina”, un autobús de línea interurbana, que estaba preparado para sus acompañantes. Y así se paseó por las calles de Granada en el asiento vecino al conductor, cumpliéndose una vez más la vieja frase de que todo es posible en Granada. Todo. Hasta apear al papa de esa versión motorizada de la antigua silla gestatoria.

Pues bien, a muchos católicos nos gustaría un papa así todos los días, viajando en autobús, en Metro o en lo que se presente, un papa fuera del Vaticano, de ese nido de avispas vestidas de rojo que es la Curia, un papa obispo de Roma,  con cierto ascendiente sobre los demás obispos por estar al frente de una diócesis doblemente apostólica, pero nada más. No un monarca, ni un jefe de estado, no la cúspide de una estructura piramidal en la Iglesia, sino un miembro más del  pueblo de Dios como la define el Concilio Vaticano II.
  
No será así, lo sabemos, terminará el cónclave, habrá fumatta blanca y tendremos nuevo papa asomado a su ventana del Vaticano, mientras las avispas vestidas de rojo revolotean tomando posiciones.
                                                                                                   
Paseando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, que estaban echando una red en el lago, pues eran pescadores. (Mt 4, 18-19)


2/3/13

Manuel de Góngora y Ayustante




Nace en Granada siendo hijo y nieto de catedráticos de su Universidad. Estudia Arqueología en Madrid y obtiene el cargo de Archivero en la Diputación de Granada. Algo más tarde gana una plaza en el Cuerpo Facultativo de Archiveros Bibliotecarios y Arqueólogos, lo que le permite trabajar en el Archivo de la Corona de Aragón, la Chancillería de Granada, la Presidencia del Consejo de Ministros y el  Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Trabajando en la Chancillería de Granada, publica un estudio sobre los fondos del Archivo de la Alhambra, con información esencial sobre la expulsión de los moriscos. Imparte clases en la Facultad de Filosofía y Letras de Granada, y en 1931 se traslada a Madrid como redactor jefe de la revista Blanco y Negro.

Simultáneamente, desarrolla su carrera literaria, publicando libros de poemas como Polvo de siglos (1912) y La razón del silencio (1933). Uno de sus libros más conocidos es Dolor y resplandor de España (1940), una colección de versos de exaltación al alzamiento militar de 1936 contra la República. 
En el género teatral, escribió libretos para zarzuela como Curro el de Lora (1925), con música del maestro Alonso, también granadino, La paz del molino (1927) con el compositor Luna, La fama del tartanero (1931), zarzuela con música de Jacinto Guerrero, La mujer de aquella noche (1932), de Moreno Torroba y  La casa de las tres muchachas, en colaboración con José Tellaeche y música de Pablo Sorozábal, estrenada en el Teatro de la Zarzuela de Madrid en 1934.
Dentro de sus obras teatrales estrena también Cuento oriental, poema escénico en tres actos, Un caballero español (1928), drama en tres actos, La petenera (1928), poema dramático en tres actos, escrito a medias con Francisco Serrano Anguita, Lo de siempre (1930), farsa de humor en tres actos, escrita a partes iguales con su hermano José, La novia de Reverte (1933) romance andaluz en tres actos en colaboración con Serrano Anguita, y también numerosas comedias y sainetes, como Y el ángel se hizo mujer (1941) y El gigante y la rosa (1931), una fábula  para niños escrita en quintillas y con ilustraciones musicales del maestro Luna.
En la última etapa de su vida, se traslada a Argentina como corresponsal del diario ABC entre 1944 y 1949. Muere en 1953 en la ciudad de Buenos Aires siendo Agregado Cultural en la Embajada de España.


POR LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ
En el nombre de Dios
que es Nuestro señor;
y en el de Santa María
luz más clara que el sol en el mediodía;
y en el del arcángel Gabriel
más rubio que la miel
el que a la Virgen María hizo la Anunciación
de que en sus entrañas concebiría varón.
Por la señal de la Santa Cruz
y por la clara luz
mansa y bella
de aquella
milagrosa estrella
que tan bien
guió a los Magos al portal de Belén.
Por las barbas de Abraham
y por el rubio pan
y por el vino de las bodas de Chanaán.
Por el arpa del Rey David
y por los truenos del Monte Sinaí.
Por la hermosura de la mujer hebrea;
por las campiñas de Judea
y por las aguas del mar de Galilea.
Por el Arca de la Alianza
y por la robusta lanza
de Josyé;
y por la vara de Moisés.
Por el gran dolor
y la mansedumbre del paciente Job.
Por el ronco clamor
de las trompetas de Jericó.
Por las profecías
de Isaías.
Por el carro de fuego de Elías.
Por las agonías
de los frenos y lamentaciones de Jeremías.
Por el amor
del Buen Pastor
que es Cristo Nuestro Señor
y Nuestro salvador…
Estas sean las invocaciones
que armonicen los rudos sones
que canto en mis ensoñaciones.
DON LUIS DE GÓNGORA
Aun corre por mis venas, ardorosa,
su sangre juvenil y retozona
esta sangre andaluza impetuosa
siempre gallarda y siempre fanfarrona.
Y el ceño que trazó sobre su frente
el pintor que dio vida a las Meninas
aun se arruga, tenaz y persistente,
entre los arcos de mis cejas finas.
El sol de la campiña cordobesa
brilla, como en un cielo de turquesa,
en sus versos pomposos y galanos.
Y es el orgullo de la estirpe mía
la rancia ejecutoria de hidalguía
de sus limpios romances castellanos.

DOÑA AURORA
Una mañana del florido Mayo,
-el corazón sediento de aventura-
esquivando del sol el duro rayo
del bosque me interné por la espesura.
Entre el verde ramaje de las frondas,
la brisa, dulcemente, suspiraba
y un arroyico de espumosas ondas
su collar de cristales desataba.
Y en el seno del bosque regalado,
a mi afán mostraste, destrenzado,
el nudoso cabello: fuerte y sana
como la diosa de la Primavera
o como aquella montaraz vaquera
del insigne Marqués de Santillana.

LA GRAN MENDIGA
A la puerta del templo, con la mano extendida
pidiendo una limosna para su desventura,
la vieja Madre España, llorosa y dolorida,
lentamente se muere de frío y amargura.
Encubre su miseria, dolorosa y cruenta,
en un andrajo –resto de ya lejanas glorias-
la mirada vidriosa, la tez amarillenta
como los pergaminos de sus ejecutorias.
Tiró por la ventana su última pelucona.
Fuese desmoronando su patricia casona.
El árbol de su espíritu, sin savia está y sin brote.
Ya solo ¡pobre Madre! de su vejez sagrada
sostiene la ruïna, cual patriarcal cayada,
la centenaria lanza del Señor Don Quijote.

De Polvo de Siglos. (1912)