30/3/24

Aplausos

 


      Durante esta cuaresma, el periódico IDEAL nos ha estado obsequiando con una colección de láminas titulada Miradas. La Semana Santa de Granada según sus fotógrafos, que me llegaban los jueves puntualmente.

      Creo que fue en la segunda entrega, cuando vino esa imagen que veis arriba, en una reproducción no muy buena al tratarse de la foto de una foto. Antes de nada, tengo que advertir que no soy "semanasantera" en absoluto, es más, en muchas ocasiones me crea problemas como el que ahora voy a exponer.

      La foto, de Luis Javier Quesada, recoge el paso por la calle San Matías del Señor de la Humildad, mas conocido como De la Cañilla, una talla de 1689 atribuida al círculo de los Mora y, si os fijáis, el fotógrafo ha estado acertado en el momento de hacerla, ya que la imagen lo tiene todo, no le falta un detalle. Veamos.

      Un paso valioso, un trono adornado, una calle antigua, la torre asomando, el capataz de la cofradía, la banda de música con cascos de plumas, gente en los balcones y en la calle, niños, colgaduras, cirios encendidos... Por tener, tiene hasta dos guardias civiles con tricornio.

      Se ven también caras sonrientes y manos que aplauden. ¿Que aplauden? En el paso está la imagen de un hombre medio desnudo al que han torturado y van a seguir torturando hasta que muera. Un hombre que nació en Belén, al lado de Jerusalén y a solo 50 km de la ciudad de Gaza. Un judío palestino denunciado por los suyos y torturado por el poder dominante. Trasladado al momento presente, podría ser un palestino en manos de la Shabak o un rehén judío de Hamás.

      ¿Y SE APLAUDE?



21/3/24

Mayte Martín de nuevo


      Antes de que las trompetas y los tambores de Semana Santa invadan las calles y no se oiga otra cosa, quiero compartir con todos los que me visitáis el último álbum de una de mis cantantes “fetiche”: Mayte Martín. Se trata del álbum Tatuajes, que ha lanzado hace unos días y está promocionando en una gira por todo el país. En él, acompañada por Nelsa Baró al piano, Guillermo Prats en el contrabajo y Vicents Soler a cargo de la batería, Mayte versiona "las canciones más bellas del siglo XX", como ella misma las califica. Y lo son, por lo que me resulta difícil elegir una para el vídeo. Es mucha la tentación de Alfonsina y el mar, más aun la de Lucía de Serrat y casi inevitable Ne me quite pass de Jacques Brel

       Sin embargo, resistiendo las tentaciones, me decido por una menos conocida aquí, aunque en Argentina, donde nació, sí tiene un largo recorrido, con intérpretes de la categoría de Susana Rinaldi. Y estoy hablando de Porque vas a venir, un vals criollo compuesto e interpretado en los años 80 por Carmen Guzmán con letra de Amanda Velazco, más conocida como Mandy.

      Y con vosotros, la versión de Mayte Martín, que espero que os guste.


7/3/24

Religión

  


      Siguiendo con el tema del post anterior, supongo que todos sabéis quién es Marie Kondo, esa madre de familia japonesa, que ha convertido el orden en una religión llamada KonMari de la que ella es la suma sacerdotisa. Y como toda religión, la KonMari tiene sus mandamientos, el primero de los cuales es que, para conseguir ese orden supremo, es necesario el minimalismo en todo. En la decoración, los objetos que guardamos... todo. Sin dejar claro si cuadros, libros y objetos artísticos son también cosas inservibles de las que debemos desprendernos rápidamente para alcanzar la armonía y la felicidad.

       Curiosamente, la señora Kondo y su religión han tenido un éxito aplastante. Una legión de conversos la sigue fervorosamente, “minimaliza” su vivienda y se dedica con entusiasmo a doblarlo todo, convirtiendo camisas, pantalones, sábanas y bolsas de plástico en paquetes irreconocibles que, una vez colocados verticalmente estilo libro, corres el riesgo de hacer la cama con paños de cocina o sonarte la nariz con unos calzoncillos.
      Bueno, pues doña Marie ha arremetido ahora contra los hogares españoles que, según ella, incumplen gravemente los mandamientos de su religión acumulando objetos no necesarios. Critica también nuestra costumbre de no quitarnos los zapatos al entrar en una casa y que conservemos la misma decoración en los cambios de temporada. Y, según ella, también nuestras camas tienen exceso de “capas” y deberíamos desechar colchas, sábanas y cobertores. Por último, remata censurando el bidé en los cuartos de baño.
      Ante estas críticas a nuestras casas, lo primero que le diría a la sacerdotisa si me la echara a la cara, es que, puestos a hablar de costumbres, puede ser que su abuela aun camine con pasitos cortos gracias al martirio que sus pies sufrieron de niña para que no crecieran. Que ya es costumbre esa... Y después, quizá terminara recordando lo que le contesté hace años a un albañil que, al vaciar un armario ropero para intervenir en él, me había dicho: Señora, ¿por qué tiene usted tantas cosas? Y yo, que ya había tenido con él ciertos desencuentros, le contesté: Pues porque esta es mi casa y hago en ella lo que me da la gana. ¿Capta el mensaje, doña Marie