23/6/22

Epílogo


      Ya hace unos días que votamos en las elecciones andaluzas y los comentarios, análisis y resúmenes abundan en los medios. Para mí, sigue siendo válido lo que dije esa misma noche, cuando las encuestas ya avanzaban la victoria del PP poco después de cerrar los colegios electorales. Dije: De lo malo, no es lo peor. Y así ha sido, ha ganado la derecha, pero no la ultraderecha, que era lo más temido. A pesar de esto, de aquel día me ha quedado un mal recuerdo, pero por cuestiones ajenas al resultado de la votación. Os cuento.

      Llego al Colegio Electoral, cambio de papeleta, como ya dije, y me sitúo en una pequeña cola. Lo primero que veo es un señor de mediana edad, alto y fuerte, en pie firme cual legionario y con el pecho abombado, como es habitual en los afiliados a VOX. En la mano porta un bolígrafo (no se para qué), de su cuello cuelga la identificación como interventor de ese partido y nos mira fieramente, como intentando averiguar quién de nosotros tiene aspecto de no votarlos. Por tanto, no repara en mí y eso me permite sacar el móvil y, con un ojo en el policía que anda por allí y otro en los vecinos que me rodean, disparo… y fotografío el codo del que tengo delante. Segundo intento y nuevo fallo, pues pillo al legionario de espaldas, pero a la tercera va la vencida y consigo tomarlo de frente sin que ni el policía ni él me manden a la calle. Ventajas de la edad…

      Pronto llego a la mesa, meto mi papeleta en la urna y veo,  al lado, a una antigua conocida del PSOE, que ha sido concejala, diputada, consejera de la Junta en varias legislaturas y no se cuantas cosas más. Y allí está, como apoderada. Se levanta camino de la puerta porque dice que el aire acondicionado está demasiado fuerte y va a ver si se calienta en la entrada. Nos saludamos, hablamos un poco y me despido dándole un abrazo, más que nada para posicionarme, porque he visto a mis vecinos charlando amigablemente con el legionario y hay que establecer distancias.

      Y me voy a la calle pensando: Un interventor de VOX y una apoderada del PSOE… ¿Eso es todo? ¿Y los demás partidos? Alguien me dice que el PP ha estado presente hasta hace un rato, no sabe si como interventor o apoderado, pero ¿y los demás? Bueno que Ciudadanos, que concurría a título póstumo, no tuviera de quien echar mano para ese Colegio Electoral, pero Por Andalucía, que ha obtenido 9.495 votos, y Adelante Andalucía con 4.310, ¿no tenían afiliados o simpatizantes que renunciaran a su domingo para echarle una mano al partido en el que se supone que creen? Es difícil de asimilar algo así para quienes, tiempo ha, pasamos horas ensobrando propaganda electoral.     


19/6/22

Clasista

 


Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros. (Groucho Marx)

      

      Hace unos meses, un amigo muy querido me dijo algo que me hizo mucho daño, más que nada por venir de él, que debería saber que eso es falso. Me llamó clasista, así con todas sus letras: C L A S I S T A. Y no en broma, como más tarde quiso suavizarlo, sino en serio, pues su voz al decirlo no tenía el menor tono ligero.  

      Pero nunca he sido clasista, nunca he creído que una clase social esté por encima de otra y solo he considerado superior una cosa: la Cultura. Y la cultura puede estar en todos los niveles sociales. Hace unos días la UGR ha investido Doctora Honoris Causa a Antonina Rodrigo, que es totalmente autodidacta, y hace ya tiempo impuso la beca roja de Derecho a José Reina, aquel albañil anarco tan cercano a nuestras Comunidades de Base. Solo dos ejemplos que me vienen a la memoria, el uno por reciente, el otro, por haberlo vivido muy de cerca.

      En el terreno personal, he tenido amistades de todo tipo, me he movido en ambientes muy dispares y nunca me he sentido mejor tratando con personas que se consideraban de clase alta. Al contrario, siempre me he sentido incómoda, como fuera de lugar. Nunca he aspirado a subir, ni el dinero ni la alta burguesía me han inspirado respeto. El respeto –y grande- lo tengo hacia personas que son fieles a sus principios, independientemente de la extracción social de donde procedan. Y el rechazo -y la compasión- hacia quien se vende, hacia quien renuncia a ser él mismo a cambio… ¿de qué?  ¿Hay algo por lo que se pueda pagar ese precio?  

      Ahora, cuando ya estoy en la recta final de mi vida, miro hacia atrás, contemplo mi trayectoria y llego a la conclusión de que ha sido un rotundo fracaso. Pero me salva una certeza: Nunca me he traicionado a mí misma, siempre he sido fiel a mis principios. Por eso, cuando esta mañana he entrado en el colegio electoral, se ha quedado en mi bolsillo la papeleta que elegí con cabeza y sentido común, y he cogido otra, para votar con el corazón y mis principios. Aunque sea un voto perdido, aunque no sea un “voto útil”. Voté así la primera vez que metí una papeleta en una urna y no voy a votar distinto ahora que puede ser la última vez que lo hago.


12/6/22

Corpus Christi 2022

 


      Pues sí, amigos, estamos en Corpus, en plenas fiestas, doblemente celebradas al ser las primeras después de estos años de pandemia.

      Pero, con razón, me diréis que ese cartel de arriba más bien parece de Semana Santa. ¿Verdad? Os explico el asunto para que no penséis que a nuestros munícipes se les ha ido la olla y ya no saben en qué día viven.

      Este año se celebra el centenario del Concurso de Cante Jondo de 1922, impulsado por personajes como Manuel de Falla, García Lorca, Fernando de los Ríos o el pintor Zuloaga, y este cartel está inspirado en el que realizó Manuel Ángeles Ortiz para aquella ocasión. Es obra del artista granadino Jacinto Gutiérrez y, según la concejala de Cultura, María de Leyva, tiene un marcado carácter simbólico, donde el tema de la guitarra se cruza con un pentagrama que queda centrado por el corazón atravesado por las siete espadas, mientras que el ojo y las lágrimas se centran sobre la forma circular de la Sagrada Forma. Al fondo se reproduce una versión de los característicos albaicines de Manuel Ángeles Ortiz.

      Ahí queda eso.

      Más adelante, si el tiempo no lo impide, hablaré de este Concurso, que también tuvo su polémica, como todo en Granada, pero hoy toca irse a la Feria. Quien vaya, claro.

Manuel Ángeles Ortiz 1922

 

4/6/22

El viejo cura




      La otra mañana, fui temprano a hacerme un análisis y, a la vuelta, pasé por la Basílica de la Patrona y entré un momento porque llevaba prisa por desayunar. La iglesia estaba casi vacía y me senté al final para irme pronto. Recordé entonces que, antes de la pandemia, me había sentado una mañana en el mismo sitio y me vino a la memoria lo que presencié aquel día.

      En la segunda capilla de la derecha hay un confesionario, el único que se ve algunas veces con cura dentro y clientela. Pero ese día no estaba dentro el cura, sino fuera, sentado al lado en un banco y con una mujer muy mayor que lloraba y lloraba, secando sus ojos con un pañuelo grande y blanco. El cura, también muy viejo, le hablaba y la consolaba, incluso creo que cogía su brazo con cariño, apoyando sus palabras. Yo los miraba y me daban ganas de pedir turno, porque yo también estaba llorando y nadie me consolaba.

      Y luego dicen que los curas no sirven para nada... Hubiera dado algo en ese momento por el sitio de aquella señora al lado de aquel cura. Un cura muy viejo, ya digo, seguramente conservador, con ideas que miro por encima del hombro.... pero con algo que a mí me hacía más falta que respirar: una palabra, un gesto, una mano en el hombro... Cercanía, afecto. Compasión.