Echo mano del Google y veo que este tema ha sido tratado ya en infinidad de ocasiones, por activa y por pasiva, a favor o en contra, pero como yo soy relativamente nueva en la blogosfera (4 añitos de nada) le voy a meter mano porque me gustaría conocer las opiniones de mis visitantes.
Y también porque, en esta ocasión, me siento afectada personalmente. Veréis. Hace unos días, encuentro publicado en un blog de mi misma ciudad un poema de José Carlos Gallardo, que copié en El macasar desde un libro muy escaso, con motivo de la muerte del poeta, que, además, era amigo. Hasta ahí no tiene mayor importancia, ya que el poema no es mío, sino sólo la publicación. Pero lo malo es que el copista ni siquiera se molestó en leer el post en el que decía que se trataba sólo de un fragmento, y lo ha publicado como un poema completo. Y ahora otro lo copiará de él, y otro, y otro, y un buen poema de un buen poeta circulará por la Red mutilado.
Me enfado, entro en el blog y, anónimamente, le hago saber el problema. Y mirad como responden él y sus contertulios. Que no pasha ná, que eso es normal, que la Red está para eso. ¿Para destrozar la obra ajena?
Pero es que no acaba ahí la cosa. Vengo siguiendo a este bloguero y no sólo hace esto con los textos, sino también con las fotografías que sube a su blog. ¿Que quiere hablar del Sacromonte y no le apetece subir las siete cuestas? Pues se va a Flickr, toma la foto que más le gusta… y se la lleva. Sin pedir permiso, sin dejar la menor nota, sin enlazarla en su blog. Así, con un par. Y ni siquiera cuando le entra un arrebato de nostalgia es capaz de coger la cámara e ir a su pueblo. Que la tiene, faltaría más, pero para otros menesteres. Y, ya puesto, se pasa un día por la Patagonia y se trae unas florecitas para adornar un poema de Fadwa Tugan (?) O por la Islakokotero en busca de un dibujo de Pessoa….Y, como remate, orgulloso de su proceder, recomienda a otros hacer lo mismo, pues la Red está plagada de fotos . Plagada, sí señor, como el bichito ese que se come los álamos…
Nota: Queda autorizada la reproducción total de este texto. La parcial no, que luego pasa lo que pasa.