Escribí aquí por primera vez de Muface cuando, en la pandemia, los médicos cerraron las consultas y los mutualistas nos quedamos sin nadie que nos firmara las recetas para nuestros medicamentos. Llegaron luego las vacunas y volví a escribir al vacunarme de la primera cuando mis amigas estaban ya citadas para la segunda. O sea, que si no cogí el bicho fue pura suerte. Tercera vacuna y os cuento aquí mis problemas para encontrar donde me pincharan. Que si en los Centros de Salud no hay vacunas para nosotros, que si estamos "en la privada"... Conseguí vacunarme y os conté entonces que a punto estuve de llevarle una caja de bombones a quien me dio cita en un Centro de Salud cercano Conté también el caso inédito de aplazármela para otro día cuando ya estaba con el brazo desnudo porque "necesitaban esa vacuna para un señor citado detrás de mí". De la Seguridad Social , por supuesto. Por último, también escribí no hace mucho de Muface y las “Fake News”, de los bulos y las falsas noticias que circulaban. En todas estas ocasiones, he mencionado a Muface, el sistema sanitario en el que estoy desde que se fundó y que, con sus ventajas y sus inconvenientes, es al que estoy habituada, el que atendió a mis padres en su enfermedad final y el que esperaba me atendiera a mí también en ese momento.
Pero ha llegado la renovación del contrato con las aseguradoras, estas han rechazado la licitación del gobierno...y se ha armado la marimorena. La ministra de Sanidad dice primero que no tiene ni idea de este asunto y que tampoco le importa. Luego, alguien se lo explica muy por encima y entonces dice que no hay problema, que nos acoge la SS en su seno sin la menor dificultad porque ella tiene un informe según el cual no somos ni un millón de personas, ya que ha habido una desbandada de funcionarios jóvenes hacia la SS. Y que "obligarán" a las aseguradoras a prolongar su asistencia hasta octubre del año que viene para irnos pasando a la SS poco a poco. Estupenda noticia. Lo malo es que el ministro de la Función Pública, que es al que le cae este marrón, tiene otro informe que le advierte de que podemos ser cuatro millones entre las tres mutualidades (Muface, Isfas y Mugeju) más los 8.000 funcionarios destinados en el extranjero y los beneficiarios incluidos en cada tarjeta y que, además, un 78% estamos en las aseguradoras. Y que no se les puede obligar a prolongar el contrato porque, según la ley, la licitación tendría que haber sido tres meses antes del fin del contrato y no es así, por lo que solo están obligadas a seguir prestando servicio un mes, hasta el 31 de enero. O sea, que la cosa no pinta tan fácil como la ve su colega de Sanidad, pero como está muy pendiente de que el presi lo nombre jefazo en Madrid, le da largas al tema consultando a las aseguradoras sobre los costes de su asistencia. Por último y como guinda del pastel, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo nos dice que Muface tiene que desaparecer, todos pasar a la SS y que se inyectarán los fondos necesarios a las comunidades autónomas, con lo que todos seremos felices y comeremos perdices. Se le olvida decir de donde van a sacar, de aquí al 1 de febrero, los hospitales, clínicas, médicos y enfermeras necesarios para ese aumento descomunal de pacientes, pero es comprensible su fallo porque no se puede estar en todo.
Visto lo visto, la primera pregunta que se me viene a la cabeza es si los informes a los ministros los hace Tezanos y la segunda que a que santo podemos encomendarnos, porque en manos de estos ministros vamos “apañaos”.
¿Pero sabéis lo que más me preocupa y hasta me duele? Pues la poca empatía hacia nosotros que estoy notando en el resto de la población. Unos, porque no están informados ni saben de qué va la cosa y otros porque parece que se frotan las manos al pensar que "a los señoritos privilegiados de la Privada se les van a acabar los privilegios”. Hasta en personas que trato estoy viendo esa postura y la verdad es que me duele. Me duele porque no existen esos privilegios y porque esta situación le puede costar la vida a muchas personas, sobre todo a muchos viejos y parece que eso no le importa a nadie. Un buen porcentaje de españoles lo está pasando mal y lo va a pasar peor...y hay quien se alegra.