31/12/13

Año Nuevo





     Pues nada, que aquí estamos otro año, frente a las luces del viejo convento del Carmen –cada vez más luces- y pasando un frío de muerte por estos sures. De nuevo recordando el año que termina y preguntándonos que nos deparará el que empieza, si será mejor que 2013, bastante nefasto por cierto. Esperemos, por tanto, que el 2014 se porte mejor a todos los niveles y sea un año de brotes verde-esperanza. Es lo que deseo para todos los que visitáis este macasar y también a los que aterrizan por casualidad vía Google. 

¡FELIZ AÑO NUEVO!

23/12/13

Navidad


     Este año no os voy a felicitar la Navidad con un libro infantil ni con un poema. Voy, simplemente, a dejaros este vídeo, que espero veáis. Porque hay otras Navidades, porque no todo son villancicos y luces de colores, porque el mundo no acaba en nuestro mundo occidental en crisis, sino que a un paso de nuestro país, a un paso de cualquier país con una mediana subsistencia, hay otros mundos que están en este.



18/12/13

De virtualidades hablamos




     Como estamos en días de ajetreo, compras y felicitaciones, no me voy a explayar en reflexiones sociológicas de vía estrecha a las que soy tan aficionada, pero que maldita la gana que tendréis ahora de pensar en ellas. Así que me voy a limitar a daros tres enlaces que podéis guardar para cuando haya pasado la resaca de las fiestas. Son de un museo virtual, de un proyecto de la UGR para hacer backup de las imágenes antiguas y de un centro virtual de Ciencias Naturales.
     El museo virtual lo ha creado la Diputación de Granada para dar a conocer parte de su patrimonio artístico mientras llega el momento de que la crisis permita convertirlo en museo real. Y así los informáticos se han valido, como contenedor virtual del mismo, de una recreación del edificio que en un futuro será sede de ese museo: el antiguo Colegio de Niñas Nobles, propiedad de la Diputación. Ni el museo es como algunos más importantes que hemos visto, ni tampoco la web funciona tan bien como otras de ese estilo, pero creo que podemos dar la bienvenida a un Museo Virtual con unos cuadros valiosos, que se muestran con bastante calidad y con información suficiente.
     El siguiente enlace me resulta más difícil de explicar, ya que yo misma no lo entiendo del todo, pero se trata de que la empresa granadina AgeO, spin-off de la Universidad de Granada, está realizando réplicas exactas, informatizadas y en tres dimensiones, de tallas de la imaginería andaluza, con el fin de preservar el patrimonio, pues permitiría realizar una copia perfecta en caso de deterioro o destrucción del original. Para ello realizan un escaneo con láser o con “patrones de luz blanca estructurada” que reproduce los más mínimos detalles de la talla, incluso el policromado con todos sus colores y hasta algún arañazo o desperfecto que tenga. El equipo de este proyecto está encabezado por los doctores Javier Melero y Jorge Revelles, profesores del Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la UGR, y podéis ver el resultado de su trabajo en esta web de la empresa.
     Y para terminar, otro museo virtual, en este caso el Centro Virtual de Colecciones de Ciencias Naturales, también de la UGR, que durante tres años ha informatizado su magnífico fondo de las colecciones de Botánica y Zoología, con 98.000 pliegos de herbario, que se pueden consultar en este enlace. Es el centro de este tipo más importante de Andalucía y con proyección nacional e internacional.
          

12/12/13

Dos Fernandos


     La serie Isabel, este post de Anarkasis y muchos comentarios que se han visto por ahí sobre la serie, todo junto y revuelto me ha hecho recordar que en el post sobre Fernando Fernán Gómez me dejé sin subir por largo este poema que veis ahora. Poema que largo sí que es, pero que no tiene nada que ver con la serie, ni con Maquiavelo, Gallardón, la Inquisición y la madre que parió al post de Anarkasis, que me he tenido que leer tres veces para seguirle el hilo. Pero la mente humana es así, le das un hilo y te lleva a la oveja de donde salió la lana, me mencionas a Fernando el Católico y, en vez de acordarme de los rientes ojos de Rodolfo Sancho, me acuerdo de Fernán Gómez, que era de todo menos riente. Va el poema, para que no se diga que yo no cumplo.

EL RECUERDO

Se me viene España de pronto como un río
y mi calle,
y mi barrio,
y mi muriente juventud,
y mi irremediablemente cercana infancia.
Me entran por la desesperanzada ventana
de mi soledad
como un río,
como un río que se desborda en esta ciudad desconocida.
Entran verdes, como las ondas del río,
los recuerdos, las cosas de mi infancia,
los juguetes, las chapas de las botellas de cerveza,
las cajas de cerillas con vistas de ciudades,
el pai-pai  con un paso de tango,
la criada romántica con olor a brillantina,
como ondas del río las esperanzas muertas,
y los sucios sueños adolescentes,
y los compañeros de clase,
y las amadas imposibles del colegio.
La pizarra, a la derecha, en los Maristas, con palotes…
La fábula de la lechera.
Y el otro colegio:
(“Los oceanos son”… cantábamos a coro. Y el director dijo a su amante,
la maestra: Elena, se dice océanos y no oceanos. Y cantábamos de nuevo:
“Los océanos son”… Quedaba peor ¡que pena!)
Y Arturo, siempre tan malicioso.
Y había a los cinco años el amor de Lucía, la hija de la portera, vestida de negro   con ojos del color de su vestido.
¿Cómo podría ser la niña que uno amaba a los cinco años?
Y llegan, llegan como ondas, la aritmética
y el área del trapecio
y Atila, y la reina Isabel en su trono de romance,
y Cristóbal Colón el bueno,
y Fernando el Católico el malo,
que no quiso dar joyas
para comprar barcos.
Y Viriato, que tocaba el caramillo
y luchó contra los romanos
mientras apacentaba unas ovejas que tenía en Portugal.
Y el Cardenal Cisneros, tan antipático,
desde su áspera lección.
Con esa chulería que le dijo a los franceses.
Y la gramática. No mámpara, sino mampara; no méndigo, sino mendigo.
Complemento, y todo eso. Y el verbo amar… Yo amo, tú amas… Y más
tarde el verbo “aimer”… “j’aime, tú aime”… Y más tarde el verbo “amo”. “Amo, amas”…
Y ahora lo quieren hasta en griego, ¡pobres niños!
y en inglés.
¿Para qué, Señor Ministro de Educación,
para qué?
Si por esa ventana abierta
entran solo a remediar mi escocida soledad
esos viejos recuerdos
de mi infancia, de mi calle, de mi tierra…
Que entran como un río
verde ya en la malvada madrugada
y me humedecen las raíces
de la esperanza.
¿Para qué, señor, tanto aprender,
si no va a haber nadie una noche
a quien amar, amo o aimer? 
 

6/12/13

Los Pareja Obregón


     Que no son hermanos, sino padre e hijo, y que me van a colmar de vídeos este post, pues por algo se trata de dos grandes músicos. Dos músicos, además, poco conocidos fuera de Andalucía y, si me apuran, fuera de Andalucía Occidental, de su Sevilla, donde los dos nacieron y donde murió el padre, Manuel, en 1995. Descendientes de una vieja estirpe en la que se mezclan condes con toreros, los dos componen, los dos cantan y los dos hunden sus raíces en la tierra que los vio nacer y de la que nunca quisieron separarse del todo.
     Manuel Pareja Obregón fue –según dicen- autor de 3.000 obras, entre las que se cuentan multitud de coplas y sevillanas, la conocida Salve rociera “del olé” y canciones como Cantinero de Cuba, que hicieron célebre Sergio y Estíbaliz a costa de mutilarla del sabor andaluz y de dos orillas que tenía, sabor que recobró Arturo, el hijo, en su versión, menos conocida que la de los vascos, pero más auténtica. En 1992, Carlos Saura, que siempre tuvo mucho olfato, lo sacó de Sevilla para que interpretara, en su película Sevillanas, unas de las suyas, lentas, parsimoniosas diría yo, y bien distintas de las sevillanas rocieras que aturden fiestas y ferias.




     Arturo Pareja Obregón heredó del padre algo más que el apellido. Compositor también e intérprete de su música, su carrera ha sido una especie de Guadiana, en la que aparecía y desaparecía dejándonos, entre medias y como quien no quiere la cosa, canciones espléndidas. Sevilla, Vagabundo, De tripas corazón o Si vienes al sur,  pero también interpretaciones muy buenas de otros compositores, como son los boleros clásicos, a los que da un toque flamenco muy suyo o, incluso, las sevillanas de su padre. De su canción más conocida, Sevilla, se han hecho multitud de versiones por parte de otros cantantes y también de él, pues una de sus características es que nunca canta una canción dos veces lo mismo. Podemos oírla ahora con un Pareja Obregón joven y todavía un poco inmaduro, que contrasta con el de la siguiente canción, Vagabundo.