26/9/22

El Tango. Las parejas. I

 

      Como dije, me he pasado el verano viendo vídeos de tango y he visto muchas parejas, todas muy buenas. Unas ya conocidas, los milongueros míticos y veteranos, cuyas parejas deben estar ya retiradas (o muertas) y ahora se les ve bailando con otras mucho más jóvenes. Estoy hablando de Totó Faralde, al que ya vimos en la primera entrada, Dani el Flaco, El Chino Perico y muchos más, que aun se ven en demostraciones mostrando su saber y su estilo.

      Pero también he conocido parejas jóvenes, que brillan con luz propia, y, de ellas, voy a mencionar solo dos para no estar con esto hasta Navidad: la formada por Fernando Jorge y Alexandra Baldaque y la compuesta por la consagrada Alejandra Mantiñán con el joven Aoniken Quiroga.

      Fernando Jorge y Alexandra Baldaque son pareja en la vida privada y hay vídeos con ella bailando muy embarazada. Son portugueses y residentes en Oporto, en donde tienen una Escuela de Tango, con un gran salón para las milongas de los viernes. Son campeones de Europa de Tango Salón (2011) campeones de Milonga en el Metropolitano de Buenos Aires (2019) y tienen un premio de Vals también del Metropolitano. Y a mí me gustan, me gustan mucho, no me canso de verlos. Me gusta la sobriedad y madurez de Fernando y la compenetración de Alexandra, que atiende perfectamente las indicaciones del cuerpo de él, que tanto –y tan bien- acaricia.

      Veamos entonces unos vídeos de sus tres especialidades y empezamos con un Tango de este mismo año y en su ciudad, ya con él madurito, pero bailando tan bien como siempre.    

     


       Pero no me resisto a enlazar este, tan conocido (y que tan bien cantaba nuestro Carlos Cano) este de hace 11 años, con ellos mucho más jóvenes y las "caminatas" más bonitas que he visto en mi vida… y este, del año pasado en nuestro país, en el Festival de Tango de Oviedo.

      Pasamos a la Milonga y los vemos ahora en No hay tierra como la mía, de Francisco Canaro.


           … Y bailando alegremente Milonga en la 31, cuya letra no tiene nada de alegre, precisamente.


      O esta con eco canyengue.

      Llegamos al Vals con Coisas pequenas, aquella canción tan bonita de Madredeus, que yo tenía olvidada y me la he encontrado bailada maravillosamente como un vals criollo.      


       Igualmente que esta canción rusa

      Y para terminar, como esta pareja baila lo que les echen, aquí tenemos una Electromilonga del Trío Garufa, que parece ser lo último de lo último en tango.
 

11/9/22

El tango. Tangos.

 

      Ernesto Sábato llamó al Tango “híbrido”, pues tiene multitud de influencias, desde las originales de su nacimiento, hasta las que ha ido recibiendo después. Y así, los entendidos señalan tres influencias principales en su origen: La habanera cubana, el candombe rioplatense y bailes europeos como el vals o la mazurca, a las que algunos autores añaden el tango andaluz. Todas estas influencias han ido conformándolo y creando distintos tipos o variedades de tango, de las que vamos a ver algunas.
      Según parece, la Milonga procede de la guajira cubana, cante de ida y vuelta con Andalucía, que fue evolucionando y mezclándose con el tango, hasta terminar siendo un subgénero de este. En la anterior entrada, ya hemos visto la milonga Se dice de mí que, para mi gusto, no es la mejor, así que empecemos por la que lleva el nombre de la ciudad donde más milongas (locales de baile) hay. Con vosotros, La milonga de Buenos Aires de Francisco Canaro, bailada por Dmitry Krupnov y Maria Orlova, una pareja de rusos no muy ortodoxos, pero que gustan ¿Verdad? 



      Un post aparte merecería el tango Canyengue, el tango más antiguo, más primitivo, más popular, el que se bailaba en las calles y hasta en los prostíbulos, el que luego siguió en los arrabales cuando ya triunfaba el tango de salón. Veamos un par de ejemplos.
               


      Y por último, el Vals tango o Valsecito criollo, el vals alemán que ya se bailaba en los salones de Buenos Aires y Montevideo en 1810, adaptado al gusto criollo y que algunos han definido como “un tango que se baila como un vals”, aunque yo diría más bien que es un vals que se baila como un tango.
Valsecito criollo de Juan D'Arienzo.