En este mundo hoy convulso por las guerras y
el odio, en una Palestina ahora ensangrentada, nació Aquel cuya llegada
celebramos hoy. Recibámoslo con un canto de amor, con la canción de
León GiecoSolo le pido a Dios, cantada por primera
vez en español, árabe y hebreo. Tres idiomas, un mismo corazón. Y
una misma petición por la paz en Oriente Medio y en todo el mundo.
Nunca he seguido los premios Grammy,
ni siquiera los Latinos, a pesar de estar en nuestra lengua y de que
muchas veces los han conseguido artistas españoles. Por eso, este
año me llevé la sorpresa de que la gala de entrega de los premios
se había venido a Andalucía. O sea, a Sevilla, a su Palacio de
Exposiciones y Congresos. Y también me enteré de que varios de esos
premios han sido para una mexicana de la que hablamos en este blog
hace un par de años: Natalia Lafourcade.
Concretamente, el premio a la mejor grabación del año, al mejor
álbum de cantautor y a la mejor canción de cantautor. Todo ello por
el álbum titulado De todas las flores, un álbum muy intimista,
escrito, al parecer, en un momento malo de su vida y con varias
canciones notables, de las que tengo que destacar la que da nombre al
álbum, que es una canción del tipo que me ha gustado siempre:
triste, melancólica, pero con ritmo. Es decir, bossa nova. En la
línea de João
y Astrud Gilberto, la inolvidable Chica de Ipanema.
En YouTube está el álbum completo, pero me voy a limitar a mostraros aquí De todas las flores.
Ayer empezó diciembre y yo rompí a llorar viendo el telediario. No se si es que, con el mes, entro en “modo sensible” o que las imágenes de niños heridos en Gaza me sobrepasaron, pero el llanto se me vino a los ojos a oleadas, como un río. Y tuve que salir de la habitación huyendo de esas imágenes, que me herían hasta lo más hondo.
¿Es que nadie va a parar esto? ¿Es que a nadie le importa? ¿Es que todos vamos preparar nuestra Navidad ignorando lo que allí ocurre? Gaza,Ucrania... Sufrimiento, dolor, muerte... ¿Y nosotros llenando el congelador de marisco?
Hoy, 2 de diciembre, he tenido todo el día en la memoria un poema que ya publiqué hace tiempo, pero que no me resisto a mostrar de nuevo.
El macasar (Chimonanthus fragans o praecox) es un arbusto procedente de China y Japón, que alcanza una altura de dos a tres metros y que tiene la peculiaridad de que, en pleno invierno, de sus ramas desnudas y leñosas brotan las flores. Unas flores pequeñas, pero con un olor intenso, penetrante y, a la vez, delicado. La historia de Granada está muy ligada a esta planta, que se menciona en poemas árabes. Actualmente es difícil verla, pues sólo se encuentra en algunos jardines antiguos y, sobre todo, en los cármenes y jardines privados. Aquellos que llamó Soto de Rojas “Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos”.