1/4/11

Maldad gratuita





Hace tiempo que dejé de creer en los Reyes Magos, que asumí sin problemas que los caramelos de fresa no tienen fresa y los recuerdos de París están fabricados en Taiwan. Pero hay algo que no conseguiré entender por muchos años que viva: la maldad gratuita. Hacer daño a sabiendas y sin sacar ningún beneficio de ello.

¿Se puede disfrutar del sufrimiento ajeno? ¿Compensa, quizá, del sufrimiento propio? Que alguien me lo explique, por favor.

3 comentarios:

  1. Pues nada te puedo decir al respecto, la naturaleza humana es algo que me elude todo el tiempo... pero sí puedo comentar que en la imagen de tu entrada, el arma atacante parece una quijada. Me recordó a la quijada de burro que se usa en la música veracruzana.

    ResponderEliminar
  2. Sin duda es un enigma inexplicaable, pero que se repite con demasiada frecuencia, para desgracia de la humanidad.

    ResponderEliminar
  3. A mí esta cuestión me ha disgustado más de una vez y, sin embargo, no le encuentro respuesta.

    ¿Quizás los que hacen daño voluntariamente lo hacen para curar su propio daño? Qué estrategia más inútil, entonces...

    ResponderEliminar