El gusano de seda (Bombyx mori) es un lepidóptero originario del norte de Asia y más conocido en China, donde su crianza y tratamiento de los capullos se remonta a la más remota antigüedad. La tradición china atribuye la invención de la industria de la seda a la esposa del emperador Hoang-Ti (2.697 años a. de C.) y durante muchos siglos la crianza del gusano de seda constituyó un arte sagrado al que debían dedicarse las emperatrices y las mujeres nobles. La seda era utilizada como moneda en los cambios y para pagar impuestos.
Este arte permaneció mucho tiempo confinado en su país de origen y severas leyes castigaban al que divulgara a los extranjeros los procedimientos de devanado de los capullos o exportara fuera del territorio los huevos de los gusanos o las semillas de la morera que les servía de alimento. Y así permaneció en secreto durante más de 2.000 años, pero no pudieron impedir que se extendiera poco a poco por Japón y Persia. Estos pueblos también trataron de mantener la exclusiva, pero hicieron llegar las telas de seda al extranjero en donde se vendían a precio de oro.
Por fin, a mediados del s.VI de nuestra era fue introducida en Europa la sericicultura, entrando por Grecia y llegando hasta España donde tuvo gran arraigo en Levante y, sobre todo, en Andalucía, en donde los gusanos se criaban como en China meridional en las propias moreras y así se evitaba mucha mano de obra, ya que las larvas colgaban los capullos de las ramas y no había más que recogerlos llegado el momento.
De esta forma, durante toda la dominación árabe la industria de la seda tuvo gran importancia, había miles de telares y las telas de Sevilla, Almería y Granada eran apreciadas en todo el mundo, hasta que con la expulsión de los árabes fue desapareciendo y quedó Granada como último reducto hasta su conquista.
Pasados siglos, en los años 20 del siglo pasado y reinando Alfonso XIII, renació la idea de promocionar la producción, manipulación e industrialización de la seda, creándose diversas escuelas en varias ciudades españolas, entre ellas Granada. Estas escuelas eran dependientes de la Comisaría Regia de la Seda de la Villa y Corte, al frente de la cual estaba el industrial sedero catalán D. Federico Bernades y Alavedra.
El señor Bernades, al que la Escuela de Sericicultura de Granada le había regalado las madejas de seda de elaboración experimental de los alumnos, decidió emplearlas en su propia fábrica de Barcelona para tejer un manto a la Virgen de las Angustias, con proyecto propio y como regalo a la Patrona de Granada, manto que fue entregado en 1929. A este manto se le llama en Granada “de los gusanitos” y lo lució la imagen el año pasado con motivo de la beatificación del papa Juan Pablo II, que había orado ante ella en su visita de 1982.
Más fotos del manto aquí.
Bibliografía.
El gusano de seda y la industria sericícola. Luis Revenga. Ed. Ossó Barcelona 1935
Sericicultura. Pedro Vieil. Salvat editores. Barcelona. 1925
Dibujos del primero de ellos.
Este arte permaneció mucho tiempo confinado en su país de origen y severas leyes castigaban al que divulgara a los extranjeros los procedimientos de devanado de los capullos o exportara fuera del territorio los huevos de los gusanos o las semillas de la morera que les servía de alimento. Y así permaneció en secreto durante más de 2.000 años, pero no pudieron impedir que se extendiera poco a poco por Japón y Persia. Estos pueblos también trataron de mantener la exclusiva, pero hicieron llegar las telas de seda al extranjero en donde se vendían a precio de oro.
Por fin, a mediados del s.VI de nuestra era fue introducida en Europa la sericicultura, entrando por Grecia y llegando hasta España donde tuvo gran arraigo en Levante y, sobre todo, en Andalucía, en donde los gusanos se criaban como en China meridional en las propias moreras y así se evitaba mucha mano de obra, ya que las larvas colgaban los capullos de las ramas y no había más que recogerlos llegado el momento.
De esta forma, durante toda la dominación árabe la industria de la seda tuvo gran importancia, había miles de telares y las telas de Sevilla, Almería y Granada eran apreciadas en todo el mundo, hasta que con la expulsión de los árabes fue desapareciendo y quedó Granada como último reducto hasta su conquista.
Pasados siglos, en los años 20 del siglo pasado y reinando Alfonso XIII, renació la idea de promocionar la producción, manipulación e industrialización de la seda, creándose diversas escuelas en varias ciudades españolas, entre ellas Granada. Estas escuelas eran dependientes de la Comisaría Regia de la Seda de la Villa y Corte, al frente de la cual estaba el industrial sedero catalán D. Federico Bernades y Alavedra.
El señor Bernades, al que la Escuela de Sericicultura de Granada le había regalado las madejas de seda de elaboración experimental de los alumnos, decidió emplearlas en su propia fábrica de Barcelona para tejer un manto a la Virgen de las Angustias, con proyecto propio y como regalo a la Patrona de Granada, manto que fue entregado en 1929. A este manto se le llama en Granada “de los gusanitos” y lo lució la imagen el año pasado con motivo de la beatificación del papa Juan Pablo II, que había orado ante ella en su visita de 1982.
Más fotos del manto aquí.
Bibliografía.
El gusano de seda y la industria sericícola. Luis Revenga. Ed. Ossó Barcelona 1935
Sericicultura. Pedro Vieil. Salvat editores. Barcelona. 1925
Dibujos del primero de ellos.
Un post muy interesante.
ResponderEliminarY una serie de datos que no conocía.
Yo tenía los datos por separado. Por un lado la historia del manto y por otro esos libros que cito, de donde he tomado el resto. Aparte de que en Granada se ha conocido siempre su tradición sedera.
EliminarMuy interesante e informativo.El manto es muy bello y se puede apreciar en todos sus detalles.
ResponderEliminarEste manto lo usa la Virgen en muy pocas ocasiones. Concretamente, yo solo lo he visto dos veces, ya que suele tener casi siempre uno que le regalaron los granadinos en suscripción popular.
EliminarEl manto es una preciosidad y todos las datos que aportas tanto sobre la fabricación del mismo como sobre los gusanos de seda es muy interesante.
ResponderEliminarQuizás recuerdes que en mi blog de la naturaleza puse un reportaje sobre estos laboriosos animales que puedes ver aquí.
Vi toda la colección de fotos que enlazas que nos permiten ver mejor todos los detalles del manto, así como de la imagen completa.
Tu reportaje sobre los gusanos de seda sirve de ampliación para este post con todos los detalles de su vida y las buenas fotos que lleva.
EliminarLa historia milenaria de los gusanos de seda, para acabar en la reciente (casi reciente y actual) del manto de la Virgen de las Angustias. Muy curiosa la fabricación de dicho manto. Al tiempo me ha llevado esta lectura a mi infancia, a la caja de zapatos donde se producía el milagro de la evolución. Saludos.
ResponderEliminarCreo que en Andalucía todos los niños tuvimos "gusanicos" y pudimos observar ese milagro que es su breve vida.
Eliminar¡Yo también los tuve!
ResponderEliminarMe pregunto cuántos gusanos harán falta para hacer suficiente seda para un manto.
No tengo ni idea, pero voy a buscar en los libros a ver si hay algún dato sobre la seda que produce cada capullo.
Eliminar¿Habías oído hablar de ese industrial catalán?
El hilo de cada capullo tiene de 300 a 400 metros de largo y en algunos casos excepcionales llega hasta 600. Ahora nos falta saber cuantos metros se llevan los bordados.
EliminarNo conocía esta historia, me ha llamado la atención el manto de los gusanitos.
ResponderEliminarOh Virgen de las Angustias,
Reina y Madre de Granada,
que es, a tus plantas postrada,
hoguera de fe y de amor.
En la vida y en la muerte
protégenos con tu manto,
y nos consiga tu llanto
el amparo del Señor.
Letra del presbítero don José Fernández Crespo
Lo que tú no encuentres... Ese himno nos lo hicieron aprender cuando estaba en el colegio y no es muy bonito, por cierto.
Eliminarque no es bonito?
EliminarTu de verdad eres de Granada?
A mí no me lo parece ni a mucha gente tampoco, pues pocos se lo saben y lo cantan.
EliminarYo creo que usted poco ha estado en la novena o en la procesión... ¿que pocos lo cantan? No me haga reir pero bueno ya se sabe que la miel no esta hecha para el asno
EliminarRecuerdo cuando mi hermano trajo huevos de gusanos, buscar hojas de morera como locos, casi a diario. Y los gusanos cada vez más gordos.
ResponderEliminarY lo peor es que a mi los gusanos me dan bastante asco.
Lo malo era cuando el nacimiento de los gusanos se adelantaba y las moreras apenas si tenían brotes, con todos los niños luchando por llevárselos. Las niñas teníamos más difícil subirnos a los árboles, pero nos fabricábamos unos artilugios con el palo de una escoba y un gancho en el extremo, y hasta los padres cooperaban a veces para buscar hojas antes de ver nuestros llantos porque los gusanos se podían morir de hambre.
EliminarMuy interesante la historia. Estaría bien poder hacer la ruta del mismo nombre; seguro que hay muchos lugares exóticos que merece la pena ver.
ResponderEliminarDe niño también los criaba, hasta que mi madre se hartaba y los tiraba a la basura.
Un abrazo.
Tú siempre pensando en los viajes, Tawaki....
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