20/10/14

Falsa bondad





     Hace muchos años, cerca de la casa donde entonces vivía, se mudó una familia con muchos hijos y uno de los menores empezó a dar problemas desde el principio. Pegaba a los otros niños que jugaban en la calle, no acudía al colegio, destrozaba los jardines, mentía descaradamente sobre su familia, etc. Era un niño conflictivo,  en una época en que eso no estaba vigilado ni tratado por los Servicios Sociales.

     Ocurrió entonces que unos vecinos se fueron de vacaciones y, al volver, se encontraron la casa revuelta y varios objetos desparecidos, entre ellos un pequeño reloj de uno de sus hijos, pero cuál no sería su sorpresa cuando, días después, sus propios hijos le dijeron que habían visto el reloj en la muñeca del niño conflictivo, que no solo no lo ocultaba, sino que presumía de haber saltado la tapia y haberlo robado. Como es lógico, pensaron denunciarlo, pero la madre del niño se les presentó llorando y rogándoles que no lo hicieran, que aquel hijo no cesaba de darles problemas y ya se habían tenido que mudar de barrio varias veces por hechos como ese. Les devolvió el reloj y les prometió también que volverían a mudarse y lo alejarían de allí, ante lo cual los vecinos desistieron de la denuncia y renunciaron a recobrar el resto de las cosas que habían perdido.

     Cuando estos vecinos me lo contaron, no pude evitar decirles que habían hecho mal perdonando el hecho, y no por ellos, sino porque ese niño necesitaba de atención y sin ella terminaría por ser un adulto delincuente. Y es que algunas veces ciertas clases de bondad no benefician a nadie, sino todo lo contrario.
   

12 comentarios:

  1. En ocasiones por tratar de ayudar, empeoramos las cosas, al menos a la larga.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas veces, a lo largo de la vida, me he preguntado que habrá sido de ese niño, que debe tener ya 50 años como mínimo.

      Eliminar
  2. pues si empiezó llevándose un reloj, continuaría ayudando a llevarse la dama de Baza y ahora seguramente será uno de los que se llevó los dineros de alguna caja de ahorros.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si fue ese su camino, habrá vivido a lo grande, pero lo más probable es que haya terminado como el de la fotillo de arriba.

      Eliminar
  3. Independientemente de que una criatura "tire por libre", se intuye que, en el caso que comentas, los primeros que habían claudicado con "las cosas el niño" eran sus familiares, actitud que augura pocas novedades de no haber tomado el propio chaval unas riendas nuevas... Que hay personas que apuntan (pésimas) maneras en la niñez/adolescencia y son capaces de reconducirse.
    A saber las carencias, en tantos sentidos, del niño, hoy cincuentón.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este niño, independientemente de que apuntara maneras de delincuente, es que no estaba bien y me di cuenta el día que lo vi empujar hasta derribarlo en la acera a un bebé que apenas empezaba a andar. Miró a un sitio y a otro, pensó que nadie lo miraba, le dió un empujón con todas sus ganas y salió corriendo. Y eso no es normal en un niño simplemente travieso.

      Eliminar
  4. Dices que esos vecinos hicieron mal en no denunciarlo para que el chico pudiera recibir ayuda, pero habría que saber sin en aquella época la hubiera recibido o simplemente lo hubieran metido en un correccional de los de entonces, de los que cuando se salía era en peores condiciones que en las que se entraba.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso también es verdad, pero quizá hubieran aconsejado a los padres que lo llevaran a un psicólogo, que ya los había entonces.

      Eliminar
  5. La primera que debería saber eso es la madre. Malo es cuando se mezclan razones y sentimientos.

    ResponderEliminar
  6. Los conflictos no se resuelven mirando para otro lado, sino enfrentándolo Estaban sin querer formando un delincuente. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo creo que por falta de conocimientos, como he dicho antes.

      Eliminar