Foto cedida amablemente por Landahlauts
El otro día, encontré en un cajón una bufanda tejida a punto inglés laaaarga como un día sin pan y recordé cuando la estaba tejiendo y mi madre me decía: Niña, eso te va a arrastrar por el suelo. A lo que yo le contestaba: Como la de Reina.
Reina era nuestro anarquista de plantilla. No se si era el único anarco en Granada o que iba por libre, pero el caso es que aparecía solo en todas nuestras reuniones, en nuestros actos y yo creo que hasta en nuestras misas clandestinas de CCP (Comunidades Cristianas Populares) Una presencia que entonces considerábamos un poco absurda, pero que, pensándolo bien, en realidad había bastantes puntos de contacto entre su anarquismo y nuestro seguimiento de un galileo que ponía en cuestión todo poder que oprime al hombre.
Todo lo que se de Reina lo he leído después, pues entonces era simplemente “el de la bufanda” o “el de la boina”. Uno más. Como cualquiera de nosotros, como el que llegaba despistado pensando que aquello era una novena a S. Pancracio o, incluso, como el “social” de turno que mirábamos con recelo y terminaba siendo casi amigo, a pesar de registrarnos el bolso y pedirnos el DNI.
Se dice que José Reina llegó a Granada en la Transición, pero yo creo que estaba antes, todavía en dictadura, aunque también puede ser que me falle la memoria, ya que entre la dictadura y el gobierno de Arias no hubo mucha diferencia. Y lo que vino después ya es hemeroteca. Que frecuentaba las clases de Derecho y que lo nombraron Alumno Honoris Causa, un invento granadino porque ya se sabe que todo es posible en Granada.
Todo un personaje este hombre, del que desconocía esa curiosa titulación con placa y todo. Como se dice que el Universo Ácrata cabe en un pañuelo -digo yo que se tratará de un pañuelo paquetero, de esos amplios- resulta que no me es desconocido del todo: En la hemeroteca anarquista de la biblioteca, hay dos o tres números del antiguo periódico Andalucía Libertaria, de los años 1976 y 1977, donde colaboraba tu anarquista de plantilla con jugosísimos artículos. Parece ser que dicho periódico dejó de publicarse unos años y lo retomaron en 2010.
ResponderEliminarPues fíjate que yo no conozco ese periódico, ya que, como se puede ver, mi contacto con el Universo Ácrata fue muy colateral. Cuando publico estas cosas, más fundadas en mis recuerdos que en datos precisos, lo hago muchas veces con la esperanza de que entre todos vayáis completando el cuadro y así ha sido con este primer comentario tuyo.
EliminarNo hay duda de que el de la bufanda y la boina era un ser poco habitual que destacó en un tiempo difícil llegando a recibir el título de Alumno Honoris Causa que quedó reflejado en una placa. Lo que no nos dices es si al final tu estrenaste la larguísima bufanda o si directamente la pusiste a dormir escondida en un armario para encontrarte a estas alturas con ella y rememorar una parte de tu juventud.
ResponderEliminarClaro que estrené la bufanda y la estuve usando. Que, por cierto, ya no resulta tan larga, pues ahora las hay mayores aun.
EliminarComo ya suele ser habitual en mi no tenía ni idea de este señor, sin embargo buscando he encontrado un artículo de El País sobre su fallecimiento, noticia fechada el 12 MAR 1993.
ResponderEliminarJosé Reina, anarquista y alumno 'honoris causa'
Me parece que es el mismo artículo que enlazo yo en la entrada. Solo he encontrado ese y otro de Tito Ortiz que viene a decir lo mismo.
EliminarSi es el mismo, no había visto el enlace. Lo siento.
EliminarNo te preocupes, es que lo he resaltado poco.
EliminarUna curiosa y entrañable historia de un personaje muy singular que lo fue hasta para la Universidad de Granada. Hay seres tocados por un halo especial, pero no han querido o podido desarrollar otra función que hacer de tilde en escritos anónimos. Una bella historia muy bien contada.
ResponderEliminarBesos.
Reina ha dejado más huella en la UGR que muchos profesores notables, que no tienen ninguna placa en su facultad.
EliminarMe habían hablado de José Reina, alguien que lo conoció, en alguna ocasión. Tenía fotografiada esa placa... curiosamente, no lo había relacionado, ni me había dado cuenta de lo de "Alumno Honoris Causa"....
ResponderEliminarEs interesante la persona y lo que cuentas de él. Ya no quedan de estos...
Fue una época de personas singulares, como también fue singular la propia época. Ahora es todo más gris, las personas y la época.
Eliminarun tío con un par, como diría la madama, "a ese no le cobro"
ResponderEliminarMucho mérito el de la madama, pues el tal Reina no estaba como para esos favores y despedía a distancia un perfume a tabaco malo como para tirar de espaldas.
Eliminarusted no sabe de lo que son capaces de hacer esos man solitarios, por ser atendidos en casa de la madama,
Eliminar¡llegan oliendo a rosas!
Pues nosotras, las de entonces, no debíamos tener mucha pinta de madamas con nuestras trenkas y los pantalones de pana, pues allí no olía a rosas precisamente.
EliminarDesconocía al tal Pepe Reina, supongo que por una cuestión de distancia geográfica. Un tipo que despierta interés por su individualidad y por ser ahora su recuerdo evocador de aquellos cuyo patrón pareció perderse hace ya mucho tiempo...
ResponderEliminarDe distancia geográfica y de distancia en años, pues supongo que en Granada en este momento ni los alumnos de Derecho saben a quien está dedicada esa placa. Mi sorpresa ahora, al buscar información, ha sido que yo pensaba que era mayor, ya que a principio de los 70 ya parecía un viejo.
EliminarCreo que entonces la gente era más auténtica, se movía por convicciones y era capaz de argumentar sus ideas. Desde el respeto, no es difícil encontrar puntos en común, por pocos que sean. Hoy se dejan llevar por las encuestas, por la opinión mayoritaria, sin pretender justificar sus ideas, al tiempo que se busca el enfrentamiento más que otra cosa.
ResponderEliminarTienes razón, pues mirando aquella época a esta distancia, veo que estábamos grupos muy distintos y, sin embargo, no había enfrentamientos entre esos grupos. Parece lógico porque el objetivo era el mismo, pero viendo lo de ahora ya resulta excepcional que el PC, Comisiones, los anarcos y nosotros no nos lleváramos a matar. Es más, recuerdo que en una ocasión, un pariente mío del PC por entonces y muy "matacuras", me dijo: Tengo que reconocer que estáis haciendo más que nosotros.
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