Hace unos días, hemos asistido en la prensa al debate entre las administraciones sobre el tema del llamado bono social eléctrico, impulsado este debate, quizá, porque días antes había muerto una anciana en Reus en el incendio de su casa, a causa de que se alumbraba con velas al haberle cortado la luz la empresa suministradora.
Y, claro, se han levantado voces indignadas por esta muerte, por el desamparo en que vivía esta mujer, pero, al margen de que se pida responsabilidad a las administraciones, al Estado… o a la UE si es preciso, las preguntas que yo me hago son otras. ¿Esa anciana no tenía parientes, amigos o vecinos? ¿Nadie sabía que vivía en esas condiciones? ¿Nadie fue en su nombre a los Servicios Sociales, a Cáritas, o armó la bronca en Gas Natural? ¿Hasta ahí hemos llegado en deshumanización? Salimos en manifestación por el maltrato a la mujer y está muy bien. Nos indignamos hasta la lágrima por el maltrato a un niño. Y está muy bien también. Pero el abandono de los ancianos es un maltrato pasivo y eso nadie lo tiene en cuenta, nadie se manifiesta, nadie levanta pancartas y se hace pintadas en la cara. ¿Cuántos ancianos – viejos, sin eufemismos- viven solos en sus casas en condiciones pésimas, con pensiones de miseria y, lo que es aun peor, en total soledad? ¿Qué ocurre? ¿Qué porque están en el final de su vida ya no importan? Mejor que se mueran y una pensión que nos ahorramos ¿No?
DE SENECTUTE
Jaime Gil de Biedma
No es el mío, este tiempo.
Y aunque tan mío sea ese latir de pájaros
afuera en el jardín,
su profusión en hojas pequeñas, removiéndome
igual que imitaciones,
no dice ya lo mismo.
Me despierto
como quien oye una respiración
obscena. Es que amanece.
Amanece otro día en que no estaré invitado
ni a un momento feliz. Ni a un arrepentimiento
que, por no ser antiguo,
—ah, Seigneur, donnez-moi la force et le courage!—
invite de verdad a arrepentirme
con algún resto de sinceridad.
Ya nada temo más que mis cuidados.
De la vida me acuerdo, pero dónde está.
Preguntas ¿Esa anciana no tenía parientes, amigos o vecinos? ¿Nadie sabía que vivía en esas condiciones?, esta es la pregunta del millón porque desgraciadamente hoy en día parece que en muchos casos la familia, los amigos y los vecinos parece que o no están alrededor o están totalmente ciegos y sordos, cada uno se encierra en su concha y no asoma la nariz para ver lo que sucede alrededor, y si lo hacen y ven algo como lo de esa anciana piensan que eso no es asunto suyo y se vuelve a encerrar sin pensar siquiera que tal vez a no tardar mucho a ellos les puede pasar lo mismo.
ResponderEliminarComo creo que alguna vez he comentado, en el edificio donde vivo hace más de cuarenta años, he podido apreciar claramente que conforme los vecinos antiguos se van muriendo, los que llegan a ocupar sus pisos son distintos, son parejas jóvenes que viven en la casa como si no vivieran, que no tratan con nadie y apenas si saludan. ¿Se puede entonces esperar algo de ellos?
EliminarVivimos en el mundo de la demagogia y antes de soltar el microfono ya estan pensando en sus cosas personales. Si a eso le anadimos que si no hay reditos a corto plazo ya no se hace ningun esfuerzo, entonces nos encontramos con situaciones tan tristes como esta.
ResponderEliminarPero mientras tengamos la tele para embotar nuestros cerebros y el bar para castiga ral higado todo va bien. Lo han conseguido:que la inmensa mayoria no piense y se movilice unicamente cuando a ellos les interesa. Haces muy bien en levantar la voz. Al menos alguien te eschucha.
El populismo termina pagando la luz a sus amigotes y mira para otro lado cuando hay que proteger a los verdaderos desvalidos. Mientras, los de siempre, siguen a lo suyo. Asi de claro.
He levantado la voz en este sentido muchas veces, quizá porque me considero parte afectada, pero en lo que insisto es en que no podemos derivar nuestra responsabilidad hacía “los otros”: las administraciones, los políticos, los medios de comunicación… La responsabilidad es siempre nuestra, de los unos hacia los otros. Incluso me atrevería a decir que los responsables de la muerte de esa anciana son las personas de su entorno, sus familiares si los tiene, sus vecinos. Lo mismo que cualquiera de nosotros podemos cargar a nuestra espalda con responsabilidades semejantes si ignoramos a quien tenemos más cerca.
EliminarNo me haga mucho caso sobre los rumores, pero desde los tiempos de franco y más allá, las eléctricas, (todas) han tenido un teléfono interno, secreto secretísimo, al que te remiten o remitían, que si una (llamadas ahora oneges) organización les llama/maba, dando fe de la imposibilidad de pago por falta de recurso, van/iban en el mismo día y le ponen al mentado un limitador de potencia de un kw y medio y le pasan el rcb. a la ong, Entonces ese recb. era de una peseta, ahora supongo que será de 1 euro para que la ong recuerde darle de baja también, cuando la situación cambie. Porque obviamente el ordenador de la eléctrica no sabe si el que no paga es un jeta, que son los más, o un indigente. Pero no haga caso de estos rumores, porque ahora las eléctricas están infectadas de políticos, como hace muy poco estaban las cajas de ahorros
ResponderEliminarNo he tenido yo noticias nunca de esos rumores, solo se que en la cuentas anuales de Cáritas aparece una cantidad destinada a pagar recibos de luz y agua de familias que no pueden pagarlos, pero son recibos normales, sin que intervengan las empresas distribuidoras.
EliminarCada vez nos deshumanizamos más, hay personas mayores que por sus hijos se han hipotecado y han perdido su vivienda, y los hijos como se lo agradecen?.
ResponderEliminarEn casa donde vivían mis padres, ya solamente quedan dos vecinos muy mayores que aunque yo no vivo allí de vez en cuando los llamo o me acerco a saludarles, a los demás no los conozco si te ven no te dicen nada y no se ni en que piso viven.
Hoy me ha saludado en el portal una vecina que lleva dos años viviendo en la casa, pero ¿sabes por qué? Pues porque es un cargo público y se debe a sus votantes, entre los cuales piensa que, por la edad, estoy yo. Por supuesto que le he agradecido la inmensa sonrisa, aunque debería aclarar que no la voté para no llevarla a engaño…
EliminarEs un contrasentido -y una vileza- que una sociedad que tiene como gran logro la esperanza de vida, no se aplique en brindar, a quienes tanto dieron, una vejez apacible.
ResponderEliminarSe trata, también, de un problema de Educación en Valores; de la falta de los mismos, quiero decir. Cuando en las familias, los más jóvenes observan el trato que se da a abuelos y abuelas "de sangre", ese será el espejo en el que reflejarán su actitud cuando sus propios padre y madre alcancen una edad avanzada.
Hablas de “alcanzar” y, dado como está el patio, no parece que llegar a viejo sea ninguna ganga.
EliminarAh, pero la mayoría aspiramos a ello; con calidad de vida, además.
EliminarOjo que, también te digo -siguiendo con el tema del abandono de abuelos- que hay gente mayor que, con su pésima actitud a lo largo de los años, ha potenciado la espantada familiar.
Puede ser que sí, por supuesto, pues ya sabemos que "hay gente p'ató" y el mal carácter se potencia con los años. Pero no me parece razón para dejar abandonado a alguien débil e indefenso, pues según eso, habría que llevar al contenedor a los niños llorones que dan malas noches.
Eliminar“La Navidad es la temporada para encender el fuego de la hospitalidad en el salón, y la genial llama de la caridad en el corazón“ Washington Irving
ResponderEliminarFeliz Navidad y mi cariño. Volveré en el 2017 superando este parón. Gracias por estar siempre.
Un abrazo
En Navidad -y en todo el año-, el tema que menciono en este post debería ser la prioridad. La felicitación llegará luego, a su tiempo.
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