Hace unos meses, tuve que llevar a reparar el portátil y, como pesa bastante (al menos para mí) me acompañó un amigo joven que cargó con él. Tomamos el Metro, llegamos a la tienda, entramos, mi amigo con el portátil, que deja en el mostrador, y el chico que atiende se dirige a él preguntando que le ocurre. Mi amigo se aparta, se pone a mirar los artículos de la tienda y, entonces, al chico no le queda otra que dirigirse a mí, que le explico el problema del ordenador.
¿Qué ha ocurrido? Pues lo de siempre. Que entre una mujer mayor y un hombre joven, el de la tienda da por supuesto que yo voy de acompañante. O, como mucho, que el ordenador es mío, pero como no tengo ni idea, el joven me acompaña para dar la cara y explicar la avería.
Cuando lo comentamos después, mi amigo está un poco cortado, como si pensara que yo voy a ofenderme por eso o que me puede haber molestado que él tuviera que apartarse para que me atendieran a mí, pero yo le digo que es “normal”, que siempre ocurre así y lo tengo asumido. Tengo asumido desde hace muchos años que, si entro en una tienda de informática, me miran como diciendo: Señora, el supermercado está más abajo… Pero lo que sí me molesta es cuando atienden a todo el mundo antes que a mí, dando por supuesto que yo no compro, que solo miro por curiosidad aquellos chismes que no se ni lo que son. Eso sí me ha hecho salir de una tienda y no volver nunca.
Yo creo que a los mayores nos tratan a todos de la misma manera, así que yo además me aprovecho y en lugar de pedirles un pendrive de una determinada capacidad, les pido una cosa de esas que se enchufa en un agujero del ordenador, que quepan muchas cosas y que se pueda grabar y escuchar música o ver fotos, y llega el listo de turno y me explica como se llama y para que sirve el agujero ese y la memoria o pendrive y quiere venderme un disco externo, para que tenga más espacio disponible.
ResponderEliminarY tú, entonces, le cuentas que esos discos los ponías de joven en el “picú” para bailar.
EliminarNooooo, que va, les cuento que esos discos los empleábamos en la Santa María, para mover las barricas de ron desde la bodega a cubierta y así poderles dar un poco a los marineros. Colón y yo eramos los que mayor cantidad recibíamos, ya que el que "parte y reparte..."
EliminarPues se quedará "pasmao" el muchacho...
EliminarPues para trabajar en una tienda de informática está poco "puesto". ¡Pero si no hay Ayuntamiento o asociación que no haya organizado cursillos para mayores!
ResponderEliminarNo te creas. En esos cursos enseñaban poco más que a usar el correo y eso ya se está sustituyendo por el Whatsapp, por lo que los mayores más decididos se han pasado directamente al móvil sin haber tenido ordenador y otros, bastantes, siguen negándose a todo lo que suene a Internet, con móviles de los de “llamar y contestar”.
Eliminaren la foto está jirulando, ¿Qué le pasaba?
ResponderEliminarPorfa, define "jirulando".
EliminarDícese de aquello que funciona a pesar de guindos
ResponderEliminarEsas ideas preconcebidas...
ResponderEliminarEsas veces que pides en un bar o restaurante (acompañado por una mujer)... ella una cerveca, tú un refresco...
Llega el camarer@ y pone la cerveza al hombre y el refresco a la mujer...
Anarkasis: yo tampoco te he entendido!!
Saludos.
Debe ser el idioma...
EliminarLos ojos engañan mucho.
EliminarRecuerdo el pasaje del pequeño principe de la boda que se habia tragado a un novio, o más o menos
Podía haber sido peor. Imagínese que el dependiente la mire con el corazón, y que piense que es un ordenata robao por el pájaro que le acompaña, y que le está utilizando para arreglarlo, y luego venderlo, y le pide la factura de compra y el carnet de identidad además, a mi estas cosas me pasan.
Saludos a ambos.
Prometo usar menos barbaro-anarquismos lingüisticos, de verdad de la buena.
Pues no. La cosa no iba por ahí… O es que “el pájaro” y yo tenemos pinta de personas de fiar, ya que cuando él fue solo a recogerlo (y sin el tique de resguardo), se conformaron con una llamada mía por teléfono. O sea, que por 20 € le dieron un portátil algo antiguo pero bueno.
EliminarQué buen humor para contar la anécdota y luego para redondear la reflexión sobre que estamos un poco dejadas de lado al respecto. Espero que se revierta un poco la cosa, no por ser mujeres y un poco "grandes" somos tontas. Beso
ResponderEliminarAhí está el problema, pues el ejemplo que pone Landahlauts no es muy significativo, ya que lo corriente es que la mujer salga perjudicada en estas ideas preconcebidas. Y si es mayor, aun más.
EliminarEs que lo tienes todo, mujer, mayor y nacional. Así no hay asociación que te ayude. En serio, nos lo tenemos que hacer mirar, porque si en algunas cosas parece que vamos avanzando, en el tema de la tercera edad vamos para atrás. La mayor culpa la de los padres, que pensando que si dejaban hacer a sus hijos lo que les viniera en gana, serían más felices. A ver cómo revertimos ahora décadas de mala educación.
ResponderEliminarPor supuesto que vamos para atrás en el tema de la tercera edad. El otro día me comentaba un visitante de este blog que cada día hay más noticias en la prensa de ancianos que mueren solos en sus casas, incluso teniendo familia. Y no solo mueren solos, que eso le puede ocurrir a cualquiera, sino que los encuentran pasados muchos días. Y no digo más...
EliminarNo te olvides de los que quedan aparcados en los hospitales. Yo solo leo los titulares, pero no hace mucho me adentré en una noticia que me puso los pelos de punta. Llevaron al abuelito al hospital y se marcharon sin decir ni mu. Y el hombre desesperado, pensando que volverían en cualquier momento. Desgarrador.
EliminarA mí me han dicho los que trabajan en hospitales que en verano ocurre mucho, que se le da el alta a un anciano y no hay nadie que vaya a por él ni responden los teléfonos de los familiares. Y allí se queda el abuelo/a hasta que acaban las vacaciones.
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