20 de agosto de 2023. Luis Rubiales, entonces presidente de la RFEF, en la entrega de trofeos de la Copa Mundial Femenina de fútbol besa en la boca a la jugadora de la selección española Jenni Hermoso, pero todos vemos que la jugadora no le hace una “cobra”, no lo rechaza, sino que se ríe y más tarde comparte las risas con sus compañeras en el vestuario. O sea, que se lo toman a broma.
24 de octubre de 2024. La actriz Elisa Mouliaá denuncia, primero en Twitter y más tarde en la comisaría, que tres años antes sufrió acoso y violencia sexual por parte del político Íñigo Errejón. Añade luego en una entrevista que no lo denunció en su momento por ser Errejón una persona conocida y porque a ella "no le afectó". O sea, que le quita importancia a la agresión sexual.
Recientemente y con motivo del juicio de este último hecho y de la publicación del libro de Rubiales, he estado repensando estos casos y y he llegado a la misma conclusión que llegué entonces: estas dos chicas jóvenes reaccionaron exactamente igual que lo hubiera hecho cualquier mujer hace 60 o 70 años. Me explico.
Todas las mujeres de mi edad, pasamos en nuestra juventud y a lo largo de nuestra vida por situaciones semejantes, pero las soportábamos como algo inherente a nuestra condición de mujer. Nos llevábamos un mal rato, pero ni siquiera hablábamos de ello, nadie se enteraba y ni nos pasaba por la cabeza que eso fuera denunciable. Era algo así cómo soportar la regla todos los meses o pasar por los dolores del parto. Es más, yo misma recuerdo como por entonces me pareció ridículo el escándalo que se produjo enfrente de mi casa porque una chica gritó y se refugió en una farmacia al ser "atacada" por un hombre. ¿Que le ha hecho? Pregunté. Tocarle el pecho. Me contestaron. Y, como digo, a mí me pareció ridículo montar semejante lío por "tan poca cosa".
Han pasado muchos años, los tiempos son distintos, las leyes también, pero estas dos chicas siguen llevando dentro de ellas el mismo atavismo. Sufren una agresión sexual y su primera reacción es tomarlo a broma y quitarle importancia. Después, se saben mujeres del siglo XXI, saben que existen leyes que las protegen... y denuncian. Pero antes de eso, habían reaccionado cómo lo hubiera hecho su madre o su abuela.
Y yo no sé qué es más lamentable, si el comportamiento de Rubiales y Errejón o la reacción de Hermoso y Mouliaá.

El factor sorpresa hace que se reaccionaran tarde: no esperaban que pudiera sucederles eso. Como los conejos deslumbrados por la luz potente de los faros de un coche. En vez de correr se quedan quietos y eso es su perdición.
ResponderEliminarY perdón por la comparación.
Saludos.
Como mujer, sé que cuando un beso o una caricia te disgustan, la reacción es inmediata, yo diría que "automática". Otra cosa es una violación, por lo que, afortunadamente, no he pasado, y reconozco que ahí puede influir el miedo y otros factores, pero no creo que Hermoso se quedara paralizada, su apariencia en ese momento -y después- no fue esa, no se le vio la indignación o el rechazo por ninguna parte. Y no estoy diciendo que le gustara la salida de Rubiales, sino que, en un principio, le pareció "normal".
EliminarEmpezaré por el final de tu texto... Es cierto, tan lamentable es el comportamiento de unos como la reacción de las otras. La "actuación" de esos trogloditas sexuales no es solo lamentable, sino asquerosa. Ninguno de los dos tiene atenuantes y lo de Errejón todavía es más repugnante porque, hasta ser pillado en renuncio, se había llenado la boca de feminismo, respeto a la mujer y otras declaraciones que, tras conocer sus "andanzas" suenan a zarandajas de gañán metido a político. Ítem más: Que en su partido se conociese su historial de depredador no deja en buen lugar a quienes miraron a otra parte en lugar de leerle la cartilla y echarlo a la calle.
ResponderEliminarY sí, las mujeres que mencionas reaccionaron a destiempo. Pero eso se explica porque, observando las pautas de lo acontecido, no fueron ellas, motu proprio, quienes reaccionaron sino que fueron obligadas a hacerlo como reflejo a la respuesta de quienes contemplaron (en el caso de la futbolista) y supieron y dieron a conocer públicamente (en el caso dela actriz) la situación.
Creo que ambas respondieron a lo que la sociedad, o una parte de ella, demandaba; dudo que lo hubieran hecho sin haber sido incitadas previamente a reconocer el abuso del que habían sido objeto.
Fe de erratas: Tendría que haber colocado una coma después de "andanzas"; dela va separado de la.
EliminarTristemente pienso que hacen falta más generaciones para que las mujeres interioricemos que no estamos "obligadas" a soportar cosas así, que ser mujer no implica eso. Solo cuando la mujer lo interiorice, podrá decirle al hombre cuales son los límites.
Eliminar...y no te preocupes por las erratas, pues desde que nos manejamos con los móviles, son frecuentes.
EliminarSiempre hemos sabido que la peor enemiga de una mujer es otra mujer, pero, en estos casos, no se puede decir que estas chicas sean antifeministas conscientemente y, si les preguntaras, lo negarían, pero lo que se ha visto en ambas es que, en el fondo, llevan esa mentalidad heredada de las generaciones anteriores.
EliminarY en los hombres es igual, también un machirulo es hijo de otro machirulo. Yo conocí una familia en la que los gritos a la mujer, que le había "servido" una comida mal hecha, pasaron de padre a hijo y cuando los perdí de vista, el nieto ya apuntaba maneras.
Ni aún procediendo de familia de machirulos se justifica que uno lo sea. Llega un momento en la vida que se forjan pensamientos propios y ha de hacerse efectivo eso de "la casa es de tus padres; el camino, tuyo".
EliminarNo es tan corriente eso de los pensamientos propios. Fíjate como hay familias con varias generaciones de abogados, otras de militares, otras de profesores, de actrices, de pintores, etc. El camino de algunos/as les viene dado de nacimiento.
EliminarPues lo mismo pasa en esto. Ya está más que estudiado que muchos hijos reproducen el comportamiento machista que han visto en su padre.
...salvo que no es lo mismo ejercer una profesión "familiar", que no tiene por qué tener connotaciones negativas, a reproducir conductas atentatorias contra las mujeres. Ya solo faltaría que el machirulo que golpea a su mujer alegara como atenuante que su padre y su abuelo hacían lo mismo.
EliminarNi por asomo se me ocurre pensar que esa "herencia" pueda servir de disculpa en el maltrato. Lo que intento decir es que las mujeres -por desgracia- no conseguimos quitarnos de encima ciertas cosas que están muy arraigadas en la mentalidad de los hombres y, como consecuencia de esto, también en la nuestra. Rubiales besa a Hermoso porque se cree con derecho de hacerlo por ser hombre y ella mujer, pero es que Hermoso se deja hacer porque también algo dentro de ella la empuja a la sumisión. Tiene que reflexionar luego para actuar debidamente, lo mismo que si él hubiera reflexionado, seguramente no hubiera hecho lo que hizo.
EliminarO sea, que lo que desde el principio de esta entrada he querido decir es que todos, mujeres y hombres, tenemos que luchar por erradicar lo que nos viene heredado de generaciones anteriores y que llevamos muy metido en nuestro interior, de tal forma, que influye en nuestras reacciones más espontáneas, sobre todo en momentos en que no somos del todo dueños de nosotros mismos. Como pudo ocurrirle a Jenni Hermoso, desbordada por la emoción de haber conseguido la copa mundial.
Qué asunto tan complicado lo de las dos señoras estas. Yo no se qué pensar porque, como tu bien dices, a nuestra edad ¿quién no ha sufrido ese tipo de acoso y se ha callado? Ahora se denuncia, pero ellas lo denuncian por que a ellas realmente les afectó o porqué su entorno les dijo que tenían que sentirse afectadas y las apoyó? No se, sigo sin aclararme. Que los tíos no tienen verguenza por hacer cosas así es mas viejo que el andar para adelante....
ResponderEliminarY lo grave es que, en este momento, habrá muchos hombres que se pregunten si lo del beso fue para tanto, que hay que ver la que se ha liado por "un besito inocente y sin maldad". Lo de Mouliaá es más complicado de juzgar, porque tenemos dos versiones de lo que ocurrió, aunque parece ser que ya era conocida la carrera que llevaba el muchacho en estos asuntos, pero también tres años son muchos años para caer en la cuenta de que aquello no estuvo bien.
EliminarCuesta tener una opinión. Pero estos temas ¿los aclararán los juces? Porque tal como anda el mundo de la jurisprudencia ya no sabe uno si habrá luz o los taquígrafos se quedarán a dos velas.
ResponderEliminarDependerá, supongo, de que "cuerda" sea el juez. Quizá este tipo de juicios habría que encomendárselos a la IA para que sea más imparcial.
EliminarSeré muy breve: La mayor o menor tardanza a la hora de denunciar cualquier tipo de delito (que tiene como único límite el plazo de prescripción establecido en la ley), es irrelevante, es decir, no supone en absoluto indicio de falsedad. Por otra parte, en lo relativo a los delitos sexuales lo fundamental es la existencia o no de consentimiento. Ese consentimiento ha de producirse necesariamente con anterioridad al hecho de que se trate (ni durante ni después), y estimo que aquí está de sobra que se juzgue a las denunciantes por sus conductas posteriores (como viene haciéndose demasiadas veces).
ResponderEliminarChiloé
Creo que ninguno estamos juzgando a las víctimas de estos sucesos. Simplemente, tratamos de buscar una explicación a su comportamiento, explicación que, en mi caso y en el de Pilar Flores, procede de la experiencia que hemos vivido a lo largo de muchos años.
EliminarMe parece, Chiloé, que venir a ejercer de censora, con o sin jurisprudencia de por medio, en un espacio donde prima la libre expresión, es una pretensión abocada al fracaso. Aquí no se juzga, se OPINA.
EliminarY se opina, sobre todo, sin que, ni en la entrada ni en los comentarios, se haya escrito la palabra falsedad o falso. Deducirlo de lo escrito es, como mínimo, muy aventurado. O no haber comprendido lo que se está diciendo. Leemos tan de prisa algunas veces...
EliminarMe siento aludida, del todo. No me importa porque es un tema tan complicado que daría para muchos mas comentarios y opiniones de expertas o expertos y pienso que no se llegaría a ninguna conclusión.
EliminarPorque yo me pregunto: si cualquiera de los hechos que aquí se tratan le hubieran pasado a mujeres normales - nada famosas, normales - ¿Quién hubiera armado todo este cirio?? ¿Todo el debate es porque son hombres acosadores o porque ellas son famosas?
¿Veis? el tema da para mucho!!
El cirio se monta porque ellas son famosas, pues a mujeres normales les están ocurriendo cosas así todos los días. Afortunadamente, menos que hace una década, mucho menos que hace dos décadas y muchísimo menos que cuando nos ocurrieron a ti y a mí. Y, como digo más arriba, a lo que tenemos que aspirar es a que se erradiquen del todo estos comportamientos y la mentalidad que los sostiene
EliminarAmén!
EliminarPrecisamente, ayer leí en IDEAL que, según el resultado de una macroencuesta realizada por el sindicato de enfermería SATSE, más de la mitad de las enfermeras y fisioterapeutas encuestadas han sufrido acoso sexual en su trabajo. Y que el 85% no denuncia los hechos porque desconoce los canales para hacerlo o porque cree que no sirve para nada. Detalla ejemplos de las agresiones que sufren y concluye diciendo que la mayor parte de esas agresiones sexistas o sexuales terminan por normalizarse en los establecimientos sanitarios, ya que se silencian y se invisibilizan, quedando los acosadores impunes.
EliminarNo hay duda,
ResponderEliminarde que Rubiales,
sufrió un escarnio
mediatico, y Jenni
pudo tener el detalle
de decir "no hay para
tanto señores", y
luego, para liarla
más, se metió en
tromba medio
gobierno, hacia
medio de las
elecciones
generales,
queeeee
casualidad,
Rubiales lo hizo rematadamente mal, porque infringió el derecho que tiene toda mujer a decidir quién la besa y quien no, pero no es de eso de lo que se está hablando aquí, sino del atavismo que empuja a las mujeres a no ejercer ese derecho.
EliminarComo quieras,
ResponderEliminarHombre, Orlando, que bastante antes del besuqueo Rubiales ya había dado muestra pública de su refinamiento llevándose las amnos a los bajos para "celebrar" la victoria. Que digo yo que qué tendrán que ver los testículos en un partido de fútbol femenino.
Eliminar¿Que se montó un cirio mediático-político descomunal? Toma, no. ¿Cómo iban a desaprovechar la coyuntura los medios y los políticos? Pero eso no quita para que se critique su comportamiento de machirulo de manual.
Rubiales celebró la victoria con un manoseo -además del besuqueo- porque seguramente lo considera su principal órgano, por encima del hígado, el corazón y demás órganos sin importancia.
EliminarPor eso lo digo; él mismo se retrató.
EliminarEs que lo que critico ,
ResponderEliminares eso , el escarnio ,
ademas , Jenni se
lo toma a cachondeo,
o para la cultura woke,
o si no , no se como
ierminaremos
Está claro que Hermoso no hubiera denunciado a Rubiales de no haber tenido el beso la repercusión que tuvo. Y es ese el meollo de esta entrada, la reacción a destiempo. Pero tildarlo todo como cultura woke para minimizar ciertas actitudes carpetovetónicas no parece sino un subterfugio para justificar determinados comportamientos que ya deberían ser cosa del pasado.
ResponderEliminarYo tampoco tengo
ResponderEliminartan claro, que todo
lo que no sea estar
del lado progre, de
manera automática,
tenga uno que ser
un facha , porque
desde luego,no
lo soy.
En absoluto he querido insinuar que fueras un facha. Sería una memez etiquetar de una manera u otra a quien simplemente defiende su propio punto de vista.
EliminarA ver, que lo de progres y fachas está de más en este asunto, porque hay progres machirulos, como el otro caso que hemos tratado, y fachas respetuosos con la mujer. Lo mismo que hay mujeres maduras y educadas a la antigua que hubieran reaccionado con una cobra o, incluso, con un bofetón, y chicas jóvenes y muy progres, que no reaccionan a tiempo. Quizá, aventuro, porque la joven es la primera vez que le ocurre algo así y la mayor viene de muchos episodios parecidos y ya tiene los "anticuerpos" desarrollados.
ResponderEliminarLo importante es lo que ya he dicho varias veces: que las mujeres debemos interiorizar firmemente nuestros derechos para poder ejercerlos. Y punto.