Hace años, en una conferencia impartida por el poeta Luis García Montero en la que había hablado de la poesía en Granada, al llegar al coloquio final le pregunté si ciertos poetas granadinos que casi podríamos situar en la Generación del 98, a caballo entre el siglo XIX y el XX, habían sido tan malos como para merecer el olvido y el desconocimiento actual. Ante esto, García Montero tuvo una respuesta que me gustó, sobre todo viniendo de un Premio Nacional de Poesía. Dijo aproximadamente: Los poetas del siglo XX hemos tenido la desgracia de coincidir en el tiempo con García Lorca y, ante él, los demás pasaremos a la historia de la poesía solo como una nota a pie de página.
Pues bien, yo quisiera traer aquí algo más que una nota sobre esos poetas casi olvidados, cuyos nombres quizá vemos en el rótulo de una calle, pero que si preguntáramos a los vecinos no muchos sabrían quien era el poeta que le dio nombre. Me voy a centrar concretamente en dos: Alberto Álvarez de Cienfuegos y Manuel de Góngora y Ayustante. Y de ellos, hoy solo el primero, dejando a Góngora para otra ocasión.
Alberto Álvarez de Cienfuegos (1885-1957) nace accidentalmente en la provincia de Jaén, ya que pertenece a una conocida familia granadina que se encontraba allí desplazada a causa de una epidemia de peste en Granada durante el verano de 1885. Estudia en el colegio granadino de los Padres Escolapios y posteriormente en la Facultad de Derecho aunque no llegó a ejercer su licenciatura porque a partir de ahí su vocación por las letras se impuso, iniciando sus publicaciones tanto en revistas y periódicos locales como La Alhambra, Reflejos, El Defensor de Granada o El Noticiero Granadino, como en otras nacionales, La Esfera y Blanco y Negro entre ellas.
Publica su primer libro en 1910, un poemario llamado Andantes, al que le siguen Generalife (1916), Los dos alcázares. Alhambra y Generalife (1916), Lirismo andaluz (1925) y La Vega, la Ciudad y la Sierra (1930)
Además de la poesía se dedicó también al teatro poético, estrenando los dramas en verso Ayer, frente al mar… Una mujer y un cantar y Esperándola del cielo, que se estrenó en Granada en 1920 y está inspirada en la leyenda de la Casa de Castril. Escribió también libretos de zarzuela como La reina del Barrio Chino (1924), La venganza del amor (1927), La corte del Rey Tati (1936) y por último, poco antes del Alzamiento estrena en Madrid el poema dramático Martinete.
Pasa la guerra en Madrid debido a sus ideas progresistas y republicanas y al terminar vuelve a Granada, pero ya con poca actividad literaria, a excepción de su trabajo como director de producción en tres películas: Obsesión, La manigua sin Dios y Tres huchas para Oriente. En los últimos años de su vida se traslada a Puertollano (Ciudad Real), a casa de su hija, donde fallece en 1957.
Nota: Para esta reseña biográfica me he basado en el texto de la profesora Amelina Correa escrito para la Academia de las Buenas Letras de Granada.
Estos poetas solían escribir poemas muy largos, por lo que voy a copiar aquí una muestra de los que he encontrado más cortos, que no son los que más me gustan pero sí los que se acomodan mejor a este espacio y confío en que con ellos podáis tener idea de cómo es su poesía.
LA TORRE DE LA VELAFue fortaleza inexpugnable un día
y luego mirador de tal belleza,
que, siendo sin rival la fortaleza,
rival tampoco el mirador tenía.
Entonces era torre que se erguía
retando al invasor con su firmeza.
Es hoy balcón de la naturaleza
y el lago inmenso del paisaje espía.
Los árboles del bosque la aprisionan.
Los oros del crepúsculo coronan
su espadaña, tiñéndola de grana.
Y cuando queda la ciudad dormida,
la arrulla entre las frondas escondida
la metálica voz de su campana.
(De La Vega, la Ciudad y la Sierra)
A UNA MUERTA
Ante el sepulcro en que tu cuerpo yace,
mi planta temerosa se detiene,
mientras mi mano trémula deshace
líricas flores que a ofrendarte viene.
El tesoro sin fin de tu cariño,
sobre mí derramaste sin medida.
Para ti he sido, siempre, incauto niño
cuyos pasos guiabas por la vida.
Más bienes de tu amor he recibido,
que lágrimas mis ojos han vertido
llorando la amargura de perderte…
¡Y eras tan buena, me quisiste tanto,
que pienso que en las puertas de la muerte
solo te hizo llorar mi propio llanto!
(De Generalife)
NOCTURNO INTERIOR
(Fragmento)
Sendero de plata,camino de ensueñoque marcas un surcode paz en el huerto,junto a tus rosalesy a tus jazminerostrocose su llantodulzura de besos.Nos diste reposo,nos diste silencio,y por tus arenasde luna y de incienso,vagamos perdidosen alas de un vértigo.Tú fuiste testigode aquel amor nuestro,de aquella ventura,de aquel sentimientobendito, que eramás dulce y más tiernoque el fruto que picanlos pájaros nuevos.¿Te acuerdas camino,camino de ensueñoque marcas un surcode paz en el huerto?
(De La Vega, la Ciudad y la Sierra)
Sucede como en la Casa del Castril, que determinadas estancias del parnaso de los vates son tapiadas por las telarañas del tiempo hasta que las invisibles manos del recuerdo descorren los velos... He de reconocer que, de los nombres que citas, sólo he leído a García Montero y Lorca; de los otros ignoraba su existencia.
ResponderEliminarNo te extrañe que no los conozcas, pues ni siquiera aquí los conoce casi nadie. Solo algunos profesionales de las letras y no todos.
Eliminar- Jubi, mira que eres ignorante. No se te ocurrirá decir que no tenías ni idea de estos señores, aunque ahora con la afición que has tomado y todo lo que veo que estás consultando, pronto le podrás dar clases a Senior Citizen.
ResponderEliminarNunca le daré clases, pero estoy aprendiendo.
"¡Quiero vivir la vida de montaña, tener mi hogar junto al azul del cielo, ser fuerte como roca de granito y libre como el viento! Poder hundir mis ojos en los anchos horizontes de límites inciertos, que, como las humanas ambiciones, aumentan a medida que ascendemos. Quiero olvidar cuanto en el mundo supe, aprender el lenguaje del silencio y conversar a solas con los astros que pueblan la amplitud del firmamento..."
Alberto Álvarez de Cienfuegos Cobos: La Vega, la ciudad y la sierra
¡Has dado con él! Ese creo que es el único poema de Álvarez de Cienfuegos que había en la Red antes de que yo subiera estos.
EliminarHay más : El poeta Cienfuegos y su poema a Talavera
ResponderEliminar“Como un rico bordado del tapiz de Castilla
donde acaba en hoguera lo que fue tornasol,
al extraño te muestras orgullosa y sencilla
con la noble arrogancia de un hidalgo español.
La corriente del Tajo para honrarte se humilla,
y en su cauce de bronce convertido en crisol,
cada gota de espuma que cautiva la orilla
es un ramo de rosas a los besos del sol.
Y fragancias de glorias legendarias respiras.
Y embriagada de estrellas, a la noche suspiras,
y te duermes llorando por el muerto esplendor.
Y al brillar de la aurora la guirnalda primera,
como el cauce del río, tú también, Talavera,
cada gota de llanto lo conviertes en flor”.
Curiosidades: He encontrado, con varios poemas publicados, a Nicasio Álvarez de Cienfuegos (1764-1809) de familia asturiana, nacido en Madrid, fallecido en Orthez, Francia
La familia de este poeta era también de origen asturiano, pues dice Amelina Correa:
EliminarEl apellido familiar paterno, según está documentado, proviene de unos Álvarez oriundos de Asturias que emigraron en torno al siglo XVIII a Cuba, donde se instalaron en la ciudad de Cienfuegos. Al regresar a España, su apellido quedó definitivamente configurado como “Álvarez de Cienfuegos”.
Esto que cuentas de Álvarez de Cienfuegos es común a otras muchas personas y no sólo en la disciplina literaria, sino en todos los órdenes de la vida. Personas destacadísimas en su actividad que han tenido la mala suerte de coincidir con un genio que les ha nublado.
ResponderEliminarAbrazos
Yo creo que García Montero pecó de modestia cuando dijo eso, ya que probablemente él sea algo más que una nota en pie de página. Estos poetas sí, pues en su época tampoco fueron muy conocidos fuera de su ciudad, pero otros contemporáneos a Lorca sí pasarán a la historia de la poesía.
EliminarNo olvidemos, tampoco, que el conocimiento literario depende -y mucho- del dirigismo de quienes deciden qué autores y autoras entran en una antología o en un manual de bachillerato.
ResponderEliminarSi vamos a eso, en mi libro de Literatura de 5º (de Diaz Plaja) no se mencionaba a García Lorca ni a Miguel Hernández. Con este párrafo despacha a los poetas contemporáneos.
EliminarLos poetas.- En cuanto a los poetas o escritores preocupados por la forma, debemos citar a ANTONIO MACHADO, el gran poeta de Castilla, y a su hermano MANUEL MACHADO, excelso cantor de Andalucía. Paralelamente, don RAMÓN DEL VALLE INCLÁN trae el eco nostálgico de Galicia.
Esto es lo que una estudiante de 15 años debía saber sobre poesía española en los años 50.
...tiene "cierta" lógica. Todavía el aire olía a pólvora y a sangre. Con Lorca -tan internacional él- se les fue la mano... Y nunca imaginaron que el pequeño oriolano muerto tendría ese impacto posterior. Pero veo que nombran al buenazo de don Antonio. No obstante, hasta el Nobel a Juan Ramón les cogió con el paso cambiado.
ResponderEliminarRaro que no te hicieran estudiar a Pemán, que ese sí tenía barra libre.
Este libro de 5º era de Literatura Universal, así que el espacio dedicado a la española era más restringido, pero aun así, dedica más adelante un buen párrafo a la literatura catalana con menciones a José Carner, José Mª López-Picó y Juan Alcover, que en ese momento nos decían mucho menos que los que he mencionado. De todas formas, eso era lo "oficial", pues luego las profesoras iban por otro camino.
EliminarAfortunadamente, había profesorado implicado realmente con la cultura y dispuesto a hacer llegar a los ojos y oídos de los educandos una literatura más viva, menos engolada, más actual.
EliminarHabía profesores que se saltaban las prohibiciones para enseñar lo que creían que debían enseñar, pero tampoco olvidemos que la cultura no solo se adquiere en la escuela, pues por entonces yo ya tenía libros de García Lorca comprados por mi padre.
EliminarQuizás la queja que hizo Montero no esté tan alejada de la realidad y no sólo porque haya nombrado a Lorca, en todas partes cuando algún poeta destaca mucho, se le nombra mucho y está todo el día en el candelero, los que están a su alrededor quedan en la sombra y no porque su obra no sea buena, pero es que para saber que es buena hay que darla a conocer y ahí, creo, es donde radica el problema. Seguro que si se pregunta a la gente por un poeta granadino, si no el cien por cien pero muy cerca, nombrarían a Lorca.
ResponderEliminarAplaudo tu publicación de hoy porque nos das a conocer a otro poeta y una muestra de su obra y nos dejas el nombre de otros dos para que podamos investigar y llegar a conocerles.
Porfa, no investiguéis mucho o me vais a dejar sin tema para otros posts....
EliminarNo soy lector de poemas, pero haces muy bien en sacarlos del injusto olvido. Lorca, además de ser buenísimo vivió unas circunstancias que lo hicieron muy popular.
ResponderEliminarPues precisamente esas circunstancias de su muerte creo que no le benefician nada ahora, ya que muchas de las personas que lo levantan como bandera estoy segura de que no lo han leído. Se le ha utilizado, se le ha manipulado, se le ha convertido en figura política más que literaria.
EliminarA eso justo me refiero, que cada uno defienda sus ideas, sin utilizar a los que ya no pueden hablar. Pero claro, eso es una utopía.
EliminarYo creo que hasta sus palabras se han tergiversado algunas veces, pues la célebre frase de que "en Granada se agita la peor burguesía de España", a mí me parece que se refería a más cosas de las que se han dicho.
EliminarAl poco público que suele tener poesía se le unen los hechos, como bien apuntas, de ser coetáneo del gran Lorca y pertenecer al bando de los perdedores, lo cual haría -imagino- guardar un discreto silencio tras la guerra: verdaderamente, tenía todos los boletos para caer en el olvido. Afortunadamente, su obra permanece para que siempre podamos recuperarla.
ResponderEliminarSalud
Los poetas de esta época que se apuntaron -más o menos- al modernismo, nos resultan un tanto extraños en el momento presente, pero cuando yo los conocí a los 13 o 14 años al llegar sus libros a mi casa procedentes de la biblioteca de mi abuelo que los conoció, me aprendí de memoria sus poemas de un romanticismo un poco trasnochado ahora y demasiado "andalucista". Este mismo tiene muchos pemas escritos en "andaluz" que resultan excesivos.
EliminarGracias por darnos a conocer a estos poetas. Si en tu tierra los ignoran imagina en la nuestra!
ResponderEliminarTambién nosotros ignoramos muchos escritores vuestros que deberíamos conocer, pues son escritores mucho más importantes que estos poetas y aquí los hemos leido muy poco. Siempre nos ha llegado más la música que la literatura, que no es malo que llegue la música, pero no es suficiente.
EliminarMe vas a convencer de que me gusta la poesía. Como la Sra. Salamandra me pille leyendo poesía se va a intrigar.
ResponderEliminarSolo falta que le envies las Rimas de Becquer como si fueran tuyas. Ya sabes: Por una mirada, un mundo...
EliminarAcabo de encontrar un ejemplar de Generalife de A. de Cienfuegos. Estaba en lo alto de un armario de casa de mi abuelo, con su correspondiente manto de polvo. La verdad es que estoy disfrutando mucho de su lectura y agradezco este post Señor Citizen porque me ayuda a conocer mas a este olvidado poeta.
ResponderEliminarYo me alegro, pues aunque queda bastante lejos de la poesía que se escribe ahora, tampoco está de más conocerlo y leerlo.
EliminarBienvenido a esta casa, Fernando Ojeda
Me sonaba mucho el apellido, claro, viviendo en Granada ...
ResponderEliminarPero la verdad es que no conocía a ese poeta, ni creo haber leido nunca sus poemas. Puede que fuera popular en su tiempo, pero a mi no me llegan mucho.
De todas formas, gracias por compartir tanta sabiduría.
Leyendo, leyendo tu blog, he encontrado el post donde cuentas lo de la profesora que se saltó las normas y te hablo de García Lorca. Eran curiosas esas teresianas: la mayoría bastante rancias - hijas de su época-, pero de vez en cuando tuvimos la suerte de encontrar a alguna diferente que si sabía y sabía enseñar y hablaba de lo que de verdad sucedía en el mundo; eso es verdad.
Este poeta a mí tampoco me dice nada ahora, cuando ya he leído mucha más poesía... y mejor, pero cuando lo leí en mi adolescencia me gustaba y algunos poemas suyos me los sabía de memoria. En cuanto a las teresianas, quizá luego, cuando la vida se fue modernizando, ellas se quedaron un poco atrás, pero en mi época había un abismo entre su colegio y el resto de los colegios religiosos de Granada. Y no solo religiosos, pues si se compara su enseñanza con la que vemos en "El florido pensil", yo personalmente no encuentro en ella nada de lo que denuncia Sopeña.
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