5/1/14

La Estrella





     Allá por los años cuarenta del pasado siglo, la Cabalgata de Reyes llegaba al centro –igual que ahora- procedente del norte de la ciudad y mi padre me llevaba a verla a la calle San Juan de Dios. Vivíamos –igual que vivo ahora- en la parte sur, así que cruzaba la ciudad de la mano de mi padre, presurosos para que nadie me impidiera estar en primera fila y verla bien. Y allí estábamos mi padre y yo, en el borde de una acera desde donde se podía divisar el principio de la calle, con el mismo frío de esta noche de enero.
  
     Pero lo que no era igual era la cabalgata, pues no había carrozas, ni luces, ni altavoces, ni personajes de cuentos o películas. Solo los Reyes montados en caballos y, delante, abriendo la comitiva, un paje portando en alto una estrella luminosa. Una Estrella mágica, que nadie sabía de donde le llegaba la luz y que aun ahora no imagino como la iluminaban con la precariedad de los medios de entonces, pero que en la oscuridad de una calle de la posguerra se veía llegar a distancia.

     Y allí empezaban mis nervios. Era verla aparecer en el principio de la calle y la ilusión de la espera se desbordaba invadiéndome, el corazón se me instalaba en la garganta y la emoción no me dejaba respirar a través de la bufanda. La Estrella avanzaba hacia mí y ya no importaba si detrás venían los Reyes y sus caballos. La Estrella lo era todo. La había visto, flotando en la oscuridad, y ya todo era posible en aquella noche fría del cinco de enero. 
    

22 comentarios:

  1. Se que me han llevado en más de una ocasión a ver la cabalgata de reyes y sin embargo, lo único que recuerdo es un rey negro que venía a casa a traerme un regalo que yo previamente había elegido de entre unos cuantos que la Asociación Cultural de Telefónica tenía expuestos en algún local.
    Eso y la expectación que generaba en el barrio de que un camión de Telefónica cargado de regalos se parara en mi casa.
    En realidad son recuerdos difuminados por el paso del tiempo y recordados con ayuda de mis padres.

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    1. En los recuerdos tan remotos somos selectivos y recordamos unas cosas, pero olvidamos otras. Por ejemplo, yo recuerdo perfectamente esto, parece que lo estuviera viendo y muchas veces al pasar por esa calle me ha venido a la memoria. Sin embargo, otras cosas de esa época las he olvidado.

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  2. Calandra6/1/14 13:44

    Creo que ese tipo de cabalgata que tu recuerdas, la de la estrella, era la que mejor representaba lo que era ese momento y no las cabalgatas de ahora en las que meten personajes que nada tienen que ver con la celebración y montones de propaganda de tiendas y que sólo representan lo materialistas que nos volvimos.
    La primera cabalgata que yo recuerdo fue un desastre porque a uno de los reyes se le encabritó el caballo y su paseo por el pueblo fue de todo menos majestuoso.

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    1. Con aquellas cabalgatas no hubiera podido pasar esto. A lo sumo asustarse un poco si el caballo se encabritaba como en tu recuerdo.

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    2. Calandra7/1/14 16:23

      Mas que asustarse con aquella cabalgata de mis recuerdos fue la risa de todo un pueblo viendo a una rey que había perdido toda su majestuosidad al ir agarrado a las crines del caballo para no caer y dando gritos para que le ayudaran.
      En cuanto al del enlace que dejas, eso fue una tragedia.

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    3. Una desilusión para los niños, que no se fiarían ya de un rey tan poco aguerrido.

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  3. Que no nos quiten la ilusión, con estrella o sin ella.

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    1. Que no se la quiten a los niños, pues la fiesta es suya. Y que no haya ningún niño sin ilusión en el mundo.

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  4. Algunos recuerdos infantiles son tan nítidos y emotivos que perviven desde esa lejanía que la mente convierte, a veces, en inexistente.

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    1. Y al ser tan nítidos, nos permiten distinguirlos de lo que nos han contado, que también forma parte de nuestros recuerdos y algunas veces no podemos separarlo.

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    2. "Las cosas no son como las vemos, sino como las recordamos", que decía Valle-Inclán. Y, en muchas ocasiones, cuando se remonta el río del pasado, lo vivido y lo conocido por boca de otras personas termina siendo indistinguible porque la mente lo interpreta con el bagaje y el conocimiento del presente.

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    3. Por eso, los recuerdos de sensaciones físicas son más nuestros. El frío, la bufanda en mi boca, los latidos de mi corazón... podrían haber sido un sueño, pero nunca algo contado.

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  5. Anónimo7/1/14 09:03

    Es lo bueno de ser niño. La estrella era para tí sola.

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  6. Anónimo7/1/14 09:54

    El recuerdo del que nos hablas sigue siendo tan vivo... Imagino que será debido a que nos ayudada a revivir aquellos momentos en los que creíamos a pie juntillas en la magia de aquellas estrellas.
    Feliz año, por cierto!

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    1. A esta distancia, creo que el fijarme más en la estrella que en los Reyes era un deseo por mi parte de no enturbiar esa magia, ya que los Reyes se veía a la legua que no eran de verdad, que Baltasar -el mío- tenía la cara embadurnada de betún, mientras una estrella que no se sabe de donde le llega la luz es mejor soporte para los sueños.

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    2. Anónimo9/1/14 09:49

      Oí el otro día en la radio que sigue habiendo cabalgatas en algunas ciudades con Baltasares embetunados, lo cual a día de hoy parece absurdo, por decirlo suavemente. Yo a los reyes he de reconocer que me los creía, lo veía como algo semionírico, aunque jamás entendí porqué debía dormirme para no verles llegar a casa con los regalos, cuando ya les había visto en la cabalgata.

      Sin duda, las estrellas serán siempre una de los mejores soportes para nuestros sueños.

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    3. Hay Baltasares embetunados porque en muchos sitios, como en mi ciudad, se tiende a buscar personas conocidas para representar a los Reyes en la cabalgata. Es más, hay quien tiene la ilusión de hacerlo y disfruta muchísimo cuando lo consigue, aunque en alguna ocasión termine descalabrado, como le ocurrió a Carlos Cano, a quien le abrieron una brecha en la frente de un "caramelazo" (aunque las malas lenguas dicen que fue una piedra) Ante esto y sabiendo que los niños no son tontos, los padres recurren a decirles que aquello es solo una representación porque los Reyes son invisibles y solo llegan cuando ellos están dormidos.

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  7. Un bello recuerdo, los ojos de una niña que se emocionaba con una rutilante estrella. Lo que importa es lo que vive cada niño en su corazón. Bss

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    1. A esos recuerdos de la infancia nos agarramos a veces a lo largo de la vida cuando necesitamos de esa magia para sobrevivir.

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  8. Si yo encontrara la estrella...

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    1. Mira esta tarde la cabalgata con ojos de niño y quizá la veas escondida entre oropeles y publicidad.

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