Basílica de Nuestra Señora de las Angustias
Cuando nos faltan los padres, lo mejor que nos pueden dejar es un buen recuerdo. Y no solo como padres, de cómo eran para nosotros, sino también de la clase de personas que fueron de puertas afuera. Ese es el mayor legado que tenemos de ellos, el mayor consuelo después de haberlos perdido. Por eso, siempre he compadecido a aquellas personas que tienen que soportar la carga de un mal recuerdo de sus padres y pienso que quizá eso condiciona toda su vida y lo que ellas mismas son.
Conozco a una señora que creció como hija de un héroe, para enterarse luego de que fue un asesino y ver su nombre en todo tipo de publicaciones como lo que realmente había sido. Tengo una amiga que, al morir su padre, nos confesó que lo odiaba porque de niña la maltrató a ella y a su madre. He oído a otra hablar de su padre como “el marido de mi madre” con tal de no pronunciar siquiera esa palabra y también se de alguien que ocultó durante toda su vida que su padre se suicidó por haber gastado su fortuna en el juego, dejando a su familia en la indigencia. Menos corriente es que alguien tenga un mal recuerdo de su madre, pero también ocurre, como aquel amigo que, ya adulto, se tuvo que enterar de que su madre no murió cuando él era niño como le contaron, sino que lo había abandonado.
Son historias que he ido conociendo y viviendo, historias que me han dejado un poso de amargura y una gran compasión por quienes las han tenido que vivir en su propia piel. Y un agradecimiento inmenso por haber podido conservar de mis padres un recuerdo dulce y limpio, el recuerdo de dos personas buenas y honradas, que pasaron por la vida haciendo el bien. Y que tal día como hoy, hace 80 años, unieron sus vidas para siempre en esa iglesia de ahí arriba.
De todo hay en la viña del Señor. Yo no me acuerdo de ninguna fecha, en ocasiones se me olvida hasta la de mi cumpleaños, pero siempre recordaré a mis padres ya que ellos hicieron y nos dieron a mi hermana y a mi todo lo que pudieron y más, por supuesto familiares, amigos y vecinos, recibieron más que atenciones de ambos.
ResponderEliminarY termino con otro refrán : Es de bien nacidos ser agradecidos.
Para los que sois padres, supongo que ese recuerdo os servirá de ayuda y de estímulo a la hora de comportaros vosotros, para que vuestros hijos puedan pensar lo mismo cuando ya no estéis.
Eliminar...y ese es el mayor y entrañable homenaje que el pensamiento y los sentimientos pueden hacer a quienes, además de la vida, se debe la forja de una cierta manera de caminar por la Senda Vital.
ResponderEliminarSomos aprendizaje continuado; y la primera Gran Lección se adquiere de ellos, madres y padres esforzados cuyo amor acompaña aun en ausencia.
Y ay de quienes, al mirar atrás, sólo entrevén incomprensión y amargura.
Cuando ahora vemos tanto caso de corrupción y de falta de honradez, yo me pregunto algunas veces que pensarán los hijos de esas personas. Si son niños, quizá los convencen de que a su padre o a su madre los han acusado injustamente, pero cuando sean adultos es posible que sepan la verdad y la memoria de sus padres se les venga abajo. Pero también es posible que eso les marque la senda por la que ellos caminen y sean en un futuro iguales que sus padres. Creo que fue S. Jerónimo el que dijo que “el rico es ladrón o hijo de ladrón”…
Eliminar">De padres gatos...", que se dice, con excepciones en uno y otro sentido. Faltaría más.
EliminarAl hilo de la respuesta que le das a monsieur De Batz, es curioso como las hijas e hijos repiten con su propia prole muchas de las pautas marcadas, a su vez, por sus progenitores.
Y es que la visión que se tiene de la madre y el padre pasa por diferentes fases, que van desde esa niñez donde papá y mamá son imprescindibles y amorosamente omnipresentes e incluso omnipotentes, hasta la madurez donde la huella de su recuerdo sigue teniendo un hueco entrañable, pasando por la etapa adolescente de rebeldía y agobio.
Hay otra fase que no mencionas y que ocurre cuando los padres se hacen mayores y los hijos nos convertimos en padres de nuestros padres. Después, cuando mueren, vuelven a ser padres y nosotros hijos.
EliminarNo hay duda de que los padres, para bien o para mal, marcan la vida de cualquier persona. Mis padres no fueron famosos, ni ricos, ni sobresalieron en nada, pero fueron unos padres cariñosos, acogedores, preocupados siempre por el bienestar de sus hijos y por inculcarnos unos valores que nos ayudaran a ser buenas personas cuando fuéramos mayores. Ya no están físicamente conmigo, pero nunca estarán demasiado lejos pues residen en mi recuerdo.
ResponderEliminarYo creo que los padres nunca se van del todo porque nunca los dejamos que se vayan. Siguen cumpliendo años conforme nosotros los cumplimos y siguen celebrando aniversarios mientras nosotros los celebremos. Y siguen cuidando de nosotros como cuidaron desde que nacimos.
EliminarCoincido plenamente contigo. Contar con unos buenos padres es como conseguir la pole position en la carrera de la vida. Una ventaja tremenda de la que no todos pueden disponer. Yo he tenido una suerte inmensa en ese sentido, y también conozco a otros que tuvieron que atravesar más dificultades. A veces nos damos demasiada importancia a nosotros mismos, a nuestros logros, y no nos damos cuenta de todo lo que nos ayudaron.
ResponderEliminarPero también, y como digo en el post, es importante que podamos estar orgullosos de cómo se comportaron a lo largo de su vida fuera de su papel como padres y de las lecciones que nos dieron en ese sentido
EliminarLo triste es que nos parezca que lo que debiera ser la norma, es la excepción. Sin embargo de tan humanos que somos, así es... incluso cuando nos alejamos de aquella parte tan animal de nosotros, como es la de velar por nuestras crías, El resumen de lo que leo en este texto, en el que me parece sentir una emoción contenida, es que la memoria de lo que hemos hecho quedará reflejada en el recuerdo de los nuestros, como una prolongación de nuestras vidas en las suyas.
ResponderEliminarCaigo ahora en que algunos de los que me visitáis mirareis esto desde otro punto de vista, no como hijos, sino como padres, y quizá os abrume un poco saber, que pasados los años, esos niños que ahora os miran con admiración van a juzgaros. A juzgaros como padres y como personas.
EliminarNo se crea que es fácil lograr fama como para que la familia te ignore, que es todo un logro. Mejor que una lápida, Al final son de los que más se acuerdan, juas
ResponderEliminarEs que hay distintas formas de acordarse...
EliminarGrandes verdades! Un hermoso y sentido homenaje. Gracias por compartirlo. Saludos.
ResponderEliminarGracias a ti por la visita.
Eliminar