Foto de ABC de Sevilla
España va bien. A pesar de la crisis, somos –Rajoy dixit- la cuarta potencia europea. Nos rescatan, pero pagamos antes del plazo para que no se diga y participamos en proyectos europeos construyendo satélites y aviones. Pero nunca pensamos en las personas anónimas que hay detrás de esos logros, personas que quizá pagan con su vida las medallas que se cuelgan los políticos y el que los demás nos creamos importantes.
El accidente de Sevilla, cuando un grupo de trabajadores probaba un avión en estado dudoso, me ha recordado aquel amigo –o más que amigo- que describía así su trabajo en el Ejército del Aire:
-Se detecta una avería en un avión, lo arreglan y yo lo vuelo para probarlo. Si no me estrello, es que está bien y puede seguir en activo.
Años después, estando en Madrid, vi su nombre en la prensa y pensé que alguien en su despacho estaría diciendo: ¡Vaya por Dios! Hemos perdido un avión. Y buscaría en los mercados de segunda o tercera mano otro para sustituirlo.
Es el resultado de mirar a las personas como un activo más. Y no de los más caros. Pero claro, si alguien protesta ya habrá otro dispuesto a tomar su puesto. No he leído mucho sobre el accidente, pero pensé lo mismo que tú, sobre todo al saber que Francia había decidido seguir usando los suyos mientras otros países, más prudentes, los dejaban en tierra hasta que se aclare lo que pasó. Lamentable.
ResponderEliminarEs que esto no ha surgido de pronto, sino que ya Alemania le encontró múltiples fallos al primer avión que recibió y la misma compañía Airbús reconoció hace poco que tenía "fallos industriales y técnicos".
EliminarDesgraciadamente así suele ser. Un trabajador por muy especializado que sea es simplemente un número, mientras que un proyecto de miles de millones de euros es también un número enormemente grande que desbanca a todos los demás.
ResponderEliminarDe momento las cuatro vidas no las resucitará nadie y las acciones de Airbus Militar han bajado drásticamente, falta de ingenieros, demasiadas horas extra, hasta tal punto que Domingo Urueña presentó su dimisión el 29 de enero de 2015 como vicepresidente ejecutivo de la división Military de Airbus.
Pero ahora el proyecto de miles de millones está en el aire. ¿Es que lo habían fiado todo a la suerte? ¿Un proyecto tan caro? Ahora dicen que el sistema de que cada pieza se fabrique en un sitio no funciona, pero me parece recordar que los satélites Galileo se fabricaron así.
EliminarY la de proyectos que habrá de los que no sabemos nada y no sabremos hasta que por desgracia ocurra un accidente.
ResponderEliminarSi los proyectos los llevan a cabo en condiciones, bien venidos sean porque dan trabajo, pero las pruebas de este tipo tendrían que hacerlas siempre como ahora han hecho ese vuelo desde Francia: con el presidente de la compañía dentro.
EliminarDel desprecio estatal por la vida -ajena- fue buena muestra lo sucedido con el Yakolev, tragedia anunciada por alguno de los que perecieron entre la chatarra... Los gobernantes y sus directores de franquicias se limitan a pintarrajear en sus rostros gestos de dolosas circunstancias mientras repasan mentalmente el balance de pérdidas; de pérdidas económicas, se entiende.
ResponderEliminarLo malo es que esos anuncios de las tragedias siempre los conocemos después y no antes.
EliminarEn el caso del Yakolev se demostró durante el juicio que había habido 16 quejas y hasta preguntas parlamentaria ANTES de suceder el accidente. Es decir, los mandos y el Ministerio de Defensa CONOCÏAN previamente el pésimo estado de esos cacharros voladores.
EliminarEs que ese es caso aparte, ya que fue un auténtico crimen antes del acto, en el acto y después del acto.
EliminarAparte de eso, cuando digo que no se conocen los anuncios de las tragedias, me refiero a nosotros, los de a pie.
EliminarPara mi que es el afán de dárselas de buenos conductores, de ser ellos quienes con su mano firme y buen hacer nos han hecho llegar hasta este paraiso del que yo, se lo aseguro, no veo ni fuentes ni querubines... Será que estamos en mundos distintos o que alguno de los dos necesita pasarse por el oculista. Ni eso: es una cuestión de falta de honestidad, de mentira y de manipulación descarada.
ResponderEliminarEl caso del piloto militar que cito ocurrió en los tiempos de Franco, pero no parece que hayan cambiado mucho las cosas en ese aspecto. Lo que ignoro es si en aquel momento ser piloto de pruebas era voluntario y si lo ha sido ahora para los que ocupaban el Airbus.
EliminarEl accidente de hace años al que haces referencia, ¿no sería el de un Junkers, en la década de los cincuenta, que tardaron cinco o seis días en localizar...?
ResponderEliminarA los militares ya se sabe que se los acalla con la martingala de "la obediencia debida"; a los civiles, con el despido.
Creo que sería un poco después, ya entrados los 60 y en San Javier.
EliminarLo preguntaba porque, a raíz del juicio por el accidente del Yakolev, estuve documentándome sobre otros accidentes de aviones militares y recordaba el que he mencionado.
EliminarYo he buscado este accidente alguna vez y no aparece nada. Solo poniendo su nombre sale el de un aviador actual que debe ser hijo suyo, pues cuando murió tenía hijos pequeños.
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