23/5/15

Óscar Arnulfo Romero






     Hoy, 23 de mayo y víspera de Pentecostés para más señas, será beatificado en San Salvador Monseñor Oscar Romero, más conocido por los salvadoreños como San Romero de América. O sea, que la beatificación se le queda corta. Y si el Vaticano se queda corto, no os digo nada si yo me pongo hoy a escribir sobre él, así que mejor traigo unos cuantos enlaces de personas que van a recordarlo con mucha más autoridad y más conocimiento que yo.

     El primero transmite las palabras de Jon Sobrino, a quien tuve el gustazo de conocer, oír y tener cara a cara en dos ocasiones. Y al que busqué con angustia en las fotos de los jesuitas asesinados y tendidos boca abajo en el jardín de su casa en la Universidad Centroamericana, nueve años después del asesinato del propio Romero. Y que, como podéis ver, no se muestra muy entusiasmado con esta beatificación.

     El segundo es de un teólogo granadino que ocupó el puesto de alguno de los asesinados en la UCA, se acostó en su cama y continuó su tarea durante muchos años.

     Y por último, un artículo de un señor al que no tengo el gusto de conocer, pero que tampoco parece que vaya estar hoy tirando cohetes.
 

18 comentarios:

  1. La ICAR ya no podía contener por más tiempo el tributo debido a Romero. Obviamente, lo hace a su modo, que seguramente es el mismo que el buenazo de Óscar hubeira rechazado.

    Él que fue, primero, un callado y complaciente funcionario de las huestes eclesiásticas, apreciado por el Poder y amoldado a él -un tipo con los ojos vueltos al lado contrario de donde sufrían y malvivían los desheredados- acabó levantándose contra la infamia de la que él mismo había sido cómplice por omisión y pagó con lo más preciado, la Vida, ese cristianismo puro al que regresó, consciente, enérgico, sintiéndose por primera vez parte de esa eclesía de a pie y conocedor de las consecuencias de ese acto de fe en los seres humanos.

    No, a Óscar Arnulfo Romero, al Romero que se redimió a sí mismo cuando halló en el pueblo doliente y maltratado la mejor causa para luchar, vivir y hasta morir, no le gustaría ser objeto de pompa, palabrería y propaganda vaticana entre púirpuras, alfombras y trajes de buen corte. Ese Óscar que nació de nuevo sabiendo que sus verdugos se pegaban a sus vestidos talares preferiría seguir estando entre los suyos, entre las gentes sencillas y apaleadas que le dieron el mejor argumento para vivir. Y para morir.

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    1. Si atendemos a lo que significa realmente beatificar o canonizar, era justo que esto se hiciera (y bastante que han tardado), pero el problema es que este asunto está devaluado por muchas canonizaciones compradas a golpe de dinero o poder y ahora ya no significa nada, no añade nada. Sin embargo, si los salvadoreños que ya lo habían canonizado por su cuenta, se ven así respaldados y reconocidos por el papa... pues bien venida sea una ceremonia más.

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  2. Las santas hornacinas de la ICAR hace años que están muy devaluadas... Si hasta Escribá de Balaguer y Wojtyla son santos, por nombrar dos presencias singulares en esa amalgama de virtuosismo, componendas, invenciones y gore. Y eso que Bergoglio está muy alejado del fashion Ratzinger y del conservadurista polaco.

    Y, de acuerdo, atengámonos a los que es estrictamente beatificar o canonizar... Claro que han tardado. Si a Romero lo hubieran matado los sandinistas, por ejemplo, hace años que tendría su día en el calendario. Pero a Romero lo asesinaron los mismos que se postran delante del pontífice de turno para besarle el anillo y hacerse la foto; los mismos que tanto ha apreciado y escudado casi siempre el Vaticano, que no por nada lleva siglos en el candelero.

    Y, ojo, que no me meto con las ideas religiosas de la gente, sino con los mercaderes del Templo.

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    1. Yo no voy a entrar en casos concretos porque sería inagotable y porque pienso que a lo largo de los siglos se habrán dado también y muchos de los que vemos en los altares desde tiempo inmemorial… vaya usted a saber. Prefiero entonces remitirme al sentido auténtico de estos nombramientos: ponernos de ejemplo a una persona, decirnos que lo que esa persona hizo es lo que hay que hacer si queremos llamarnos cristianos. Y eso se viene cumpliendo sin que nadie lo manifieste en una ceremonia solemne. De ahí esos cuerpos boca abajo que tantas veces hemos visto y de ahí tantos otros desconocidos que también han dado -y dan- su vida o su salud por entender la fe como la entendió Óscar Romero.

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  3. Aunque había leído algo esta mañana, ahora leo en Infobae un poco resumida su vida y su asesinato. Te dejo con lo que uno de los periódicos de América latina comenta sobre el, con vídeo..

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    1. De lo que se habla poco en todas las informaciones es de la masacre que hubo al día siguiente, cuando el ejército disparó contra la gente que había acudido a su entierro en la catedral y de como muchos acudieron a pesar de saber lo que iba a ocurrir, pues querían despedirse de su pastor aunque les costara la vida.

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  4. Supongo que a Monseñor Oscar Romero le gustaría mucho mas que su obra y su lucha tuviera continuidad en lugar de esta ceremonia de beatificación que no deja de ser una puesta en escena totalmente vacía en la que lo mas seguro es que participen precisamente las personas menos indicadas como si para esas personas su lucha hubiera sido muy importante.

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    1. Su obra y su lucha han tenido continuidad y han dado fuerza a otros para luchar. Y esta ceremonia quizá sea necesaria después de haber estado paralizada la causa durante tantos años, pues es como quitarles la razón a los que lo paralizaron y, de hecho, siguen en sus trece, pues no hay más que ver las órdenes de Rouco, que desde su ático millonario ha calificado esta beatificación como "política". El mismo argumento que paralizó la causa durante tanto tiempo.

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  5. Rouco sólo se apunta a bendecir la próxima Cruzada y, de paso, a telefonear a los obispos para que se mantengan alejados del evento salvadoreño. Prietas las filas, que, al parecer, desde ese ático sigue teniendo mando en plaza como en sus mejores tiempos de organizador de manifestaciones.

    Recordad que al funeral de Romero sólo asistió Alberto Iniesta, que contó, horrorizado, los sucesos acaecidos durante el funeral.

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    1. Pero, al menos, Tarancón envió un sentido telegrama solidarizándose, cosa que no veo ahora en los obispos españoles. Y eso que no se esperan disparos... Sin ir más lejos, aquí la misa conmemorativa será mañana en una parroquia de un barrio marginal, no en la catedral, como podría suponerse.

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  6. Entiendo que en toda esta historia a lo que se da valor, como ya ha comentado Una Mirada, es al Romero en su segunda época, por decirlo de algún modo, cuando se separó del poder y comenzó a resultar molesto... Se trata de una historia de redención, en la línea hijoprodigista que tanto gusta a determinado público... Personalmente, procuro ser coherente, y como ni soy creyente y me relación con la iglesia es la que es, me importa lo mismo a quién haga santo la iglesia como a quién se nombre alcalde en Tombuctú.

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    1. Se trata de una historia de redención. No exactamente. Yo la veo más bien como una historia de conversión, en el sentido que tiene la palabra griega que se utiliza en muchos textos bíblicos de girar, de dar la vuelta, de que la persona que estaba mirando en una dirección, empieza a mirar en otra totalmente distinta.

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  7. Hoy aparece más información en Infobae.

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    1. Buen artículo has encontrado. Yo me he basado solo en mis recuerdos, que están fijos por el impacto que tuvieron aquellos hechos y los que siguieron en todos nosotros y por mi cercanía con los jesuitas y Jon Sobrino. Recuerdo que, cuando los asesinatos en la UCA, aquella noche llamé a un profesor de la Facultad de Teología y le pregunté: ¿Y Sobrino? Y me contestó: No sabemos. Debería estar ahí, pero no lo vemos. Y al decir "ahí" se refería a los cuerpos tendidos boca abajo. Más tarde se supo que estaba de viaje, pero los asesinos no lo sabían, ya que él era uno de sus principales objetivos. Por algo nos contó un poco antes de aquello que, cuando se sentaba en su silla a dar clase, era consciente de que podía haber una bomba debajo.

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  8. Tiene nombre de Santo.
    vamos!, que me viene un chulo con ese nombre a pervertirme, y le digo:
    - ¡¡Anda pal seminario, Oscar Arnulfo, que si santo te nombro tu madre, santo te quedas.!!

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    1. A ver que pruebe... Óscar Arnulfo, ora pro nobis... La verdad es que no termina de sonarme.

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  9. Muchos deberes me pones para estas horas de la noche…

    Creo en las personas, en su capacidad para cambiar (algunas), arrepentirse y enmendarse. No creo tanto en los organismos y la Iglesia es uno de ellos, que buscan su propio interés por encima de todos, que se benefician de l propaganda y que hacen y deshacen a su antojo. El mundo está necesitado de personas grandes, no de instituciones moralmente pequeñas.

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    1. Yo también creo en la conversión en todos los aspectos, en que las personas podemos cambiar de opinión totalmente en algún momento de nuestra vida y eso no es cambiarse de chaqueta, como dicen, sino reconocer que estábamos equivocados. En cuanto a la Iglesia, es un todo, lo mismo esas estructuras anquilosadas y hasta perversas, que esa multitud de personas que están en sitios remotos dejándose la piel y la vida por los demás, Y al decir sitios remotos no me estoy refiriendo solo al tercer mundo de otros paises, sino también a ese tercer mundo que hay en nuestras ciudades y nuestros pueblos.

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