Hoy hace diez años que te fuiste, Isabel. Mejor dicho, que te llevaron, te arrojaron fuera de este mundo donde ocupabas un gran espacio. Eras joven todavía, tenías muchos proyectos por llevar a cabo, muchas cosas iniciadas que no te dejaron terminar, mucha vida que te arrancaron de las manos despiadadamente. Te fuiste, y yo te dije adiós al día siguiente en el cementerio, sin creerme todavía lo que había pasado, con las letras de tu nombre en la esquela hiriéndome detrás de los ojos. Y por la noche, aquí, antes de borrar tu dirección de mi agenda, te envié un correo. Sí, no te rías, lo envié y tú, tan racional, tan cartesiana siempre, lo recibiste y pensaste: Si es que no tienes arreglo… Sentimental hasta la muerte.
La tuya, Isabel.
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ResponderEliminar¡Qué sencilla es la muerte: qué sencilla,
pero qué injustamente arrebatada!
No sabe andar despacio, y acuchilla
cuando menos se espera su turbia cuchillada.
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Otro verano donde se aprecia el contundente surco de los recuerdos.
Recuerdos -malos recuerdos- hay siempre, pero parece que los accidentes son para el verano.
EliminarLo malo es que los accidentes son para todo el año, siegan muchas vidas y siembran mucho dolor, desgraciadamente muchos se quedan en el camino, vidas que como en el caso de Isabel todavía podían aportar mucho.
EliminarSeguro que tu carta era muy emotiva y ella supo apreciarla desde donde estuviera.
No recuerdo lo que le dije, supongo que fue una despedida, y luego eliminé su dirección de mi lista de contactos. Sí recuerdo que después sentí un poco de apuro por si alguien tenía su contraseña, entraba y lo veía, pero dudé que ella le hubiera dado su contraseña a nadie.
EliminarBueno, si alguien tenía su contraseña y hubiera leído tu correo sólo vería en el la sentida despedida de una amiga y eso se agradece.
EliminarSí, pero a mí me hubiera dado apuro, me hubiera sentido ridícula.
Eliminarla gente es la hostia, se muere sin pedirnos permiso a los que nos quedamos.
ResponderEliminarSi le da apuro, me da el mail y le mando yo un correo por usté, diciéndoselo.
Ya se lo dije yo entonces, eso entró en el paquete del correo: quejas y reclamaciones varias. Pero ni caso...
EliminarImagínate otra palabra antes de "caso"... o una ristra de asteriscos.
Eliminarme la imagino, me la imagino, Es un término muy común y respetado por mí. Ni **PUTA** consideración al caso, tuvieron los del más allá. Le aplicaron el principio del "silencio administrativo" (sine die)
EliminarUsted respira a pesar de la caló, no?, Pues usted tiene la razón, ella no, solo su sentido recuerdo, que ya quisieran merecer muchos.
Kisssss y Kissss
Calla, calla... Que yo no he querido escribirlo por si a una especialista en lengua como ella le parecía mal. Claro, que en una conferencia genial que tenía y que ella llamaba "La Conferencia" por las muchas veces que le hicieron pronunciarla, sobre la mujer en el refranero español, seguro que había palabras como esa porque nuestro refranero no se queda corto en ese aspecto.
EliminarMorirse es, como dicen en misa, justo y necesario. Lo que es injusto en muchas ocasiones es el momento...
ResponderEliminarBuuueno... Eso no se refiere a la muerte precisamente, pero sí es verdad que es necesario que nos muramos todos. Pero lo que no es justo es que se trunquen dos vidas porque alguien tenía demasiada prisa por iniciar el puente.
EliminarHace poco murió un compañero de trabajo, y le envié una carta a una viuda a la que no conocía. Como en el caso de Isabel, la muerte llegó por la puerta de atrás y sin avisar. Quizás nos faltaba eso, cerrar el círculo de una, dos vidas, que resultaron demasiado cortas.
ResponderEliminarLeemos las noticias de accidentes de tráfico, sin pensar que en ocasiones nos tocan muy de cerca.
Nos tocan de cerca, nos pueden tocar en cualquier momento, eso lo tengo presente desde entonces. No cuando yo viajo, sino cuando viajan los demás, que es lo que viví con Isabel.
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