Nunca me ha gustado la poesía traducida y, como mis conocimientos de idiomas no dan para mucho, me he limitado a leer a los poetas que han escrito en nuestra lengua, pero, hace unos meses, Google me llevó por casualidad hasta un poema que me atrapó desde el principio. Un poema de un autor que solo conocía de nombre y cuyo traductor me era totalmente desconocido.
Se trata de Elegía para mi padre de Mark Strand, traducido por René Higuera, que debe ser un poeta tan grande como el primero, ya que los versos discurren tan fluidos como si hubieran sido escritos originariamente en castellano.
He intentado traer aquí el poema completo, pero aun a dos columnas sobrepasaba el espacio habitual de este blog, así que mejor os aconsejo que sigáis el enlace y disfrutéis de él como he disfrutado yo varias veces desde que lo descubrí.
Muy bonito el poema, muy sugerente. Yo no leo poesía, ni en español ni en otros idiomas, porque normalmente no me llama la atención. Quizás requiera de un esfuerzo que no estoy dispuesto a hacer, no lo sé, pero el caso es que me decanto por la prosa.
ResponderEliminarNo es cuestión de esfuerzo, sino de que guste o no guste. Cada cual tiene sus aficiones en la lectura y no son unas mejores que otras, sino distintas. También, creo yo, van por etapas de la vida, pues a mí me gustó la narrativa durante muchos años y ahora no leo nada de eso.
EliminarQué pocas veces se tiene en cuenta la labor de quien no sólo traduce sino que pule los sentimientos en lengua ajena para verterlos con idéntico afán a otro idioma sin desdibujar el sentido del texto original.
ResponderEliminarNo solo sin desdibujar el sentido, sino sin que pierdan belleza las palabras al cambiarlas por otras. Para mí la poesía es más música que texto y por eso muchas veces no me gustan las traducciones, porque tienden a conservar el fondo perdiendo la forma.
EliminarSoy muy malo con la poesía, bueno en realidad con todo, pero con los poemas todavía peor. Me se de memoria, aunque ahora ya me fallan estrofas, unos cuantos poemas que me hicieron aprender de memoria cuando estudiaba bachiller, así que imagina el tiempo que hace, pero de ahí a seguir leyendo de manera complaciente hay un abismo.
ResponderEliminarAhora he leído algo de René Higuera y parecer ser que es muy bueno, además se ha especializado en la obra de Mark Strand.
Aquí hay algo de su obra poética que no es una traducción.
Eliminarhttp://circulodepoesia.com/2010/04/foja-de-poesia-no-175-rene-higuera/
buenoooooo, buenooooo, buenoooo esto va a peor, Ya hasta se lee poesía por aquí.
ResponderEliminarEso es síntoma de degeneración total.
¿Van a venir los grises y cerrar el blog?.
Solo le falta plantar un tiesto de María y mandarnos las semillas
Juas
En este blog siempre ha estado presente la poesía, como lo ha estado en la vida de su administradora.
EliminarMe gusta la poesía pero traducida suelo leer poca porque me parece que al traducirse la mayor parte de las veces pierde su esencia.
ResponderEliminarCreo que elegiste un poema triste para dedicarlo a un domingo de primavera.
No creo que sea triste ver que un hombre le dedicó a su padre algo así, pues muchos quisiéramos que alguien nos recordara tanto cuando no estemos aquí.
EliminarSiempre he pensado que lo de escribir poesía es una de esas tanta cosas que hay en este mundo que son igual de hermosas como ignoradas -iba a decir inútil, pero no lo es-. Lo de las traducciones, le doy toda la razón... Pero lo más triste es que en ocasiones las traducciones se dejan en mano de quien no se debiera y salen puerros que no hay quien los mastique.
ResponderEliminarHoy le he leído en una entrevista a Rafael Guillén, poeta local que me cruzo todos los días, que "la poesía es una manera de respirar". Y me gusta la definición. Es un hombre algo mayor que yo, en el final de su vida, pero sigue respirando de esa forma.
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