Esta foto tiene ya unos años y la primera vez que la subí a la Red fue acompañada del poema de un americano, Santos Chocano, con una estrofa muy conocida que dice así:
Ser río que corre, ser nube que pasa, sin dejar recuerdo ni rastro ninguno, es triste, y más triste para quien se siente nube en lo elevado, río en lo profundo.
En cambio, escuchas a la mayoría de la gente y celebrann con veneración este tiempo a destiempo. Y luego se escandalizan cuando en mayo han de abrigarse por la bajada de las temperaturas.
Hay quien adora el sol, pero yo suspiro por la lluvia cuando pasan los días y los meses sin caer una gota. Hoy, por fin, hemos visto llover, pero me temo que no durará mucho.
Ese olivo parece querer atrapar la nube que se le escapa. Ya sabes que no suelo leer poesía, pero Machado está en otro nivel. Si queréis cielos limpios, venid a Suiza, aunque los mejores los vi en la Patagonia argentina. Espectaculares.
Curiosamente, en la época en que más poesía lei, arrastraba la vergüenza de que no me gustaba Machado. Era algo que pocas veces confesaba y que, pasado el tiempo, superé, supongo que porque en esa primera época era demasiado joven y no fui capaz de apreciarlo.
El macasar (Chimonanthus fragans o praecox) es un arbusto procedente de China y Japón, que alcanza una altura de dos a tres metros y que tiene la peculiaridad de que, en pleno invierno, de sus ramas desnudas y leñosas brotan las flores. Unas flores pequeñas, pero con un olor intenso, penetrante y, a la vez, delicado. La historia de Granada está muy ligada a esta planta, que se menciona en poemas árabes. Actualmente es difícil verla, pues sólo se encuentra en algunos jardines antiguos y, sobre todo, en los cármenes y jardines privados. Aquellos que llamó Soto de Rojas “Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos”.
Hasta eso ha cambiado ligeramente desde que nos dejó Antonio Machado, antes los inviernos eran mucho más duros y los veranos también eran más cálidos.
ResponderEliminarLo que ha cambiado más son los cielos, que rara vez se ven azules debido a la contaminación. No se en Sevilla, pero en Granada la "boina" no nos deja.
EliminarAquí aún hay días con cielos límpidos, pero los de nuestra infancia nunca volverán a repetirse. Hermosa foto, el olivo hace un encuadre prefecto. Beso
ResponderEliminarEsta foto tiene ya unos años y la primera vez que la subí a la Red fue acompañada del poema de un americano, Santos Chocano, con una estrofa muy conocida que dice así:
EliminarSer río que corre, ser nube que pasa,
sin dejar recuerdo ni rastro ninguno,
es triste, y más triste para quien se siente
nube en lo elevado, río en lo profundo.
gran reflexión en estos versos. Algo de tristeza también.
EliminarPoca poesía hay que no sea triste. Por lo general, la felicidad no se expresa poéticamente.
EliminarEstos últimos días de febrero han traído una primavera a destiempo que no deja de ser un espejismo.
ResponderEliminarSerá un espejismo, pero nos ha robado el invierno y, lo que es peor, la lluvia necesaria para acabar con la contaminación.
EliminarEn cambio, escuchas a la mayoría de la gente y celebrann con veneración este tiempo a destiempo. Y luego se escandalizan cuando en mayo han de abrigarse por la bajada de las temperaturas.
EliminarHay quien adora el sol, pero yo suspiro por la lluvia cuando pasan los días y los meses sin caer una gota. Hoy, por fin, hemos visto llover, pero me temo que no durará mucho.
EliminarEse olivo parece querer atrapar la nube que se le escapa. Ya sabes que no suelo leer poesía, pero Machado está en otro nivel. Si queréis cielos limpios, venid a Suiza, aunque los mejores los vi en la Patagonia argentina. Espectaculares.
ResponderEliminarCuriosamente, en la época en que más poesía lei, arrastraba la vergüenza de que no me gustaba Machado. Era algo que pocas veces confesaba y que, pasado el tiempo, superé, supongo que porque en esa primera época era demasiado joven y no fui capaz de apreciarlo.
EliminarEstán.
ResponderEliminarNo. Se fueron. Para él y para muchos...
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