Son morenas, de poca estatura y con un envidiable pelo negro y fuerte. Las vemos por la calle, empujando las sillas de ruedas de nuestros viejos, de las personas de mi edad que necesitan ayuda. Las vemos en los parques, ellas en un banco, la persona que cuidan al lado. Las vemos en las tiendas, haciendo la compra de la casa donde trabajan, comprando artículos que no podrían pagar con su dinero, pero también en tiendas que ya venden los productos que llegan de su país y que ellas tienen costumbre de comer. Proceden de lo que antes llamábamos Hispanoamérica y nuestra lengua, en sus labios, tiene una riqueza que ya quisiéramos los que hemos nacido aquí.
Algunas vinieron solas o con amigas, otras dejaron atrás marido e hijos, que las más veteranas quizá han conseguido reagrupar. Algunas desean quedarse, pero otras solo buscan la forma de comprar una casa en su tierra o poner un pequeño negocio. Y todas, todas, ahorran hasta el último céntimo, porque envían a su familia de lo poco que ganan. Viven donde pueden, muchas veces hacinadas varias familias en una vivienda y, las que han venido solas, prefieren trabajar internas para ahorrarse el piso o la habitación donde vivir, pero a cambio de eso, muchas veces las explotan estando disponibles las 24 horas.
Son Las Cuidadoras, cariñosas con los viejos, aguantando lo que les echen con tal de conservar el trabajo. Y nosotros les pagamos metiéndolas en el bucle de la Ley de Extranjería: Sin permiso de trabajo, no hay trabajo legal; sin trabajo legal, no hay permiso de trabajo. En nuestro país hay personas que abominan de la inmigración, pero ¿qué sería de nuestros viejos sin ellas?
Mi felicitación por este homenaje a las últimas, a las personas de menos brillo social.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estas personas son las que necesitan homenajes, que los de arriba ya se los procuran ellos solos.
EliminarPersonalmente tengo una deuda de gratitud con algunas de ellas que no se puede pagar con dinero...
ResponderEliminarPodemos pagarles haciendo lo que esté en nuestra mano para que las leyes de la inmigración sean otras, para que estas personas, que tanto están haciendo por nosotros, tengan mejor acogida e integración en nuestro país.
EliminarYo hice de cuidador de mi madre, estaba ya jubilado, todo hay que decirlo, al principio cuando todavía estaba en su casa la iba a buscar muchos días para que viniera a comer con nosotros, iba a hacerle la compra, en ocasiones solo, en otras la acompañaba, por la tarde muchas veces, como cuando la llamaba no cogía el teléfono ya que la tele la tenía muy alta, tenía que ir a ver si le había pasado algo. Más adelante y ya en la residencia, todos los días iba a sacarla a pasear un rato, iba en silla de ruedas.
ResponderEliminarSer cariñosos con nuestros padres es natural, pero en ellas no es tan natural.
EliminarRealizan una labor importantísima, no solo cuidando a personas mayores sino a niños, amén de ocuparse de la casa en hogares que, por el horario de trabajo de los adultos, se necesita ayuda. Ahora bien, es preciso que haya una situación laboral transparente para que estas personas trabajadoras tengan todas las garantías y no se den abusos.
ResponderEliminarEl problema es el que digo, que la Ley de Extranjería actual no permite contratarlas legalmente si están en España de forma ilegal. La única solución es que vuelvan a su país y vengan ya contratadas, pero eso cuesta un pastón y nadie lo hace. Yo conozco el caso de un anciano que le pagó el viaje a su cuidadora, pero se comprende que eso sea una excepción.
EliminarDigamos que es difícil para quienes ya están aquí pero sencillo para alguna amiga/amigo o pariente que quiere venir a trabajar. Planteemos una hipótesis... La señora Tal, cuidadora/empleada en situación irregular conoce a un compatriota que desea venir legalmente a España a trabajar. Comenta la situación entre las personas empleadoras y gente allegada y se puede encontrar a una persona dispuesta a formalizar un contrato de trabajo legal. Todo, claro está, como hipótesis...
EliminarClaro que eso es posible, pero difícil. Antes de que se aprobara esta Ley de Extranjería, bastaba con firmar un contrato de trabajo a un/una inmigrante y, en Granada Acoge, donde yo cooperaba entonces, pudimos hacer muchas cosas en ese sentido, pero ahora es más complicado.
EliminarEs que una cosa es la inmigración legal, de quien como yo mismo vive y trabaja en un país extranjero y otra muy diferente es la ilegal. Yo estoy a favor de la primera al 100% y en contra de las mafias que explotan a los segundos como esclavos modernos.
ResponderEliminarEstas cuidadoras al final hacen el trabajo que no quieren realizar los españoles, que prefieren vivir de las ayudas, y, como dices, se sacrifican muchísimo con tal de prosperar en la vida. Admiro a todos los que se esfuerzan y ellas están en lo más alto, qué duda cabe.
Ten en cuenta que ellas no tienen otra opción que entrar ilegalmente y buscar el trabajo después. Tú irías con un currículum que te avala, pero ¿que currículum tienen ellas para que alguien las contrate aquí estando en su país? El trabajo que encuentran es porque las recomienda alguien que las conoce, alguien que las ha tenido en su casa o en la de un familiar, pasan de una casa a otra cada vez que se les muere la persona que cuidan y se reconoce que ellas lo han hecho bien. Ese es su currículum. Y está aquí, no pueden traerlo de su país.
EliminarNo me he expresado bien. A esas cuidadoras les deseo lo mejor y deberían legalizarlas lo antes posible. De hecho lo hacen porque conozco varios casos. Ellas vienen a trabajar y lo hacen voluntariamente. Lo que yo llamo inmigración ilegal a través de las mafias es otra cosa y vienen bien de África, bien de los países del Este. Esos son los verdaderos maltratados por los que los explotan y por los políticos que solo buscan el voto de los "buenistas" sin importarles un pito sus vidas. El segundo párrafo va dirigido a todos los españoles que dicen que en España no hay trabajo. Trabajo hay, lo que pasa es que de los subsidios se vive mejor, y esto también saben aprovecharlo ciertos partidos políticos. Con el dinero de los que se esfuerzan, claro está.
EliminarLo malo es que son lo mismo de "ilegales" que las que traen las mafias y también algunas de ellas terminan en la prostitución, con la que les obligan a pagar el viaje. Y todo eso por no tener una Ley de Extranjería más humanitaria y justa.
EliminarLo del trabajo y los subsidios daría para mucho y tampoco yo soy una experta en el tema, pero sí puedo decirte que una persona de tu edad no tiene más subsidio que los poco más de 400 euros de lo que antes se llamaba la Ayuda Familiar y ahora no se como se llama. Y si tú crees que con eso "se vive mejor"...
Espero no necesitar de ellas jajaja
ResponderEliminarvivir y luego morir
sin sufrir
un abrazo desde Miami
Nadie manda sobre su principio ni sobre su final...
EliminarMe encanta todo el texto que has puesto sobre estas CUIDADORAS. Yo les haría un homenaje publico porque a ellas les debo la vida. Señoras como las que tu describes cuidan de mi madre y de mi suegra y lo hacen con una paciencia y un cariño que dudo que yo tuviera si estuviera 24 horas al día con ellas como están las cuidadoras.
ResponderEliminarAlgunas si están legales y nuestras cuidadoras tienen permiso de residencia, incluso la doble nacionalidad, y contrato de trabajo. Yo las escucho hablar en sus lenguas diferentes. Ya se si son de Colombia, Bolivia, Ecuador o Perú y cuando comparto con ellas hacerle compañía a mis personas mayores les tiro de la lengua para que me cuenten cosas de sus países de origen. Y así pasamos las tardes o los fines de semana.
Creo que te copiaré la idea y haré un post sobre este tema. Otro que tengo pendiente, además del de los pilares, aunque en este caso no haré un volumen con 500 fotografías, como nuestro conocido común.
Me alegraré de que escribas una entrada sobre esto, pues seguro que puedes aportar muchas más cosas que yo, ya que las tratas personalmente, y yo, en estos últimos tiempos, solo se de ellas por referencias de amigos y amigas.
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