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Entramos en diciembre, el mes de la Navidad, esos días en los que se supone celebramos el nacimiento de un Hombre que vino a traer al mundo Paz y Amor. Pero ¿qué es lo que vemos en Navidad? Vemos luces, compras, comidas pantagruélicas…. Vemos también cansancio en las amas -o amos- de casa, discusiones entre familiares, enfados que luego duran años… Vemos tiendas abiertas fuera de horario, personal explotado con míseros contratos y jornadas agotadoras… Vemos personas que duermen sobre cartones, a quienes quizá desvelan las luces…
Y vemos dolor en las personas que están solas, en las que no tienen familia, en aquellas que, aun teniéndola, no pueden estar con ella, en los enfermos y los pobres que ven la fiesta de lejos, sin poder participar...
¿Dónde está la Paz y el Amor que traías en tus manos, Jesús? ¿Dónde? ¿Qué hemos hecho con ellos?
Se ha perdido la educación, se han perdido las buenas palabras, ¿como no se van a perder la Paz y el Amor de estos días?
ResponderEliminarPara que te animes un poco te mando un video, que nos afecta a nivel mundial.
Un abrazo.
Un vídeo muy bonito y muy tierno, pero tan irreal como los ojos claros de María y el Niño.
EliminarNo se como llegué a tu blog Siempre hubo gente que tienes menos dinero menos salud en el mundo entero Hagamos lo que podemos si queremos y sino vivamos dando algo y escribiendo
ResponderEliminarNo es la primera vez que me visitas y que yo entro en tu blog, pero está tan concurrido que no me animo a comentar, pues se me dan mal las multitudes...
EliminarRespecto al tema de la entrada, el que siempre haya habido personas desfavorecidas no quiere decir que eso sea justo y podamos desentendernos.
Más que el diablo, lo que carga la Navidad es la contradicción entre la verbalización de deseos cuasi panfletarios y el álbum de realidades cuyos cromos vivos nos recuerdan que seguimos arrastrando desigualdades, como cada día de cada año de muchos siglos, en esa ficción de Paz, Amor y Felicidad que combina rutina e hipocresía.
ResponderEliminarLo del diablo ya sabes que es una expresión relacionada con las armas, pero como resulta que yo no creo en el diablo, pero sí en el egoismo y la indiferencia de las personas, de todos nosotros, eso encaja perfectamente con lo que tú dices de las desigualdades y la hipocresía con que las miramos en estos días. Vemos las tiendas llenas, los carros desbordando y queremos creer que para todos es igual y que con decir ¡Feliz Navidad! ya está todo resuelto.
Eliminar...es que la Navidad hiere. Aguijonea las conciencias de algunas personas porque, aun no nadando en la opulencia, se pueden/nos podemos permitir dispendios. Y ni siquiera los pequeños gestos solidarios acallan la ebullición de los sentimientos.
EliminarLa Navidad hiere en muchos sentidos. Algunas veces intentamos que sea un época como las demás, pero no lo conseguimos. Vemos el dolor ajeno a través del propio, vemos la soledad en la que viven algunas personas contemplando nuestra propia soledad... Es una época que a nadie deja indiferente. Hay quien la vive con alegría y hay quien se siente herido por no poder participar de esa alegría. La Navidad hiere y golpea de tal forma que algunos no pueden soportar su proximidad y deciden irse, dar por terminada una sucesión de Navidades quizá dolorosas, como hemos visto recientemente. Sabemos que los suicidios aumentan en estos días y es triste, realmente triste, que lo que se suponía una Buena Nueva, haya terminado siendo todo lo contrario.
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