Si a alguno os suena el Padre Coloma, sabréis que fue un jesuita, periodista y escritor, un tanto polémico y un mucho sacerdote de su época. En la mía, cuando estaba en el colegio, se seguía hablando de él y de sus obras en los colegios religiosos, pero mis teresianas eran muy modernas, algunas nostálgicas de la Institución Libre de Enseñanza, y lo consideraban algo perteneciente al pasado. Por ello, no recuerdo haber leído nada de él, ni siquiera su obra cumbre, Pequeñeces, en la que aparece el poema de otro jesuita, el P. Julio Alarcón. dedicado a la Virgen del Recuerdo, la que da nombre a ese colegio histórico que los hijos de san Ignacio tienen en Madrid y que empieza así:
Dulcísimo recuerdo de mi vida,
bendice a los que vamos a partir...
¡Oh Virgen del Recuerdo dolorida,
recibe Tú mi adiós de despedida,
¡y acuérdate de mí!
Bueno, pues por circunstancias que no vienen al caso, hace unos días he estado recordando como conocí ese colegio allá por los 60, con motivo de visitar a un querido amigo, Miguel Pereyra Etcheverría, por entonces jesuita y que pocos años antes había quedado tetrapléjico en un accidente de tráfico sucedido en Granada. Recuerdo perfectamente la tarde tan buena que pasé en su compañía, recuerdo que fui en taxi porque no tenía ni idea de donde estaba ese colegio y que también volví en taxi al hotel, donde me esperaban mis padres para cenar, con las caras un poco largas porque a mí se me fue el santo al cielo en la visita y era bastante tarde. Sin embargo, no tengo el menor recuerdo de ese colegio, quizá porque llegué nerviosa por la entrevista y me fui nerviosa por lo que me había retrasado. Pero nada, como si no hubiera visto nunca lo que ahora estoy viendo en fotos.
Tú en pago, Madre, cuando llegue el plazo
de alzar el vuelo al celestial confín,
estrechándome a ti con dulce abrazo,
no me apartes jamás de tu regazo.
¡No me apartes de ti!.
La vida... Una vida larga como la mía. Y el recuerdo de los que se fueron antes.


No resulta fácil trasmitir las sensaciones, e incluso las emociones, que nos provocan los recuerdos, a menos que estos sean compartidos. Cada uno tenemos los nuestros y eso ayuda a comprender los ajenos. Del padre Coloma solo señalar el atrevimiento que tuvo a criticar la decadencia moral y los vicios de las clases pudientes de su tiempo. Toda una osadía viniendo del estamento religioso. Algo que le honra.
ResponderEliminarSaludos.
Viniendo del estamento religioso y estando muy relacionado con esas clases altas. Pero para mí es difícil evaluarlo a estas alturas y sin haber leído nada de él y ni siquiera haber visto las películas que se rodaron después. La idea que tengo de Coloma es de alguien muy ñoño, que reflejaba un ambiente también trasnochado en ese colegio. Ambiente que después ha cambiado como cambió el edificio.
EliminarNo he leído a Coloma, pero cel trayectoreo que alguna película del televisivo Cine de Barrio se basaba en agún libro suyo. De Miguel Pereyra, nada. Pero nada como lo recuerdos para hacer regresar instantes y gentes que alguna vez convergieron en el trayecto personal.
EliminarUn placer reingresar en tu casa.
¡Bienvenido! No te puedes imaginar lo que me alegro de verte aquí después de tanto tiempo.
EliminarEn cuanto a Coloma, sé que fueron película "Pequeñeces" y "Jeromín", pero no las vi. Leyendo ahora en la Red, parece que le dan más importancia como escritor de la que yo le di y que Pequeñeces está considerada una obra importante.
Ya tocaba volver, aunque quedan "filamentos" por atender. Aunque me operaron la vista, aún tengo que recuperar la visión de un ojo y, pese al escaso optimismo del oftalmólogo, no pienso tirar la toalla; así que disculpa si escribo palabras con errores.
EliminarDel P. Coloma no recuerdo ni el argumento de las películas, aunque no me son desconocidos los títulos que has puesto.
No te preocupes si cometes errores al escribir, pues desde que lo hacemos en el móvil, los cometemos todos. O los comete el móvil, que escribe por nosotros...
EliminarComo ya he dicho, no he leído las obras de Coloma ni he visto las películas, pero sé que "Jeromín" se basa en la infancia de Juan de Austria que, al parecer, lo llamaban así.
EliminarA Miguel Pereyra le debo una entrada como antiguo amigo y como persona excepcional, pero hay tanta información sobre él en la Red, que desde que murió lo he pensado muchas veces y siempre me ha aparecido que no podía añadir nada que no esté ya dicho. Solo ahora, por una conjunción de circunstancias, he empezado a tirar del hilo y a recordar cosas que ocurrieron hace muchos años. Chamartín me ha llevado a ese colegio, el colegio a Coloma y, sobre todo, a Miguel.
ResponderEliminarPor mucha información virtual que haya, tu conocimiento personal prima sobre los datos que puedan encontrarse, así que te animo a desgranar otros recuerdos relacionados con él.
EliminarNo descarto hacerlo, pero ya ves que estoy desganada con el blog y estoy publicando cada vez menos. Los años, la falta de audiencia... Todo se junta.
EliminarTe comprendo muy bien. Fíjate que acabo de regresar y me está costando trabajo meterme en faena.
EliminarA mí, lo que también me da pereza es encender el ordenador para publicar, pues no me arreglo bien en el móvil. Puedo escribir las entradas, pero para publicarlas necesito el ordenador. Blogger funciona mal en el móvil y, sobre todo, es un fastidio que no se vean las columnas laterales, pues colocas algo ahí con la seguridad de que pocos lo van a ver.
EliminarCuántos recuerdos despertó en ti! Falta un detonante para que nuestro cerebro estalle y más si esos recuerdos son entrañables. Me encantó leerlos. Besos
ResponderEliminarAsí es. Parece que estoy "en modo recuerdos", pues lo próximo va a ir en la misma línea... y quizá lo siguiente también. Será verdad que cuando no queda mucho futuro, se vive del pasado.
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