31/7/22

Pecado capital


Captura tomada en Xataka

      Hace muchos años, cuando la Blackberry era el teléfono más “inteligente” y el sueño imposible de muchos frikis, alguien comentaba irritado en un blog que había visto en la cola del banco a "una vieja" con una BlackBerry en la mano. Comiéndosela con los ojos, le dijo: Vaya teléfono que tiene usted... Y la señora contestó: Me lo han regalado mis hijos, pero no sé manejarlo y solo lo uso para cuando me llaman, porque tampoco se llamar.


      El bloguero se explayaba después en quejas e indignación por el “desperdicio” que suponía semejante teléfono en semejantes manos y hasta escribía la palabra injusticia repetidamente.

 
      Hoy, cuando veo amigas con móviles que multiplican por cuatro (o veinticuatro) el precio del mío y solo los usan para las llamadas y el WhatsApp, me acuerdo de aquel friki y entiendo su enfado. Vaya si lo entiendo...

 

17/7/22

Orden de prioridades

 

Andaba por la Red...

      Ayer se celebró la festividad de la Virgen del Carmen y la agenda de mi móvil me avisó de que tenía que felicitar a las amigas de ese nombre, una lista que fue larga, pero en la que ya solo quedan tres. Y, mientras llamaba a unas y a otras, no se por qué me dio por acordarme de una que ya no está hace años: Carmen M.

      Carmen M. era inteligente, educada, buena amiga… No tenía más que un defecto (si es que se le puede llamar defecto): era muy de su familia, su familia era lo primero… lo segundo, lo tercero y lo cuarto. Y en un remotísimo lugar estábamos los demás, de tal forma que tenía que estar todo perfectamente en su familia, para que pudieras contar con ella. Tan evidente era esto, que algunas veces le decía medio en broma, medio en serio: Ay, Carmen, un día de estos voy a caerme a un pozo y si, en ese momento, a una de tus hermanas se le rompe una uña, tú acudirás a tu hermana y yo me ahogaré…. Y se reía, nos reíamos las dos, pero las dos sabíamos que era así. Para ella era natural; para mí, doloroso.

      He dicho antes que no se si eso es un defecto, pues es algo que le ocurre a la mayoría de las personas y quizá, en otros tiempos, me ocurrió también a mí, pero el problema es en qué medida puede afectar a las personas que no tienen familia cercana. Creo que alguna vez me habéis leído que la mejor definición de la palabra SOLEDAD es saber, ser consciente de que no hay nadie para quien tú estés en primer lugar. Eso es soledad y lo demás gabinas de cochero, como decía mi padre. Saber que no estás a la cabeza en el orden de prioridades de nadie y que cualquier cosa que a ti te ocurra, tendrá que esperar a que en la familia de las personas que te rodean, de las personas cercanas, no haya el menor problema ni la menor contrariedad. Y saber, incluso, que tu vida puede depender de eso.

 

10/7/22

Orgullo

 

Captura tomada de IDEAL

    
       Vienen celebrándose estos días las fiestas del Orgullo LGTB, que aquí se anticiparon a la semana pasada, con dos manifestaciones o “marchas”, a causa de las disensiones entre los diversos grupos, como suele ser costumbre en esta ciudad para cualquier cosa. Así que hubo dos celebraciones en días distintos… y todos contentos.

       Viendo el otro día las fotos de la segunda cabalgata, que me mandó un amigo, pensé que esta fiesta no me ha gustado nunca. Y no por el motivo que suponéis dada mi edad, sino todo lo contrario. Me explico.

       Miro atrás y veo que, a lo largo de mi vida, he tenido amistad con varios homosexuales, con los que me he llevado bien y no tuve ningún problema por ese motivo. Recuerdo aquel amigo buen pintor y mejor persona, aquel otro tan servicial y que tan bien se portó conmigo en un mal momento, y aquel cuya amistad duró más de 30 años y no llegué a saber si realmente era homosexual, por la sencilla razón de que nunca me lo dijo ni se lo pregunté. ¿Para qué? No afectaba en absoluto a la relación que había entre nosotros. Igual que ocurrió con aquella amiga de también de muchos años, de la que oí comentarios sobre su inclinación sexual que, en cierto modo, también me afectaban a mí, pero como nunca eso surgió entre nosotras, tampoco hubo por qué hablar de ello. Y lo dicho: Con todos me llevé bien y con todos vi nuestra amistad normalísima.

       Quiero decir con esto que, si de lo que se trata es de afirmar la normalidad de que una persona sea homosexual, bisexual, trans… o lo que le salga del cuerpo, sobran las celebraciones, las manifestaciones y las banderas de colores, que lo único que hacen es recalcar la excepcionalidad. A ver. Yo soy heterosexual y no me siento orgullosa ni necesito una fiesta ni una bandera. Soy heterosexual igual que soy (o he sido) rubia-tirando-a-pelirroja. Y esas personas son lo que son igual que también son altas o bajas, rubias o morenas. ¿A santo de qué, entonces, hacer de ello una excepción, algo que reivindicar? Por ese camino de las reivindicaciones y celebraciones-espectáculo, no llegará nunca la normalidad ni la igualdad.

 

1/7/22

Virus o soledad




      Llevamos casi dos años y medio de pandemia, que se ha llevado por delante a muchos viejos. También jóvenes, pero, sobre todo, viejos. Otros han sobrevivido (hasta el momento), pero ¿a qué precio?) Aislamiento, soledad… Aun ahora, cuando la mayoría de las personas hacen vida normal y le han perdido el miedo a la enfermedad, porque "es como una gripe", ellos siguen sufriendo cuarentenas. Un hijo se contagia: dos semanas sin verlo. El hijo de su hijo se contagia: otras dos semanas solos. Incluso, si hay contagios en el trabajo de su hijo o en el colegio del nieto… los abuelos en cuarentena. Es cierto que lo hacen por su bien, que quizá han salido adelante gracias a eso, pero ¿alguien les ha preguntado si les vale la pena?

 

23/6/22

Epílogo


      Ya hace unos días que votamos en las elecciones andaluzas y los comentarios, análisis y resúmenes abundan en los medios. Para mí, sigue siendo válido lo que dije esa misma noche, cuando las encuestas ya avanzaban la victoria del PP poco después de cerrar los colegios electorales. Dije: De lo malo, no es lo peor. Y así ha sido, ha ganado la derecha, pero no la ultraderecha, que era lo más temido. A pesar de esto, de aquel día me ha quedado un mal recuerdo, pero por cuestiones ajenas al resultado de la votación. Os cuento.

      Llego al Colegio Electoral, cambio de papeleta, como ya dije, y me sitúo en una pequeña cola. Lo primero que veo es un señor de mediana edad, alto y fuerte, en pie firme cual legionario y con el pecho abombado, como es habitual en los afiliados a VOX. En la mano porta un bolígrafo (no se para qué), de su cuello cuelga la identificación como interventor de ese partido y nos mira fieramente, como intentando averiguar quién de nosotros tiene aspecto de no votarlos. Por tanto, no repara en mí y eso me permite sacar el móvil y, con un ojo en el policía que anda por allí y otro en los vecinos que me rodean, disparo… y fotografío el codo del que tengo delante. Segundo intento y nuevo fallo, pues pillo al legionario de espaldas, pero a la tercera va la vencida y consigo tomarlo de frente sin que ni el policía ni él me manden a la calle. Ventajas de la edad…

      Pronto llego a la mesa, meto mi papeleta en la urna y veo,  al lado, a una antigua conocida del PSOE, que ha sido concejala, diputada, consejera de la Junta en varias legislaturas y no se cuantas cosas más. Y allí está, como apoderada. Se levanta camino de la puerta porque dice que el aire acondicionado está demasiado fuerte y va a ver si se calienta en la entrada. Nos saludamos, hablamos un poco y me despido dándole un abrazo, más que nada para posicionarme, porque he visto a mis vecinos charlando amigablemente con el legionario y hay que establecer distancias.

      Y me voy a la calle pensando: Un interventor de VOX y una apoderada del PSOE… ¿Eso es todo? ¿Y los demás partidos? Alguien me dice que el PP ha estado presente hasta hace un rato, no sabe si como interventor o apoderado, pero ¿y los demás? Bueno que Ciudadanos, que concurría a título póstumo, no tuviera de quien echar mano para ese Colegio Electoral, pero Por Andalucía, que ha obtenido 9.495 votos, y Adelante Andalucía con 4.310, ¿no tenían afiliados o simpatizantes que renunciaran a su domingo para echarle una mano al partido en el que se supone que creen? Es difícil de asimilar algo así para quienes, tiempo ha, pasamos horas ensobrando propaganda electoral.     


19/6/22

Clasista

 


Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros. (Groucho Marx)

      

      Hace unos meses, un amigo muy querido me dijo algo que me hizo mucho daño, más que nada por venir de él, que debería saber que eso es falso. Me llamó clasista, así con todas sus letras: C L A S I S T A. Y no en broma, como más tarde quiso suavizarlo, sino en serio, pues su voz al decirlo no tenía el menor tono ligero.  

      Pero nunca he sido clasista, nunca he creído que una clase social esté por encima de otra y solo he considerado superior una cosa: la Cultura. Y la cultura puede estar en todos los niveles sociales. Hace unos días la UGR ha investido Doctora Honoris Causa a Antonina Rodrigo, que es totalmente autodidacta, y hace ya tiempo impuso la beca roja de Derecho a José Reina, aquel albañil anarco tan cercano a nuestras Comunidades de Base. Solo dos ejemplos que me vienen a la memoria, el uno por reciente, el otro, por haberlo vivido muy de cerca.

      En el terreno personal, he tenido amistades de todo tipo, me he movido en ambientes muy dispares y nunca me he sentido mejor tratando con personas que se consideraban de clase alta. Al contrario, siempre me he sentido incómoda, como fuera de lugar. Nunca he aspirado a subir, ni el dinero ni la alta burguesía me han inspirado respeto. El respeto –y grande- lo tengo hacia personas que son fieles a sus principios, independientemente de la extracción social de donde procedan. Y el rechazo -y la compasión- hacia quien se vende, hacia quien renuncia a ser él mismo a cambio… ¿de qué?  ¿Hay algo por lo que se pueda pagar ese precio?  

      Ahora, cuando ya estoy en la recta final de mi vida, miro hacia atrás, contemplo mi trayectoria y llego a la conclusión de que ha sido un rotundo fracaso. Pero me salva una certeza: Nunca me he traicionado a mí misma, siempre he sido fiel a mis principios. Por eso, cuando esta mañana he entrado en el colegio electoral, se ha quedado en mi bolsillo la papeleta que elegí con cabeza y sentido común, y he cogido otra, para votar con el corazón y mis principios. Aunque sea un voto perdido, aunque no sea un “voto útil”. Voté así la primera vez que metí una papeleta en una urna y no voy a votar distinto ahora que puede ser la última vez que lo hago.


12/6/22

Corpus Christi 2022

 


      Pues sí, amigos, estamos en Corpus, en plenas fiestas, doblemente celebradas al ser las primeras después de estos años de pandemia.

      Pero, con razón, me diréis que ese cartel de arriba más bien parece de Semana Santa. ¿Verdad? Os explico el asunto para que no penséis que a nuestros munícipes se les ha ido la olla y ya no saben en qué día viven.

      Este año se celebra el centenario del Concurso de Cante Jondo de 1922, impulsado por personajes como Manuel de Falla, García Lorca, Fernando de los Ríos o el pintor Zuloaga, y este cartel está inspirado en el que realizó Manuel Ángeles Ortiz para aquella ocasión. Es obra del artista granadino Jacinto Gutiérrez y, según la concejala de Cultura, María de Leyva, tiene un marcado carácter simbólico, donde el tema de la guitarra se cruza con un pentagrama que queda centrado por el corazón atravesado por las siete espadas, mientras que el ojo y las lágrimas se centran sobre la forma circular de la Sagrada Forma. Al fondo se reproduce una versión de los característicos albaicines de Manuel Ángeles Ortiz.

      Ahí queda eso.

      Más adelante, si el tiempo no lo impide, hablaré de este Concurso, que también tuvo su polémica, como todo en Granada, pero hoy toca irse a la Feria. Quien vaya, claro.

Manuel Ángeles Ortiz 1922

 

4/6/22

El viejo cura




      La otra mañana, fui temprano a hacerme un análisis y, a la vuelta, pasé por la Basílica de la Patrona y entré un momento porque llevaba prisa por desayunar. La iglesia estaba casi vacía y me senté al final para irme pronto. Recordé entonces que, antes de la pandemia, me había sentado una mañana en el mismo sitio y me vino a la memoria lo que presencié aquel día.

      En la segunda capilla de la derecha hay un confesionario, el único que se ve algunas veces con cura dentro y clientela. Pero ese día no estaba dentro el cura, sino fuera, sentado al lado en un banco y con una mujer muy mayor que lloraba y lloraba, secando sus ojos con un pañuelo grande y blanco. El cura, también muy viejo, le hablaba y la consolaba, incluso creo que cogía su brazo con cariño, apoyando sus palabras. Yo los miraba y me daban ganas de pedir turno, porque yo también estaba llorando y nadie me consolaba.

      Y luego dicen que los curas no sirven para nada... Hubiera dado algo en ese momento por el sitio de aquella señora al lado de aquel cura. Un cura muy viejo, ya digo, seguramente conservador, con ideas que miro por encima del hombro.... pero con algo que a mí me hacía más falta que respirar: una palabra, un gesto, una mano en el hombro... Cercanía, afecto. Compasión.

 

26/5/22

¡Amor, amor, amor y eternas soledades!

 

Monumento a Mariana Pineda en Granada


ESCENA ÚLTIMA

 

Entran por el foro todas las monjas. Tienen la tristeza reflejada en los rostros. Las NOVICIAS 1.ª y 2.ª están en primer término. SOR CARMEN, digna y traspasada de pena, está cerca de MARIANA. Toda la escena irá adquiriendo hasta el final una gran luz extrañísima de crepúsculo granadino. Luz rosa y verde entra por los arcos, y los cipreses se matizan exquisitamente, hasta parecer piedras preciosas. Del techo desciende una suave luz naranja, que se va intensificando hasta el final.

 

MARIANA

¡Corazón, no me dejes! ¡Silencio! Con un ala,

¿dónde vas? Es preciso que tú también descanses.

Nos espera una larga locura de luceros

que hay detrás de la muerte. ¡Corazón, no desmayes!

CARMEN

¡Olvídate del mundo, preciosa Marianita!

MARIANA

¡Qué lejano lo siento!

CARMEN

¡Ya vienen a buscarte!

MARIANA

¡Pero qué bien entiendo lo que dice esta luz! 

¡Amor, amor, amor y eternas soledades!

 

(Entra el JUEZ por la puerta de la izquierda.)

 

NOVICIA 1.ª 

¡Es el juez!

NOVICIA 2.ª 

¡Se la llevan!

JUEZ

Señora, a sus órdenes;

hay un coche en la puerta.

MARIANA

Mil gracias. Madre Carmen,

salvo a muchas criaturas que llorarán mi muerte.

No olviden a mis hijos.

CARMEN

¡Que la Virgen te ampare!

MARIANA

¡Os doy mi corazón! ¡Dadme un ramo de flores!

En mis últimas horas yo quiero engalanarme.

Quiero sentir la dura caricia de mi anillo

y prenderme en el pelo mi mantilla de encaje.

Amas la libertad por encima de todo,

pero yo soy la misma Libertad. Doy mi sangre,

que es tu sangre y la sangre de todas las criaturas.

¡No se podrá comprar el corazón de nadie!

 

(Una monja le ayuda a ponerse la mantilla. MARIANA se dirige al fondo, gritando.)

 

Ahora sé lo que dicen el ruiseñor y el árbol.

El hombre es un cautivo y no puede librarse.

¡Libertad de lo alto! Libertad verdadera, 

enciende para mí tus estrellas distantes. 

¡Adiós! ¡Secad el llanto!


 (Al JUEZ.) 

¡Vamos pronto!

CARMEN

¡Adiós, hija!

MARIANA

Contad mi triste historia a los niños que pasen.

CARMEN

Porque has amado mucho, Dios te abrirá su puerta.

¡Ay, triste Marianita! ¡Rosa de los rosales!

NOVICIA 1.ª

 (Arrodillándose.)

 

Ya no verán tus ojos las naranjas de luz

que pondrá en los tejados de Granada la tarde.

 

(Fuera empieza un lejano campaneo.)

 

MONJA 1.ª

 (Arrodillándose.)

 

Ni sentirás la dulce brisa de primavera 

pasar de madrugada tocando tus cristales.

NOVICIA 2.ª

 (Arrodillándose y besando la orla del vestido de MARIANA.)

 

¡Clavellina de mayo! ¡Luna de Andalucía!, 

en las altas barandas tu novio está esperándote.

CARMEN

¡Mariana, Marianita, de bello y triste nombre, 

que los niños lamenten tu dolor por la calle!

MARIANA

 (Saliendo.)

 

¡Yo soy la Libertad porque el amor lo quiso! 

¡Pedro! La Libertad, por la cual me dejaste.

¡Yo soy la Libertad, herida por los hombres! 

¡Amor, amor, amor y eternas soledades! 

 


(Un campaneo vivo y solemne invade la escena, y un coro de niños empieza, lejano, el romance. MARIANA se va, saliendo lentamente, apoyada en SOR CARMEN. Todas las demás monjas están arrodilladas. Una luz maravillosa y delirante invade la escena. Al fondo, los niños cantan.)

 

¡Oh, qué día triste en Granada,

que a las piedras hacía llorar,

al ver que Marianita se muere 

en cadalso, por no declarar!

 


(No cesa el campaneo.)

 


(Telón lento.)



FIN DE "MARIANA PINEDA"

F. García Lorca  Granada  8 de enero de 1925