Te fuiste en plenas luces de Navidad y ni siquiera pude entonces subirte estas palabras, porque lo que tocaba era una felicitación navideña. Como navideño era también el ambiente de las calles cuando caminaba aquella noche hacia un velatorio en el que nadie estaba realmente triste porque a nadie le importabas demasiado. Quizá inspirada por tu próxima partida, en este blog hablábamos hace poco de soledad, de personas sin familia que viven aisladas en sus casas aguardando lo que ya te ha llegado a ti. Pero tú ya ni siquiera tenías casa. Te has ido sin casa, sin muebles, sin fotos ni cartas familiares, sin recuerdos de tu juventud… sin nada. Dicen que la mortaja no tiene bolsillos, pero si la tuya los tuviera, no hubieras encontrado nada que meter. Y lo que es más triste, te has ido en soledad, sin una mano a la que asirte, sin nadie que te despida con amor y dolor. Adiós amiga, que la muerte te compense de todo lo que la vida te ha negado en estos últimos años. Descansa en paz.
Olvidaba decirte que, al volver de tu entierro, el sol radiante me pareció un sacrilegio.
Estoy intranquilo, inquieto, sueño demasiado, no soy capaz de descansar en la siesta que suelo echarme todos los días un rato después de comer. Hoy ni siquiera he comido, hasta que me he dado cuenta de una cosa, exactamente dentro de una semana, mi madre nos dejó, debía de ser que se cansó de estar aquí con nosotros o quizás es que no la supimos cuidar como ella se merecía, pero las pocas cosas materiales que en esta vida le quedaban se quedaron aquí, no se las llevó con ella. No se las dejaron subir en ese último tránsito, por supuesto tampoco se las hubiera llevado, poco a poco nos fue dejando a mi hermana y a mi todo lo poco que le quedaba... lo siento, no veo y no es por la niebla que hay en Zaragoza.
ResponderEliminarQuizá de lo que se cansó fue de un cuerpo que ya no le obedecía, pero ella tuvo lo que C.S. no ha tenido. Ni tendrá, pues nadie en su aniversario verá niebla ante sus ojos y hasta es posible que nadie recuerde ese aniversario como tú estás recordando el de tu madre.
EliminarQueda, al menos, ese recuerdo tuyo flotando en un espacio atemporal, aunque ya no haya posibilidad de que la persona fallecida en esa soledad infinita sea capaz de apreciarlo. Desgraciadamente, hay personas que se apagan en el mismo vacío que las rodeó en vida. El día 12 falleció, también, una persona a la que nombraba en el último post de la bitácora... Vivía sola pero jamás lo estuvo; murió rodeada de las personas que acompañaron y compartieron su vitalista vejez, y, aunque llevaba más de una semana sin poder moverse ni hablar, no dudo que se sintió confortada segundo a segundo por el cariño que la acompañó hasta el mismo instante de su muerte.
ResponderEliminarYo quiero creer que sí va a llegarle este recuerdo. Ahora, cuando ya se han despejado las nubes que enturbiaban su cerebro y le hicieron aislarse.
EliminarIba yo a escribir una idea parecida, pero Una mirada lo ha hecho antes y mejor.
EliminarToda aportación es bien venida, sea antes o después.
EliminarCreo que si hubiera encontrado algo que meter en sus bolsillos, tu cariño y la preocupación que mostraste por ella siempre, hasta el último momento. Y ahora queda por escrito esta sentida despedida que le dedicas.
ResponderEliminarPoca cosa es eso para marcharse de este mundo...
EliminarEl cariño que te muestren los demás nunca es poca cosa.
EliminarSiempre es poco, siempre te quedas corta.
EliminarYo creo que el cariño importa mientras se vive. Puede que también después de muerto, ¡quién sabe y quién tiene prisa por averiguarlo! es triste vivir y morir en esas circunstancias, pero vivimos en una época en la que los ancianos sobran y en la que la ciencia otorga años de vida pero no necesariamente salud. Quizás por eso, porque lo sé, procuro construirme un futuro diferente. Luego dependerá de la suerte, claro está.
ResponderEliminarEl futuro es difícil de construir, porque solo cuando estamos en él es cuando sabemos lo que deberíamos haber hecho. Y porque hay demasiadas cosas en la vida que no dependen de nosotros, claro.
EliminarCierto, pero mirando a los mayores me hago una idea de cómo será ese futuro. Puede que sea diferente, pero al menos me quedará el consuelo de haber previsto lo que era capaz mientras que otros viven sólo el presente, sin ocuparse de lo que comerán mañana, porque no les importa. Igualmente, porque hay muchos imponderables, ahorro tres veces lo que creo que sería necesario y hago tres veces más amigos, y así con todo. Por mí que no quede.
EliminarLo del ahorro quizá está en nuestra mano, pero lo de los amigos es más difícil, porque los amigos se van de una forma o de otra sin que podamos evitarlo.
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