A principio de curso, la UGR informó de que tenía matriculados estudiantes de más de setenta países. Y se nota. Granada es una ciudad pequeña y tiene un centro más pequeño aun, por lo que es frecuente encontrarse grupos de jóvenes hablando idiomas unas veces reconocibles y otras que no te suenan de nada. Los ves en bares, en fiestas populares, en supermercados, también en monumentos, por supuesto. Están en todas partes, como queriendo verlo todo, disfrutarlo todo. Y a mí me gusta. Le dan un aire cosmopolita a nuestras calles, nos quitan el pelo de la dehesa, el provincialismo y hasta se llevan un poco de nuestra típica malafollá granaína.
Feliz Navidad
Hace 1 día
Me temo que esto pasa en la mayoría de las ciudades españolas y me recuerda más al relato bíblico de la Torre de Babel, no obstante creo que tal y como se desarrolla la demografía a nivel mundial es lo que se va a ir viendo al lo largo de todo el mundo en pocas décadas. Y que conste que el ambiente estudiantil, yo al menos lo veo mucho mas sano que el que se puede observar en otros colectivos de personas.
ResponderEliminarYo lo veo positivo en muchos aspectos, aunque es verdad que se le teme a las fiestas de "los erasmus" en las casas y a mí me ha caído alguna que otra.
EliminarEso es que no te has atrevido a apuntarte como directora de "orquesta", al fin y al cabo tu tienes mucha más experiencia que todos ellos juntos, hubieras revivido momentos agradables y te lo hubieras pasado bien con el mazo de juez. "Ordeno y mando..." Esto último en varios idiomas.
Eliminar¡Que va! No me admiten... Ya he probado y me dan con la puerta en las narices.
EliminarNo hay duda de que Granda es una ciudad en la que los visitantes son múltiples y variados pues si durante el curso son los estudiantes los que lo invaden todo, regresados estos a sus casas en vacaciones son sustituidos por los turistas que nunca faltan atraídos por esa ciudad tan cargada de arte e historia, así que Granada está siempre abierta al mundo y los granadinos pueden conocer el mundo a través de sus visitantes que van dejando algo de sus países en la ciudad y a cambio ellos también se llevan un poco de ella, aunque sea típica malafollá granaína.
ResponderEliminarSon simultáneos los unos y los otros, pues ni todos los estudiantes se van en verano, ni tampoco los turistas faltan en invierno. Es más, el verano no es temporada alta de turismo en Granada por el calor. Lo que ocurre es que los turistas participan menos de la vida de la ciudad.
EliminarMuy positivo, positivisimo +
ResponderEliminaresto... explíqueme/nos algo eso de la "malafollá granaina" porfi, ande, venga...
Kissss
Es una cualidad que el granadino de pro lleva en los genes, pero que también puede adquirir un foráneo mediante una prolongada estancia y los méritos suficientes. Su existencia está más que verificada y documentada y disponemos de numerosas publicaciones sobre el tema.
EliminarTotalmente de acuerdo. Vivo también en una ciudad que podría considerar pequeña, pero que se llena de turistas de toda procedencia con mucha frecuencia. Y, la verdad, da gusto disfrutar de la vida en estas pequeñas babeles con sus cosas y sus "sucedidos" entre naturales y foráneos que tanto nos enriquecen.
ResponderEliminarSaludos!
A mí me ocurre que, cuando ando haciendo fotos por los sitios turísticos, siempre termino haciendo de guía improvisada.
EliminarDichosos los ojos, don Charles. A ver cuando lo vemos en el blog.
El pasado sábado terminé igual con unos visitantes sureños. Resulta agradable, pues aprendes a ver tu entorno con otros ojos.
EliminarEspero asomar pronto, pero la vagancia y el prestar atención a todo lo que se me acumuló durante mi convalecencia me tiene que no puedo casi ni visitar sus cuadernos....
Lo que aprendo yo también es algo que no me sirve más que para eso: las direcciones prohibidas en las calles. Es una faena que dirijas a alguien a un sitio donde se va encontrar en un callejón sin salida.
EliminarRecuerdo cuando llegaban a Cádiz montones de estudiantes extranjeros para la universidad de verano...
ResponderEliminarY después de vivir más de media vida en una España de un color (blanquito) está bien ver gente de otros sitios y de otros colores por las calles.
Supongo que Cádiz ha tenido siempre extranjeros, pues por algo era la entrada desde el Nuevo Mundo.
EliminarLa Habana es Cádiz con más negritos,
Cádiz, La Habana con más salero.
En mi pueblo, "tener mala folla" (léase como palabra llana) o "tener mala baba" es ser una persona perversa, de malas intenciones. Nada que ver con la malafollá, que entiendo como retranca y socarronería, aunque supongo que el significado dependerá de la interpretación que haga quien sea víctima de una u otra.
ResponderEliminarLa víctima de la malafollá no es muy víctima, pues tampoco se trata de una actitud agresiva e, incluso, tiene su versión cariñosa con "malafollaíca". Es cariñoso y no ofende que te digan: ¡Que malafollaíca eres!...
EliminarLa Babel bíblica fue un castigo, pero ésta otra es una bendición. No son sólo lenguas distintas, sino también culturas, formas de ver la vida diferentes. Y nosotros descubrimos que hay todo un mundo más allá de la tortilla de patatas. Todos estos intercambios son muy positivos.
ResponderEliminarSobre todo, considerando que muchos de nuestros jóvenes tendrán que buscar trabajo fuera de España, lo que tampoco es negativo cuando es voluntario.
EliminarTrabajo en una multinacional, en la que hay gente de muchísimos países, y eso es sólo una muestra de cómo está cambiando el mundo. Ya no hay fronteras para los europeos, por desgracia, sí las hay para otros pueblos, pero eso es otra historia.
EliminarNo hay fronteras para los europeos dentro de Europa, pero no está tan claro si cruzas el charco a USA.
EliminarConozco españoles que han vivido y trabajado en los EEUU sin ningún problema.
EliminarDepende del nivel del inmigrante. Como en todas partes, por supuesto.
EliminarUn puerto lo arreglaría todo, eso y los jóvenes estudiantes. En Puertarrá... 6 cruceros todos los días. Eso abre las mentes y los horizontes...
ResponderEliminarSe quitaría la malafollá y esa "catetez" tan común por todos los rincones de la ciudad.
Permíteme que discrepe. El carácter de una ciudad con puerto no nos va a los granadinos, nos cambiaría demasiado. Y tampoco es eso.
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