Hoy me he mirado al espejo y me he visto vieja. Más que ayer, que anteayer, que la semana pasada. He visto las comisuras de mis labios hacia abajo, la seriedad en mis ojos, la tristeza en mis ojos, la soledad en mis ojos. Pero también la aceptación en mis ojos que han visto ya muchos adioses, muchas pérdidas, muchas soledades y muchos silencios.
Luego me ido al frigorífico, he sacado cuatro botellas de cerveza Alhambra Especial de tercio, las he abierto y las he ido tirando una a una por el fregadero. Despacio, mirando como la espuma se iba por el desagüe. Y he metido los envases en la bolsa del cristal para reciclar.
¿Qué tienen que ver las Alhambra Especial con el espejo? Nada de particular, son cosas de vieja nada más. Así que no me hagáis caso y pasad de largo por esta entrada, que hoy tampoco va a tener comentarios.