Seguro que muchos de vosotros odiáis los semáforos. Os retrasan, os impacientan y algún “taco” habréis soltado ante ellos, tanto cuando vais en coche como andando. ¿A que sí?
Sin embargo yo, como peatona, los adoro, estoy enamorada de los semáforos. ¿Por qué? Os preguntaréis, con comprensible extrañeza. Pues por algo muy simple: porque me sirven de pretexto para detenerme y así descanso, recobro el aliento y puedo seguir tirando de este cuerpo que cada día pesa más. Y no porque esté más gorda, que conste, todo lo contrario, me mantengo –más o menos- en mi peso.
Para este menester, también sirven los escaparates, pero donde esté un semáforo de minuto y medio en rojo, que se quite el escaparate de un estanco. Ni punto de comparación…
Lo de los escaparates me interesa menos, pero un semáforo en verde dando paso al peatón y coches haciendo frontera a derecha e izquierda como si Moisés hubiera levantado su bastón y separara el caudal rodado... ¡Eso es impagable!
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Ja,ja!... Coches y motos, que se te olvida nombrar a esas que rugen en la línea y salen disparadas en cuanto Moisés baja el bastón... Por eso es peferible quedarse tranquilamente esperando en el borde de la acera y descansar de camino.
EliminarUn semáforo en verde me encanta, claro que los hay que están verdes y marcan los segundos que te quedan para poder cruzar, si marcan menos de 5 segundos los odio, ya que no me gusta tratar de correr y se que me espera minuto y medio por delante sin poder hacer nada y no digamos si está lloviendo y voy sin paraguas.
ResponderEliminar¿Sin poder hacer nada? Ahí está la bondad del semáforo, precisamente.
EliminarJajajaja, nunca se me había ocurrido verlo desde ese enfoque.
ResponderEliminarPues ya lo verás, ya... Todo es cuestión de tiempo y de vivir lo suficiente.
EliminarQue original tu entrada de los semáforos. Nunca los había visto como 'Área de descanso'!
ResponderEliminarPues te digo lo que a Una mirada, que es cuestión de años...
EliminarSolo te falta que te pongan una mesita donde apoyar la caña mientras esperas para cruzar...
ResponderEliminarHay quien recurre a otras cosas...
EliminarMuchos se impacientan, creen que la luz roja durará para siempre y que demoran mucho en cruzar. Pero no consideran que si el semáforo no estuviera allí, tal vez no podrían cruzar nunca (o podrían cruzar pero arriesgando el pellejo...) Todos, automovilistas y peatones, estiman que la luz roja es muy larga y la luz verde muy corta, relatividad se llama eso.
ResponderEliminarPues mira, a mí me parece algunas veces muy corta la luz roja...
Eliminar¿Y qué decir del semáforo que da tres luces celestes?
Eliminar¿Tres luces celestes? ¿Es el semáforo que da entrada al Cielo?
Eliminar"Parece que solo yo lo veo,
EliminarPorque él pasa entre la gente y los maniquíes le guiñan,
Los semáforos le dan tres luces celestes
Y las naranjas del frutero de la esquina
Le tiran azahares."
(Horacio Ferrer, Balada para un loco)
Vaya... Si es de aquel tango de piantao, piantao que tanto me gustaba. Acabo de oirlo a Amelita Baltar y a El Polaco. Gracias por recordármelo.
EliminarAsí que por eso hay quien espera que se ponga el muñequito en verde...
ResponderEliminarQué curioso.
😉
Pues no se que te diga... Hay quien también espera al muñequito verde por respeto a los conductores.
EliminarPues una tiene que ir con su ritmo sin culpa ni dolor, que los dolores vienen después... Te comprendo. Un abrazo grandote.
ResponderEliminarPor los dolores es por lo que una se alegra de los semáforos...
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