Viernes Santo. Me acerco a la capilla de un convento de mi barrio, con la intención de pasar un rato ante el Sagrario, como tengo por costumbre llegado este día. Es una iglesia pequeña, de los años 40, sin interés artístico, pero que conserva en su interior tallas importantes procedentes del antiguo convento que se trasladó ahí, la principal y la que más me gusta, un Crucificado de Jacobo Torni, también llamado Jacobo Florentino, el Indaco.
Como digo, mi intención es tener un rato de meditación, oración y reflexión, en paz y tranquilidad. Error, inmenso error. Había olvidado que en esa capilla radica una cofradía cuyas imágenes procesionaron el pasado lunes, por lo que nada más entrar, me tropiezo con un pelotón de personas haciendo fotos al paso de la Virgen, que está incómodamente aparcado a la izquierda. Giro a mi derecha y avanzo, porque el resto de la iglesia se encuentra más despejado. Aún así, me sitúo en un lateral, huyendo del pasillo central por si acaso. A mi derecha, en el otro lateral, descubro una imagen de un Cristo con la cruz a cuestas que no he visto nunca y que no debe ser de allí porque no cabe en esa capilla, amenazando una esquina de la cruz con darle un "viaje" en plena frente a quien pase sin cuidado. Frente a mí, en el altar mayor, un aparatoso Monumento de Jueves Santo, que ha debido montar la cofradía, pues deslumbra de plata recién limpiada.
Me acomodo en un banco, me dispongo a rezar... y empieza a entrar gente que se sitúa delante o enfrente de ese Cristo desconocido, cuyo valor artístico me resulta muy dudoso. Ignoran el Sagrario, casi se ponen de espaldas, disparan y se van. Me dan ganas de decirles que el Señor que se supone que buscan, está en ese Sagrario, no en la talla de madera, que las tallas de madera son para admirarlas y esa no tiene nada que admirar, pero una familia completa, con dos carritos de bebé y otros niños mayores, se sientan a mi lado y atraen toda mi atención con sus idas y venidas. Decido irme, frustrado mi objetivo de rezo y meditación, pero esta familia me impide salir del banco. Pronto se van con el mismo barullo que llegaron y, como coincide con que la iglesia ha quedado más tranquila, rezo un poco, hago las fotos y me voy justo antes de que entre un pelotón de reemplazo.
Al llegar a mi casa, busco en el periódico del martes la reseña de la salida de esa cofradía y leo:
Cortejo silente abierto por la capilla Jesús Nazareno de las Penas delante de la Cruz de Guía de carey y plata con ostensorio acogiendo una reliquia de San Pedro en el centro. Tres tramos de hermanos con la mirada al frente y el cirio al cuadril con las insignias penitenciales y el lábaro eucarístico entre ellas, daban lugar a la ante presidencia y la presidencia de la hermandad en la que estaba la representación municipal del Ayuntamiento granadino. El silencio solo lo rompía en ese instante el oboe, el fagot y el clarinete de la capilla Cristo de San Agustín. Maniobra compleja de salida por la angosta puerta del monasterio y saeta al Crucificado de Jacobo Torni para iniciar el cadencioso camino de la cuadrilla de Javier Pérez. La imagen del Cristo se elevaba unos veinte centímetros más por la recuperación de un nuevo paño de la cruz argéntea, realizada por Alberto Quirós y estrenaba tonelete con bordados del siglo XIX.
Después, otros tres tramos de hermanos de negro y cola recogida para dar paso a la capilla Santo Ángel Custodio y la coral Ciudad de Granada con la interpretación de sus cantos litúrgicos y motetes para acompañar la Sacra Conversación de Nuestra Señora de la Consolación con San Juan Evangelista y Santa María Magdalena. El paso iba a las órdenes de José Carvajal.
¿Mande? Decía doña Rogelia....
Existe una célebre expresión que dice "El hombre propone y Dios dispone", la cual es utilizada para indicar que por mucho empeño que pongamos en realizar algo y que esto salga bien, los caprichos del destino hacen que el resultado puede que no sea el esperado. Posiblemente es lo que te pasó ayer a ti.
ResponderEliminarY existe otra expresión que dice: Con la Iglesia hemos topado. Yo topé con los semanasanteros en esa iglesia...
EliminarComplicada misión la tuya en estos días de
ResponderEliminarcofradías y cofrades en cada calle.
Un abrazo!
Cada año es más difícil seguir mi costumbre y encontrar una iglesia que esté tranquila. Y menos en mi barrio. Antes, me iba lejos y aprovechaba para visitar iglesias que no es fácil verlas abiertas normalmente, pero ahora estoy ya más limitada de movimiento y, de las cercanas, rara es la que no tiene cofradía y el barullo consiguiente.
EliminarSolo conozco una procesión, hace años, en Málaga, y, si te digo la verdad me llamó la atención el cachondeo entre la gente que portaba los pasos.. No estoy ducho en esos eventos, pero lo poco que conozco de ellos por el norte, me da que la gente de arriba de la península está como más contenida.
ResponderEliminarY ya lo tuyo, en una iglesia donde la gente entra, sale, molesta y eleva la voz, es de traca. En cambio, que la descripción del periódico tenga poco que ver con la realidad entra dentro de esa manga ancha de cierta prensa, que publica artículos de serie sin que nadie se haya molestado en estar a pie de calle para tomarle el pulso a la actualidad.
Aquí, antes, nos enorgullecíamos de que nuestra Semana Santa era distinta de las de Sevilla y Málaga, más seria, con menos forclore, menos bulla ... Más acorde al carácter de Andalucía Oriental. Pero como se nos da muy bien imitar lo malo, ahora ya es igual que todas, con los mismos "bailes" de las imágenes y las mismas "levantás" que las destrozan, por lo que, afortunadamente, ya están saliendo copias de las tallas buenas. Y mira, la gente ni se entera...
EliminarEsos párrafos del periódico los he puesto más que nada por la terminología que utiliza el periodista, que debe ser entendido en el tema, pues los que no lo somos nos quedamos in albis. Las cofradías y los cofrades son un mundo aparte, incluso con su propio "idioma".
EliminarComo solo conozco la de Málaga (y solo una) no juzgo las que se hacen en otras zonas andaluzas. Pasa lo mismo con el deje andaluz, que varía de un lugar a otro; alguna vez he comentado lo mal que lo pasaba en Pegalajar las primeras veces que estuve porque no lograba entender qué decían, y eso
Eliminar(...se me ha cortado...)
ResponderEliminar...y eso, decía, que está a pocos kilómetros de Mancha Real, otro pueblo de Jaén cuyo deje no me dificultaba la comprensión. Imagino que en las procesiones ocurrirá lo mismo, que en unos lugares serán más circunspectas que en otros. Fíjate, que lo que me resultó más chocante fue que cuando paraban el paso que portaban lo hacían cerca de algún bar y se paraban de charleta y a beber. Eso en Huesca es impensable.
Yo solo conozco la Semana Santa de aquí y hace muchos años que no veo procesiones, por lo que mi opinión procede de lo que me cuentan o leo en la prensa. También de lo que he comentado en esta entrada, de los problemas que crea la actividad cofrade en otras formas de celebrar la Semana Santa.
EliminarAquí, que yo sepa, aún no han adoptado esa costumbre de los bares, que tampoco se si continúa en otras ciudades, pero si en ellas sigue, aquí llegará, seguro.
En cuanto a lo que tú llamas "el deje", te vas a reír si te digo que a nosotros nos pasa lo mismo con la forma de hablar de más allá de Despeñaperros. Ayer tuve que llamar a mi seguro y la chica que me atendió montaba las "eses" unas encima de otras, de tal manera que yo no entendía nada. O sea, de no tener eses finales a tenerlas paletadas...
Eliminar¡Qué difícil es conjugar el gusto y los derechos de cada uno! De haber ido yo por allí sería sin dudarlo uno de los fotógrafos (aunque quiero pensar que suelo saber a qué disparo y que lo hago en silencio) y estaría protestando por la duración de las misas. El año pasado estuve en Augsburgo y alrededores y no pude ver las iglesias que pretendía porque había misas de hasta tres horas. Ten en cuenta que para mucha gente, como los cofrades, la Semana Santa es una gran ocasión, algo que esperan todo el año. Al final, lo mejor es el respeto entre todos, los que quieran festejar, los que quieran rezar y los que deseamos hacer fotos.
ResponderEliminarEn cuanto a los medios de desinformación ya he manifestado mi parecer en numerosas ocasiones. Cuando hablan de mi empresa o de algo que conozco mínimamente, demuestra que no tienen ni idea de lo que hablan y que la mayoría es inventado.
Compaginar en las iglesias el culto con el turismo es un problema difícil de resolver y siempre hay quejas en un sentido o en el otro. Cualquiera puede comprender que las iglesias están hechas para el culto, igual que el Congreso está hecho para las sesiones de los diputados o un hospital para la atención sanitaria, pero, independiente de este uso, hay veces que en estos sitios se ejercen otras funciones, pues todos somos turistas en alguna ocasión o nos gusta hacer fotos allá donde estemos. Y así, yo puedo ir a una iglesia a misa, a rezar... o a hacer fotos, pero tendré que respetar la función primordial del sitio donde estoy y, si se está celebrando un acto de culto, tendré que esperar que acabe o informarme antes de a que horas está esa iglesia abierta y sin culto. O si tiene visita turística. Lo mismo que si se me ocurriera hacer fotos en el Congreso, tendría que esperar a un día de puertas abiertas o si mi capricho es fotografiar un hospital por dentro, tendré que armarme de paciencia y aprovechar un momento en que no haya nadie.
EliminarEl día de esta entrada no había culto, exactamente, en ese momento, por lo que yo lo elegí pensando que la iglesia estaría tranquila hasta la hora de los oficios del Viernes Santo, que suelen ser temprano, y no esperaba tampoco turistas, pues esa capilla no los tiene, aunque sí esperaba personas que fueran a lo que yo, ya que lo que sí estaba era lo que se le llama el "Monumento", o sea, la Sagrada Forma en el Sagrario más o menos adornado. Y ahí se veía la mano de la cofradía, pues las directrices de la Iglesia, desde hace bastantes años, son que se haga algo discreto, sin grandes adornos, sin flores, metales preciosos ni profusión de velas, hasta el punto de que en algunas iglesias se limitan a poner el pan y el vino, como recuerdo de la Santa Cena, ya que ese Monumento se inaugura la noche antes al terminar la Misa Pascual, la celebración del Jueves Santo. Por eso es por lo que digo que no había exactamente culto, pero sí mucho que respetar y los cofrades pasaban de ello.
Qué incómodo es participar de un culto con tanto turista, o no, alrededor. Aún así, fue un momento dulce y participativo por tu parte. Besos
ResponderEliminarQuizá, pero no pude hacer lo que pretendía y para lo que había salido de mi casa.
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