18/9/13

La dama




Allá por los años 50, una chica muy joven y algo tímida regresaba un día a su casa con la compañía indeseada de dos chicos que practicaban el deporte llamado entonces “meterse con ella”, una mezcla de piropeo y acoso, molesto pero inofensivo. Sabiendo que si no les hacía caso terminaban por cansarse, avanzaba mirada al frente y paso rápido cuando de improviso aparece en escena un vecino, militar de alta graduación, que había “hecho la guerra” con arrojo y medallas. El glorioso militar, ostentando uniforme, ve una dama en apuros y desenvainando el sable… (Perdón, olvidaba que el uniforme de diario no llevaba sable) Quiero decir entonces que el invicto militar arremete contra los agresores, que se baten en retirada, no muy digna, por cierto. La dama, más avergonzada que otra cosa, da las gracias a su salvador, pensando interiormente que no era para tanto, que no están en el Peñón de la Mata ni los dos piropeadores son el ejército rojo cautivo y desarmado.

Pasa el tiempo, la dama envejece, sus cabellos se tornan blancos y entonces sufre en su propia casa una agresión verbal infinitamente mayor por parte de un trabajador del edificio, pero para entonces, el militar del uniforme ya ha muerto hace muchos años y los vecinos de ahora se esconden tras sus puertas diciendo: ese es su problema.

¿Que nos ha pasado a las mujeres? Ya no somos damas a las que defender ni hay caballeros lanza en ristre que nos defiendan.  ¿Es bueno o malo este cambio? ¿Hemos ganado o hemos perdido? Y la pregunta del millón: ¿No tendrá esto algo que ver con la plaga llamada violencia de género? Las mujeres que la sufren también tienen vecinos para los que aquello no es su problema.
     

30 comentarios:

  1. Muy bien planteada la historia que nos demuestra que ya no existen caballeros que acuden a defender a las damas en apuros. Pero habría que plantearse si la culpa no será de las damas que al querer dejar de ser "seres indefensos" asumieron el papel de los caballeros y por lo tanto estos creen que ya no es necesario mostrar ese arrojo en su defensa.

    Otra cosa muy diferente es ese mirar para otro lado que mucha gente ejerce para no ver la agresión que se le hace a una vecina y no prestarle apoyo. Es una postura muy egoísta y además errónea porque el que arremete contra esa mujer hoy, puede que lo haga con ellos mañana, y si todo el mundo se esconde y mira para otro lado sólo los agresores saldrán victoriosos y se envalentonarán mostrándose cada vez más agresivos.

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    1. Es es el problema, que por buscar la igualdad con el hombre, hemos olvidado todos, ellos y nosotras, que en ciertos aspectos seguimos siendo tan débiles como antes, pues si no fuera así no sufriríamos las agresiones que sufrimos.

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    2. El hecho de que las mujeres ganen en derechos y en independencia no es óbice para que se las defienda como antes. Más bien pienso que es un problema de actitud y de educación de los hombres.

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    3. Con la actitud y la educación actual, nos podemos dar por satisfechas con que no se nos ataque.

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  2. En la actualidad es tan delicado tratar de llamar la atención a alguien, que en la mayoría de los casos normalmente preferimos callar que salir en defensa de una persona. Yo he tenido varios encontronazos, en uno de ellos llegué a pasar miedo ya que salí en defensa de una mujer en un barrio un poco problemático y el agresor dirigiéndose a mi me dijo gritando "Y a ti como te vea otra vez por aquí, te rajo las cuatro ruedas del coche".
    Creo que no se trata de igualdad, ni en la mayoría de los casos violencia de género, se trata de la agresividad que existe actualmente, aunque he de reconocer que entre vecinos nos deberíamos de ayudar unos a otros independientemente de ser hombre o mujer.
    Otro caso concreto que le pasó a mi padre poco antes de fallecer, vio a unos ladronzuelos con un enorme destornillador tratando de abrir un coche, mi padre en voz alta para que se enterara la gente les dijo "que no trataran de robar el coche" ellos se volvieron y de malos modos le contestaron que "a ti que te importa viejo" y le tiraron el destornillador, menos mal que mi padre se apartó y no le dio, todavía tengo el atornillador en mi poder.

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    1. Creo que son cosas distintas. Una cosa es la agresividad que hay en todo tipo de personas y otra la agresividad que se ejerce contra alguien que se sabe no va a poder responder de la misma forma. A tu padre le tiraron el destornillador porque sabían que él no iba a usarlo contra ellos, que si llega a ser alguien de su edad y su estilo quizá no se atrevieran.

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  3. El abuso viene del conocimiento de que no se va a defender. Curiosamente anteayer tuve que soportar en el colegio de las niñas a una abuelita que me dijo de todo (precisamente porque sabía que no le iba a responder).

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    1. Juraría que esa abuelita tiene poca experiencia de la vida o un hombre guardándole la espalda. Lo primero consecuencia de lo segundo.

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  4. Muy buena reflexión a la que nos llevas. No me atrevo a analizar las causas, pero es cierto que ahora más que nunca no se interesa la gente de lo que le ocurre al otro. La mujer ha sido vilipendiada siempre y goza ahora de más derechos que nunca, pero quizás y al tiempo de menor respecto. En tanto hombre y mujeres no sigamos siendo inevitablemente distintos, pero iguales en todos los órdenes de la vida, la cosa no llegará al lugar que corresponde.
    Un beso.

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    1. Pienso que no se trata de respeto, pues eso nos lo debemos todos los unos a los otros, sino más bien de que no se utilicen esas diferencias inevitables en perjuicio nuestro.

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  5. Curiosamente suele ser la actitud de quienes en inferioridad de condiciones se muestran mas cobardes y serviles. Para mi, que tiene que ver con el entramado de complejos degradados de algunas personas y, actualmente, con la inhibición general que hay con respecto a la violencia que se ejerce hacia los demás.

    Creo que parte de la solución estaría en enseñar a las personas a reaccionar ante dichas agresiones y a facilitarles, desde las administraciones, el modo de hacer las debidas denuncias.

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    1. Algo está fallando en nuestra sociedad cuando aumenta la agresividad del fuerte contra el débil ante la indiferencia de los demás, que derivan siempre su responsabilidad a las administraciones. “Denuncia” es la respuesta que siempre damos y con la que evadimos nuestra responsabilidad.

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  6. Mmm, no me convence la reflexión porque antes había más maltrato que ahora, pero sólo se enteraba la maltratada y el maltratador, no salía en los periódicos porque eso era lo normal. Creo que hemos mejorado porque ahora no se enseña a los niños a defender a las damiselas, se les enseña a respetarlas como a un igual, así no necesitaremos caballeros andantes. Por supuesto que queda trecho, pero avanzamos.

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    1. Pues no parece que esté dando muy buen resultado esa educación de los niños, ya que se está viendo la violencia machista hasta en parejas adolescentes y el maltrato de ancianas por parte de los nietos.

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  7. Esos conceptos de dama y caballero, con sus implicaciones sexistas, van convirtiéndose en arcáicos conforme los tiempos avanzan y los roles impuestos se desvanecen en una realidad donde las mujeres han demostrado que la capacidad se halla en el cerebro. ¿Que la sociedad mantiene su machismo visceral? Evidentemente. Y el racismo, la xenofobia, la exclusión... La violencia contra el otro/la otra es una constante histórica; hay quienes sólo entienden la vida pisoteando al prójimo y sacando a la superficie sus miserables actitudes. Precisamente por eso es imprescindible que la sociedad no vuelva el rostro. Las mirillas no deben ni pueden ser ventanitas para contemplar la injusticia.

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    1. La capacidad podrá estar en el cerebro, pero ante los golpes, los insultos o las voces imperantes, la mujer tiene pocos recursos y la mujer mayor, ninguno. No hay más que echar mano de las estadísticas, aunque, por supuesto, es una lacra más de la sociedad como otras muchas.

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    2. ...pero la solución no se halla en retroceder a los tiempos del vergonzante "manos blancas no ofenden" sino acorralando socialmente a estos energúmenos que sólo se crecen ante quienes tienen menos envergadura o menos posibilidades de responder.

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    3. ¿Acorralando socialmente? Volvemos al principio, a los que se esconden tras sus puertas diciendo: ese es su problema.

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    4. Precisamente me refiero a implicarse, a abandonar la mirilla, abrir la puerta y tomar partido. A reaccionar. La mayor'ia de los matones vociferantes parten de la premisa de la soledad de su v'ictima.

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    5. Pero, por desgracia, la realidad es que vamos en el otro sentido y por eso los matones se crecen y multiplican.

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  8. Yo no creo que haya "aumentado" la violencia del fuerte contra el débil o la violencia de género, cobardes hubo siempre, la cobardía no es un invento nuevo. Sucede que ahora TODO es noticia. Si pongo en la red social "Mientras desayunaba se me cayó la tostada", cientos, cuando no miles de personas lo leerán, y habrá algunos que hasta comentarán algo a respecto. Tú misma apuedes poner este post y muchos lo leemos o puedes avisar a tus amigos por e-mail. Antes, a los débiles, no les quedaba otra cosa que rumiar la bronca en silencio.

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    1. No se si a nivel social ha aumentado o no, aunque las informaciones de los jueces van en ese sentido, pero en mi experiencia he notado como, a medida que envejezco, la agresividad contra mí aumenta en vez de disminuir, que sería lo lógico.

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  9. todo es género epiceno, donde manda la tele. Si le/ te parten/es la cara por defender a una sindicalista que tiene una bronca con su ex que no entiende que saliera aquella del armario, te podrían hacer un/a héroe, porque la cosa tiene historia. Si te/le parten/es la cara a un enfermero que se ha cargao a un abuelo porque estaba ya mumayor, = t metn en la carcel y tó...por agresión de género médico, y por persona asocial, arkaiká, demodé
    la tele va de 16 a 50 y lo más epiceno posible, intentan meter en el mismo pantalón a una de 16 que una de 50, o uno de 50, y que se den la misma crema, lo demás son daños colaterales.
    Hable con personas y sáquelas a la calle, sean de la edad que sean, esa es su seguridad, y cuente las cosas como lo está haciendo en interné, "muclaritas".
    Un abrazo
    Y si eso por usté me pongo un uniforme y le doy un susto, a ese (y hasta a mi madre si viviera y me viera con el)

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    1. No le recomiendo darle un susto al "ese" si no tiene 45 años, mide dos metros y pesa 90 kilos. Pero reuniendo esas condiciones, lo tiene chupao, ya que su especialidad son las ancianas de pelo blanco y sin un hombre a la vista.

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  10. Más bien habría que preguntar qué pasa con los hombres, que muchas veces están desaparecidos en combate.
    El egoísmo campa a sus anchas y dicen que la próxima generación será peor. Con tanta maquinita no nos preocupa lo que suceda más allá de 5cm de nuestra piel.

    Lo de la violencia de género da para varias conversaciones, me temo, pero no lo veo tan relacionado.

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    1. A la violencia de género le veo relación en el sentido que digo: que esas mujeres también tienen vecinos y en los bloques de pisos todo se sabe... y se oye. Pero es preferible mirar para otro lado y justificarse con que aquello pertenece a la intimidad de una familia.

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  11. Sé que no se puede juzgar desde fuera y que hay que sufrirlo para entenderlo, pero para que te ayuden primero hay que estar dispuesta a recibir esa ayuda, y sobre todo pedirla. Los hombres somos más básicos y necesitamos que se nos pidan las cosas. No somos, y hablo en general, como las mujeres, que os fijáis en todo. Necesitamos que esa mujer venga y nos pida ayuda.

    Y ella puede empezar por ir a una comisaría. ¿Por qué no lo hacen? No lo sé; seguro que hay motivos muy fuertes, pero yo no los comprendo. A los maltratadores se les ve venir a la legua. Nunca entenderé que una mujer esté con ellos, que se case, que tenga hijos ni que aguante después del primer insulto, no digo la primera torta, ni que les defienda cuando se presenta la policía y el juez, ni que vuelvan luego con él pensando que va a cambiar. Es difícil ayudar a alguien que hace todo eso.

    Con esto no quiero justificar la pasividad de la gente, que quede claro. He conocido un caso de maltrato y he ayudado, pero lo primero que hizo la mujer fue pedir ayuda, lo segundo marcharse de casa, lo tercero denunciarlo y lo cuarto no volver con él. Así es más fácil.

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    1. Hay muchas razones, el miedo una de ellas. ¿Cuántas mujeres han muerto después de haber denunciado? ¿Cuántas viven escondidas y temiendo que el maltratador salga de la cárcel y la busque para vengarse? Hay también, en muchos casos, el temor a que es su palabra contra la del maltratador, si no hay señales físicas del maltrato o si es psicológico. Y en cuanto a pedir ayuda, ¿crees que la recibiría? Lo dudo mucho. Puede haber excepciones, pero lo normal ahora es que nadie quiere que le compliquen la vida.

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  12. Hay números de teléfono, existen casas de acogida, la policía está más sensibilizada que nunca, la justicia da la custodia a las mujeres. De hecho los hay que hacen negocio con el maltrato y las ayudas que se dan, cosa que es bien triste, porque perjudica a los que más las necesitan. Y sobre todo, ¿es que se vive mejor sin denunciar? Aunque no te hagan caso, aunque no te ayuden, ¿no vale la pena intentarlo?

    Conocido es el caso de ese señor que perdió la vida por defender a una mujer maltratada. Y ella defendió a su pareja en el juicio!!!!!! Esas son las cosas que nunca podré comprender.

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    1. Todo eso es verdad, pero también es verdad que llevamos ya 38 mujeres muertas a manos de sus parejas en lo que va de año.

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