Sabéis que soy poco aficionada al copy/paste, pero, precisamente ahora, cuando parece que eso se nos va a poner difícil, es cuando traigo aquí un artículo que me ha gustado y que hubiera querido escribir yo. Es más, era una asignatura pendiente recordar en este blog a Tarancón, aquel aguerrido obispo, que cayó ante el paredón de su propia Iglesia.
Feliz Navidad
Hace 1 día
Yo pienso que si le gusta escribir algo sobre esto, debería hacerlo, en vez de andarse vageando de verano...
ResponderEliminary quitar ese link al piis, que en internet son una casa de scorts baratas (y que a la larga le puede traer hasta problemas en el blog),
Lo que yo podría decir sobre Tarancón ya está dicho ahí y solo puedo añadir algún comentario o recuerdo. Por otra parte, habiendo tantos blogs llenos de enlaces, por uno que haya aquí no creo que se hunda el mundo. (Ni El País)
Eliminar(si me encuentra un enlace, a algún periódico en mis cosas... le pago un libro)
Eliminarjuas ;-))
Respecto a Tarancon, no lograron comprarlo, o no le pagaron lo suficiente... no se cual fue el caso
Un saludo
De algo tienen que vivir... (Me refiero a los periódicos, no al obispo)
EliminarObservando el modus operandi de los actuales prebostes de la Conferencia Episcopal, el aperturista Tarancón parece un revolucionario de la Teoría de la LIberación.
ResponderEliminarEs que hasta para ser obispo hay que ser inteligente y Tarancón lo era, por lo que se dio cuenta de que los tiempos estaban cambiando y apostó por el sector de la Iglesia que se enfrentaba al franquismo. Recuerdo que, ya jubilado y en su pueblo, le escribí una carta -que no se si le llegó- en la que amargamente me quejaba de que los palos nos estaban llegando entonces de la propia Iglesia y lo que no habían conseguido las multas o las detenciones de los "sociales", lo iban a conseguir las autoridades de la Iglesia. Y así fue, los grupos y las comunidades de base se fueron disolviendo, unos pasaron a la política, otros nos fuimos a nuestra casa y la Iglesia volvió a los tiempos anteriores al Concilio.
EliminarPara que luego digan de los políticos, la Iglesia también sabe de caminos tortuosos.
ResponderEliminarY de ingratitudes, pues lo jubilaron estando en perfectas condiciones y con la labor que había hecho, cuando hay otros totalmente incapaces, que no sueltan el báculo ni nadie se lo quita.
EliminarQuizás por eso no los jubilan, serán fáciles de manejar.
EliminarTodas estas cosas no pasarían si a los obispos los nombraran los fieles, como debe ser y como se hizo durante muchos siglos en la Iglesia.
EliminarEspléndido. No me extraña que quieras cambiar la firma por la tuya...
ResponderEliminarNo se puede decir más en un artículo... y yo hubiera dicho menos.
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