Vengo de votar. Sí, ese gesto tan tonto y tan repetido últimamente de meter una papeleta –o dos- en una urna. Antes de irme, había sostenido una “conversación” por WhatsApp con un amigo del que me separa toda una generación, un amigo que no vivió la dictadura porque era un niño cuando murió Franco y que todo lo que sabe de ella es leído o contado. Sabe de vencedores y vencidos, conoce dolorosamente los crímenes que se cometieron, el horror que vivió la generación de sus padres, pero no conoce lo que vivimos los que protagonizamos, menos trágicamente, el fin de la dictadura y la transición, aquella transición larga que no se acababa nunca y que ahora tanto se pone en cuestión. Este es nuestro “guasapeo”:
Él -No te creas que tengo muchas ganas de votar
Yo -¿No?
-No va a servir pa ná
-Ves los pueblos estos
-Y sabes que nada va a cambiar.
-A o B
-B o A
-Yo sí tengo
-Si??
-Las primeras veces que voté me temblaba la mano
-Al dar la papeleta
-Habíamos soñado con eso
-Habíamos luchado
-Nos habíamos arriesgado
-Es una democracia de pantomima
-Al final nada cambia
-O
-Como decían por ahí
-Todo cambia para seguir igual.
-Tú no puedes verlo de la misma forma.
-No. No puedo.
Aquí se interrumpió la conversación por fallo en su cobertura y me fui a votar. Ya no me tiembla la mano, pero sigo siendo consciente cuando voto de que, a pesar de todo, estoy realizando algo importante, algo que no todas las personas que habitan este puñetero mundo pueden hacer.
Desmantelan pesqueros e industrias desde el inútil gobierno de la UE, aprueban en agosto un cambio en la sacrosanta Constitución en la que anteponen los derechos de los prestamistas al de los ciudadanos que viven en la pobreza, tenemos un jefe del estado "atado y bien atado" cuyo cargo es hereditario y vitalicio, un Senado inútil, unas Diputaciones que solo sirven para dar trabajo a sus empleados, una deuda de in rescate que pagarán nuestros hijos, un PRI en Andalucía que parece partido único, pueblos y ciudadanos del estado que no se sienten representados por NADA de lo que supuestamente nos une (quizás sólo por La Roja)...
ResponderEliminarMuchas ganas de votar no dan, no...
La democracia es una utopía, pero yo pienso que las utopías se hacen realidad cuando alguien cree en ellas y “las empuja para que puedan ser”, como decía la canción de Labordeta. Y ya que hablamos de libertad, tú estás diciendo esto en un blog porque algunos soñamos que pudieras hacerlo y luchamos por ello. Por la mitad de lo que dices he visto gente en la cárcel, por la cuarta parte he pagado las multas de los curas que lo decían en sus misas, por solo una de esas palabras –cambio- hubiera tenido problemas. Pero tú las pronuncias como si siempre hubiera sido así, como si hubieran nacido contigo.
EliminarNo basta con decir: No es esto, no es esto… No basta con saber lo que no es. Hay que buscar lo que es y luchar por ello, aunque “ni tú, ni yo, ni el otro lo lleguemos a ver”. Dice Jon Sobrino: La esperanza grita otro mundo es posible, pero antes la compasión grita otro mundo es necesario.
¿Quieres un mundo mejor? Ve por él. Gánatelo. Nosotros hicimos lo que pudimos. Ahora os toca a vosotros.
Estoy mayor para utopías...
EliminarVoy a hacerme socio del Real Madrid y hermano de la Macarena. Y sólo usaré el twitter para llamar "malnacido" a Piqué por no querer a España.
Entonces soy más joven que tú, porque yo sigo creyendo en la utopía. Mira. Si a un obrero de los tiempos de la revolución industrial le hubieran dicho que algún día tendría vacaciones pagadas en verano, que lo atenderían gratis en un hospital y que descansaría los domingos no se lo cree, diría que es una utopía, pero eso llegó porque hubo gente que sí creyó en ello y lo impulsó. No lo vio ese obrero, ni sus hijos, pero quizá sí sus nietos. Y no llegó a todos los países ni a todas las personas. Por eso hay que seguir creyendo en ello y no romper la baraja al primer revés.
EliminarSi hoy miramos al bisnieto del obrero de la revolución industrial nos daríamos cuenta de que no tiene vacaciones pagadas, porque en verano lo despiden... que hay poco trabajo. Eso, si no está en paro y tiene la "oportunidad" de descansar los siete días de la semana, sin distinguir un lunes de un sábado. No daríamos cuenta de que espera cinco horas para que lo atiendan en las urgencias de un hospital. Y que lo único que le queda para sentir que ha triunfado en algo es ver los partidos de su equipo de fútbol mientras se emborracha con cervezas de marca blanca a 17 céntimos la lata.
EliminarLa utopía es bella, hasta que llega la realidad y te da un guantazo en la cara.
Aun así y reconociendo que todo eso es cierto, tú también reconocerás que algo tan deficiente para nosotros es aun una utopía en muchos países donde hay personas luchando para conseguirlo. Incluso en países prósperos como EEUU, una persona que no trabaja no puede esperar cinco horas en una urgencia por la sencilla razón de que no tiene derecho a ella.
Eliminar¿Votar en serio? Yo la primera vez que vote lo hice en broma, era el 14 de diciembre de 1966, justo tenía la edad para poder hacerlo, se votaba en referéndum la ley de sucesión orgánica. Franco, pedía el SI y yo dibujé en la papeleta un SI bastante grande formado por un montón de pequeños no, me imagino que mi voto lo darían nulo, aunque, quien sabe en aquella época lo que pudieron hacer.
ResponderEliminarHe seguido votando al principio por obligación ya que en la empresa donde trabajaba si no llevaba el justificante de haber votado no cobraba, luego poco a poco por convicción, en esta última, he prometido que como haya que repetir las votaciones en octubre yo me niego a votar.
En ese referéndum yo voté en blanco y con la tristeza de que la primera vez que votaba tuviera que ser así porque no sabía ni lo que estaba votando. Me dije a mí misma entonces que nunca más, que la próxima vez votaría de verdad y libremente. Y así fue.
EliminarNo entiendo nada, todo el mundo se queja de que las cosas van mal, que hay que cambiarlas, que el pueblo tiene derecho a opinar y a decir cómo quiere que se hagan las cosas y entonces llega la democracia y a la gente se le da la oportunidad de opinar mediante las votaciones, pero entonces la gente protesta porque lo que lo que sale de las urnas tampoco les gusta.
ResponderEliminarPero votar no es la única solución que se le da al pueblo, hoy en día el pueblo puede formar su propio partido para luchar por lo que cree justo, pero eso parece que tampoco les vale ¿quizás porque luchar les parece demasiado trabajo y prefieren quejarse que es más cómodo? si todos a lo largo de años difíciles hubieran hecho lo mismo ahora seguiríamos como en la Edad Media y entonces algunos si sabrían lo que era tener motivos para quejarse.
El problema es que muchas veces creemos que es de cajón que los demás piensen lo que nosotros pensamos. Creo que ya he contado aquí que cuando el referéndum para el proceso autonómico de Andalucía, una amiga dijo muy convencida que iba a ganar el NO porque “toda la gente que conozco va a votar no”, sin darse cuenta de que la gente que ella conocía era un puñado y que Andalucía era mucho más que eso.
EliminarEl problema no creo que sea si sirve para algo el votar o no, pues es sólo una parte. El problema, para mi es que el proceso electoral aparenta en ocasiones el ser un simple trámite, una concesión que se nos da para que nos callemos, digamos que ahora por lo menos "nos permiten" votar y nos sintamos con el deber de considerarnos ciudadanos de pleno derecho. No hay más, no intervenimos más... Vuelvo a que quizá el problema no sea el votar o no, el problema es también en el modo en que se ha organizado, pues en mi opinión tenemos un sistema electoral chapucero, cochambroso, poco fiable y en absoluto realmente representativo de la voluntad popular: sistema d'Hont, listas cerradas, disciplinas de partido, etc...
ResponderEliminarPensando todo lo que le he dicho, me pregunto ¿pienso que votar sirve para algo? Pienso que podría servir, pero si se hiciera de otra manera.
Siempre se ha dicho que lo mejor es enemigo de lo bueno, pero es que, además, si los que consideramos el sistema electoral "chapucero y poco fiable" no nos implicamos, no intentamos con nuestro voto que lleguen a las instituciones personas que podrían cambiarlo, ¿cómo lo cambiamos? Por otra parte, queremos intervenir más, participar más de las decisiones, pero cada vez hay más abstención. Si tuviéramos un referéndum todos los meses, ¿votaría alguien? No hay democracia más directa que las comunidades de vecinos en los bloques de pisos, en sus juntas no hay más que levantar la mano y contar los votos, pero ¿cuántos vecinos van a las juntas? Pocos y siempre los mismos.
EliminarCharles de Batz lo ha clavado. Nos requieren una vez cada cuatro años para que "celebremos la gran fiesta de la democracia". Pasado ese trámite, esos "representantes" defiende los intereses de las corporaciones multinacionales, de los bancos, de las eléctricas, los de su propio partido, los intereses propios que les posibiliten volver a ser "elegidos por el pueblo"...
EliminarPero claro, tenemos una democracia, es de ingratos criticarla...
Lista de opciones, por favor.
EliminarEl problema, Senior, creo que es ese: que la respuesta a cualquier crítica lógica del sistema es que no hay más opciones... ¿seguro? ¿se refieren a más opciones que se puedan poner en marcha? Creo que la lista de opciones podría ser algo por el estilo:
Eliminar1.- Voluntad de mejorar el sistema (de quienes tienen la capacidad de ponerlo en marcha)
2.- Capacidad (de quienes tienen la voluntad de ponerlo en marcha de convencer -¿cómo?- a quienes disfrutan de las virtudes del sistema actual).
3.- Competencia (para definir una alternativa que se podría desarrollar gradualmente, empezando por la eliminación de las listas cerradas, disciplinas de partido, identificación de métodos de participación popular más allá de la "fiesta electoral, etc...)
Etc, etc, etc...
EL problema es que han trasladado la sumisión a una posición de confort... y nos cuesta movernos, claro.
Todo lo que tendríamos que haber hecho al principio si no hubiéramos tenido tanta urgencia por conseguir el mínimo.
EliminarY nos quedamos con el mínimo...
EliminarNo hubo negociación. Hubo un contrato de adhesión: o esto... o el volver al miedo infinito.
El resto a partir del mínimo lo dejamos para los que vinieron después. Si se conformaron con ese mínimo, es su problema… y el de todos.
EliminarNo hago proselitismo de no votar o votar en blanco, excepto cuando me recriminan, a mí el no hacerlo, y noto cierto tufillo de recriminación, o que yo me doy por aludida, como fuere...
ResponderEliminar¿Que porqué no voto?
Porque no considero que esas personan que quieren representarme estén más formadas que yo misma mente, para discutir una ley, ni dos ni tres.(¿Usted se ha leído los curriculum?)
Alcanzado este punto
Prefiero votar yo misma mente las leyes.
¿Esto es posible? SI.
Si estamos obligados a presentar la declaración de la renta por Internet, ¿Qué problema hay para votar una ley?, ¿Somos obligadamente listos para una cosa y para votar idiotas?, pues parece que sí.
Mientras los votantes superen el 50%, ninguno de estos pájaros que quieren representarnos se va a tomar la molestia de preguntarnos.
Por ello, el acto más demócrata ahora mismo es el de NO VOTAR, (Pienso yo) hasta que nos devuelvan la verdadera democracia.
Desde luego esto ya es inexcusable en los ayuntamientos.
Yo tampoco intento hacer proselitismo. Simplemente digo lo que pienso y siento, que no tiene por qué ser lo que piensan y sienten los demás, como ha podido verse en los comentarios. En cuanto a votar las leyes directamente, me parece de perlas siempre que no nos dejemos fuera a los que no manejan un ordenador o un móvil inteligente. La declaración de la renta no la hace todo el mundo y también se hace por otros medios, pero votar tiene que estar al alcance de todos y de una forma fácil que no discrimine a nadie.
EliminarNo creo en utopías, pero sí en la fuerza de las personas que no se rinden, así que he votado, como siempre, a la contra, porque no habiendo ningún partido que me convenza he de hacerlo para que no ganen otros. En cuanto a la conversación de whatsapp es difícil valorar lo que se tiene cuando no se conoce la ausencia de ese derecho, pero digo yo que con un poco empatía...
ResponderEliminarEs que las personas no se rinden cuando tienen un objetivo y eso puede ser una utopía.
EliminarSe puede tener como objetivo un sueño realizable, es más práctico que una utopía y te impulsa incluso más, porque sabes que es factible.
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