26/6/18

En tirantes





      ¿Qué veis en esa foto tomada en las pruebas de Selectividad? Yo veo que varias de las chicas van muy veraniegas como corresponde a la época. Y lo primero que he pensado al verla, es en un catedrático de Farmacia de cuyo nombre me acuerdo, pero no menciono por respeto a su familia. Este señor (por llamarlo de alguna manera) formaba parte todos los años del tribunal de aquella terrorífica reválida que culminaba los siete cursos de Bachillerato y, en el examen oral, se dedicaba a piropear a las chicas de tal forma que les era difícil pasar esa prueba de lo nerviosas que se ponían. Y, claro, a la hora de enfrentarse a la Reválida, el mayor temor que sentíamos no era al examen en sí, sino al catedrático, y nos preparábamos desde años antes para hacerle frente y que sus comentarios jocosos sobre nuestro físico o indumentaria no afectaran a la exposición de nuestros conocimientos.  O sea, a pasar de él, hablando claro. Curiosamente, no se contaba nada de que hiciera lo mismo con sus alumnas en Farmacia, quizá porque, ya más mayores y seguras de sí mismas, podían contestarle lo que se merecía.

      Afortunadamente, en el siguiente plan de estudios esta reválida desapareció y aquel tipo no pudo ya ejercer su machismo año tras año. Hace ya un tiempo, una visitante de este blog, me “acusó” de feminismo y yo le contesté que tenía el que se derivaba de lo que había vivido. Y este es un ejemplo claro de lo que digo.


11 comentarios:

  1. Antes había gente muy machista, ahora se va igualando la cosa pero en ocasiones nos pasamos todos, ya que como digamos consejo de ministros sin anteponer o posponer el ministras, ya la hemos liado. Ya hay alguno o alguna que cuando habla de una reunión de personas, añade por siaca y personos.
    En el caso que nos ocupa, seguro que hoy en día alguna se levantaba y le contestaba como se merece.

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    1. De lo de pretender la igualdad modificando el lenguaje, ya hablamos aquí hace tiempo y sabéis mi opinión, pero cuando sucedía esto que estoy contando nos hubiéramos conformado con que el catedrático nos viera como estudiantes a las que examinar de sus conocimientos y no de su apariencia física.

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    2. alguna se levantaba y le contestaba como se merece. No se tenía que levantar, pues, por lo que recuerdo, en este examen el tribunal estaba sentado y el examinando de pie.

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  2. Hay feminismos y feminismos. El que busca (de verdad) la igualdad de la mujer es loable y lo aplaudo. En ese sentido, yo también soy feminista. En cambio, el que va tras la venganza o las subvenciones es más reprobable y no hay que confundirlos.

    El caso que nos traes es bien representativo de nuestro pasado y se remonta hasta el presente. Solo hay que ver el acoso que sufren algunas reporteras que cubren el Mundial, por ejemplo. Es mucho lo que falta por recorrer en materia de educación, y mientras ese camino se cumple quizás habría que usar medios más punitivos y ejemplarizantes.

    Por desgracia, ese machismo que describes sigue estando demasiado presente en nuestras vidas, aprobado por todos los que callan y miran para otro lado. No, hay que evitar prácticas como ésta.

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  3. Yo creo que hemos avanzado bastante en ciertas cosas, pues si ahora un profesor hiciera eso, se armaría una polvareda y se le apartaría del tribunal. Por mucho prestigio que tuviera como profesional, que lo tenía.

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  4. Es bueno ver lo que ya hemos recorrido, para que no nos de pereza lo que queda aún por hacer....

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  5. No, no pasaban estas cosas en la revalida. Yo creo que bastante tenían los miembros del tribual con organizar aquellos multitudinarios exámenes llenos de adolescentes nerviosos/as y mas tarde corregir todas las pruebas. Mi padre, que ya he dicho formaba parte de esos tribunales, se daba una autentica paliza, porque además tenían que viajar a otras ciudades del distrito universitario de Granada, que entonces lo componía toda Andalucía oriental, Ceuta, Melilla, y los Institutos españoles en Marruecos.
    Pero en la Facultad si tuve algún profesor que alababa las piernas de las chichas y nos pedía que no lleváramos pantalones a clase, solo faldas. ¡¡Qué capullo!!

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    1. Es que entonces no eran tan multitudinarios los exámenes de Reválida, pues hubieran durado semanas contestando los alumnos de uno en uno al tribunal.

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    2. ¡Es que eran exámenes escritos, claro!

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    3. Aquello era como unas oposiciones a notaría...

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