Algunos recordaréis que he dicho muchas veces que no me gustan los grafitis. Y no estoy hablando de esas “firmas” que churretean hasta monumentos históricos, sino de grafitis realizados por artistas auténticos, que han elegido esa forma de arte callejero como medio de expresión. Pues ni aun así me gustan, pues lo mismo que mi padre decía que en una habitación le gustaba “ver pared”, o sea, que no hubiera aglomeración de cuadros, a mí en las calles me gusta ver espacios vacíos donde la vista descanse y pienso que, en ciertos sitios, donde esté una tapia encalada, que se quite el mejor de los grafitis.
Dicho esto, y como las personas estamos llenas de contradicciones, mira por donde hoy voy a hablar aquí de un grafiti en el barrio de Almanjáyar, que ya mencioné en otra ocasión. Un barrio donde se cultiva "maría" a toneladas, donde los apagones de luz están a la orden del día, en parte por el consumo excesivo de las “plantaciones” y los enganches ilegales a la red, y en parte también porque las instalaciones de Endesa quizá no sean lo que deberían ser. Un barrio en el que se oyen disparos a media noche por los ajustes de cuentas, donde se ven Mercedes y BMV en la puerta de chabolas y a donde van los yonquis del centro a buscar su dosis, ahora más de coca que de “caballo”.
Pero resulta que este barrio tan degradado, tan marginado, tan condenado por la gente de bien, es también un barrio lleno de gente honrada, de vecinos que trabajan (los que pueden) en negocios honrados y, sobre todo, de gente con corazón. Como nos cuenta Pilar García Trevijano en el periódico IDEAL y yo acompaño con fotos propias tomadas legalmente, para que la UE no se meta conmigo por lo del copyright.
Un homenaje merecido en las paredes de su barrio. Eso está muy bien.
ResponderEliminarSaludos
Es reconfortante ver que, en un mundo tan lleno de odio que hasta ha habido que tipificarlo como delito, sigue habiendo personas con buenos sentimientos.
EliminarRecuerdo haber comentado contigo sobre Bansky y haberme quedado pensando sobre mis contradicciones, pues a mí también me gusta que se vea pared. De hecho, es algo que hago extensible a los muebles en las habitaciones. Me gustan los espacios amplios, libres y limpios.
ResponderEliminarPero claro, con el artista que nos traes cualquiera le dice que lo borre. Quizás sea un problema de lienzo más que otra cosa, porque por lo que se desprende de tus fotos, técnica no le falta precisamente. Me gustan mucho, y deberían estar en un museo, donde todos pudieran verlo.
Hay que reconocer que cuando lo hace en las paredes es cuando más lo ve la gente, pero el problema es que los grafitis se deterioran rápidamente y muchos se pierden porque se derriba la casa o se construye en la tapia donde estaban. Por eso, yo creo que ha sido un acierto que se haya pasado a este otro formato que, sin dejar el callejero, permite mejor su conservación.
EliminarAdemás, esas paredes son de alguien, por lo que terminan siendo un atentado a la propiedad privada Mejor que estén expuestos en una sala..
EliminarEn muchos casos, los propietarios de las paredes están de acuerdo, como ha ocurrido en este grafiti, que según el artículo enlazado, han sido ellos mismos los que lo han ofrecido y han querido así participar en el homenaje a esa persona querida en su barrio. Sin embargo, habrá otros casos en que les moleste y tengan que correr con el gasto de quitarlo.
Eliminar...es que no es lo mismo un grafiti que un pinturrujeo. En un barrio de Huesca también muy degradado el vecindario, con el visto bueno del Ayuntamiento, ha contratado a grafiteros y muralistas para que les den vidilla a los edificios y, así, en los laterales de las casas, pueden verse ahora auténticos lienzos urbanos con escenas relativas a las gentes de ese barrio -poblado, sobre todo, por personas gitanas e inmigrantes de todas las nacionalidades-. Cada mural es una obra de arte realizada con mimo y resulta esperanzador ver trabajar a tanta gente joven en esos andamios de ilusión a los que se suben para darle otra cara a un barrio cuyas gentes se niegan a transformar en un gueto.
ResponderEliminarDicen que los grafiteros se respetan los unos a los otros y donde hay un buen grafiti no hay "pinturrujeos", pero yo creo que eso ya no es verdad, pues he visto algún grafiti de Sex cubierto de "firmas", con lo que termina todo siendo un amasijo de pintura que no aporta nada.
EliminarUn buen grafitero valora y respeta el trabajo ajeno; luego están quienes son ensuciaparedes, que únicamente poseen mala baba pero que abundan como los hierbajos.
EliminarMe gustan los grafitis o pinturas que adornan determinadas fachadas, por supuesto no me gustan esas guarradas que algunos hacen no solamente en fachadas, también en puertas de establecimientos y menos todavía las que "decoran" determinados monumentos donde el vandalismo es el que predomina en dichas porquerías.
ResponderEliminarPues va a ser que soy la única a la que no le gusta este arte callejero... A ver si me explico. Yo reconozco que hay grafitis buenos, pero lo que pienso es que han dado lugar a que las localidades sean eso: un amasijo de colores hirientes, que apagan lo que eran los colores propios de cada ciudad o cada pueblo. Los Pueblos Blancos de Cádiz y Málaga, las Alpujarras de Granada y Almería, con sus "terraos" azulados... Me aterra imaginarlos cambiando de color.
EliminarQue buen reportaje le has hecho en el flickr, y que pena me da no haber visitado esta exposición. Yo también admiro las pinturas de este 'niño'
ResponderEliminarPinta muy bien y con mucha imaginación. Por eso me alegro de que haya extendido su arte al formato de cuadro y al mural en interiores. ¿Conoces el que hizo en la Asociación Calor y Café? Creo que lo subí a Flickr. A ver si consigo encontrarlo...
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