Para Nochebuena, cuando me llegaban numerosos deseos de paz y felicidad, vi como un vecino sacrificaba a otros dos para él pasar la Navidad sin el problema de una avería comunitaria.
Para Año Nuevo, cuando me llegaban predicciones de felicidad y prosperidad a raudales, vi como un vecino ridiculizaba cruelmente, en su "estado" de WhatsApp, a un discapacitado que no es de su cuerda política.
Si no fuera tan mayor, me mudaba de esta casa.
Los "buenos deseos" navideños, son en muchas ocasiones meras palabras huecas que no se corresponden con los hechos.
ResponderEliminarUn abrazo!
Y hay hechos que ponen aun más de relieve la hipocresía de esas felicitaciones, como verás a continuación.
EliminarAl ver la imagen, pensaba que mi ordenador se había vuelto loco... bueno en realidad pensaba que era yo, pero al permanecer la imagen ya le eché la culpa al aparatejo este donde consultamos casi todo.
ResponderEliminar...y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad Pero es que hay cada hombre y mujer que se las traen.
Una mejor traducción de eso es: Paz en la tierra a los hombres que el Señor ama. O sea, que es necesaria la infinita misericordia de Dios para poder amarlos...
EliminarTambién a mí me ha chocado, en un principio, esa imagen.
ResponderEliminarCuánta palabrería se gasta y cuántos propósitos inútiles se lanzan al aire. Lamentablemente hay gente así, carentes de cualquier humanidad y también la hay, afortunadamente, en el camino contrario.
He publicado esto un tanto desfasado por la sencilla razón de que, a día de hoy, aun permanece en parte la misma situación y, como he sido bastante oscura en la entrada, ahora voy a ser más explícita.
EliminarEl 6 de diciembre, día de la Constitución, la vecina A, "pansarriba" en su cama, divisa en el techo la mancha de una gotera. El 7, llama a su vecino de arriba, al que llamaremos B con la mayor indulgencia, para comunicarle que tiene alguna avería, probablemente en la lavadora, ya que esa habitación linda con la cocina y el lavadero. El día 8, fiesta de la Inmaculada Concepción, el vecino B baja a casa de la vecina A para ver la gotera, mueve la cabeza dubitativo y dictamina: Si, claro... Pero estamos en unos días malos y esto tendrá que esperar hasta después de Navidad. La vecina A se queda estupefacta. ¿Esperar hasta después de Navidad una gotera encima de su mesita de noche? El día 9 y siguientes se suceden las discusiones entre la vecina A y el vecino B, tanto de palabra como por WhatsApp y lo único que consigue es que el lunes 12, el vecino B traspase el problema a la Administración de la Comunidad. Mientras, la gotera ha ido a mayores y la vecina A ha tenido que exiliarse de su dormitorio (junto con la mesita de noche) un mal día a las 4 de la mañana. La Administración llama al seguro, llega el fontanero a casa de la vecina A, abre pared y techo del dormitorio con un percutor que levanta nubes de polvo gris sobre cama y muebles, cuya dueña se apresura a cubrir con sábanas cuando ya es tarde. El fontanero diagnostica que hay en la tubería bajante un pequeño agujero a su alcance, pero que la mayor ruptura está más arriba y desde ahí no tiene acceso a ella, así que repara lo que puede y el resto lo deja, porque será motivo de otro "expediente". Unos días después, vuelve el fontanero con intención de reparar la avería desde el piso de arriba, pero se encuentra con la total oposición del vecino B, que sigue insistiendo en que en su casa no se hace nada hasta después de Navidad y que le da igual si lo abronca el administrador, el presidente, la vecina A...y el Papa de Roma. El presidente llama a la vecina A para informarle de que el procedimiento a seguir es que su seguro denuncie a la comunidad por no reparar la avería de la que es víctima y de esta forma, la Comunidad podrá actuar contra el vecino B. La vecina A pregunta: ¿Eso servirá para que esta noche pueda dormir en mi cama? Y el presidente le dice que no, que probablemente la resolución del problema se demorará aún más con un juicio por medio. La vecina A renuncia a denunciar, se limita a acordarse de los antepasados del vecino B y se dispone a pasar la Navidad recogiendo agua y durmiendo en una cama que le provoca lumbalgia.
Pero aquí no acaba la cosa, pues hasta ahora no hemos mencionado al vecino C, el que está encima del B, cuyas aguas residuales de cocina y lavadero también bajan por la tubería rota y salen cual cascada por el agujero abierto en el dormitorio de la vecina A, lo que los condena a pasar la Navidad sin utilizar lavavajillas ni lavadora y fregando platos en recipientes de plástico que vacían en los cuartos de baño. O sea, dos víctimas por el precio de una.
Me dejas con las yemas de los dedos arrugás... Parece un argumento de película de corrala, con el altanero ciscándose en las normas comunitarias (que digo yo que las habrá) y el resto tragando bilis para no montar un escándalo que trascienda a la barriada al completo.
Eliminar¿Se ha solventado ya la avería, que las Navidades ya son historia?
Claro que hay normas y también leyes que, en el caso de denunciar la vecina A, hubieran llevado al vecino B a perder el juicio y pagar las costas, pero esa denuncia era una arma de dos filos para la vecina A, pues constaría en su seguro como un expediente propio y de los gordos, ya que tendría que intervenir lo que llaman pomposamente "gabinete jurídico". O sea, que además de no acortar la resolución del problema, el seguro podría aumentarle la póliza o, incluso, no renovarla al cumplirse el plazo. Total: cornuda y apaleada. Cosa que conocía el vecino B cuando jugó sus cartas.
EliminarEn este momento, para los vecinos B y C, todo esto ya es historia, pero la vecina A ha tenido que esperar a que el albañil cierre el agujero y a que esta reparación seque para que se pueda pintar y, como a dicha vecina se le cumple siempre la ley de Murphy, el seguro de la Comunidad le ha enviado el peor pintor que tiene, que le ha dejado la pared y el techo como el "Ecce homo de Borja".
A la espera de nuevo de una reparación de daños, firmo y sello como narradora de los hechos sucedidos en la ciudad de Granada y en el año de gracia (o desgracia) 2023.
¿Continuará?
De verdad, parece una escena de película neo realista italiana o española de los años 40. Que horror.
ResponderEliminarYo más bien veo un ejemplo de la deshumanización a la que hemos llegado, que hace que una persona tire por tierra treinta años de buena convivencia con dos vecinos, a cambio de salvar su Navidad de la incomodidad de la avería. Un precio que yo no pagaría ni loca, pero él sí lo ha pagado y, al parecer, no le importa haber roto con esos dos vecinos y quedar por los suelos delante de otros muchos. Yo no lo entiendo, pero debe ser que soy de otra época...
EliminarY la pregunta que no quiero hacerme es si esto hubiera pasado habitando bajo el vecino B un hombre de su edad...
EliminarEso lo sabrás tú mejor, que seguro lo tienes bien calado. Seguramente, tendrá más en cuenta el carácter de las personas sobre las que se impone que el sexo, porque no parece que el respeto por los derechos ajenos le importen poco o mucho.
Eliminar(Soy Una mirada...)
Digo si lo tengo calado... Como que no me ha sorprendido nada lo que ha hecho y hasta lo veía venir.
Eliminar¿No se tratará, acaso, del "ínclito" vecino que, en otras ocasiones ya ha dado el cante en reuniones y hasta en la escalera?
EliminarNo. Este es de los de dos caras, una todo sonrisas y buen rollo, y la otra, la que he sufrido.
EliminarPues ahora ya estás avisada de la calaña del vecino de marras, por si necesita que le hagas un favor...
EliminarYa conocía esa calaña antes de esto...
Eliminar¡Qué triste! Hay demasiada hipocresía
ResponderEliminarPues lee los comentarios cuando puedas y verás hasta donde pueden llegar algunas personas por puro egoísmo.
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